La Enciclopedia Británica y el formato digital

Por todos es conocida la Enciclopedia Británica, la cual contiene enormes cantidades de datos y ha sido traducida a cientos de idiomas. Sin embargo, pese a su gran fama y a la veracidad que representa para todos, también a ella le ha llegado la era moderna de lo digital, y ha dejado de publicarse en formato tradicional.

Breve historia de una gran fuente de conocimientos

La Enciclopedia Británica tiene 244 años de historia y no está dispuesta a caer en el declive al que se han visto expuesta las grandes editoriales. Porque el conocimiento debe estar por encima de las cursilerías y si lo que facilita el aprendizaje hoy en día es el poder estar conectados con todos los rincones del mundo recibiendo contenido a cada instante para ampliar nuestro intelecto, entonces lo mejor es que quienes están a cargo de la distribución de dicho contenido se suban al tren del progreso. De este modo podrán ofrecernos la mayor calidad, adaptada a los tiempos en los que vivimos.

La Britannica nació en 1768 en Edimburgo y desde 1902 es editada en Estados Unidos y desde sus orígenes se ha caracterizado por recibir prestigiosas colaboraciones, de grandes investigadores y prosistas, entre los que se encontraron Sigmund Freud, Albert Einstein y Marie Curie.

Ahora la Enciclopedia Británica ha decidido apostar al 100% por su versión en la red y finalmente el dicho que asegura que el saber no ocupa lugar, se acercará a la realidad. Se distribuirá a través de ordenadores, teléfonos móviles y tablets y podrá ser utilizado por cualquier persona que lo desee. Luego de la semana de prueba, los que quieran hacer uso de este importante material de investigación y estudio, deberán suscribirse, pagando una cuota anual.

Vientos de cambio

La Británica tiene con qué presumir, y lo hace desde hace años. Habiéndose convertido en la mayor fuente de contenido fiable para todas las áreas y contando con un prestigio que pocas enciclopedias han conseguido. A simple vista la suscripción puede parecer cara pero teniendo en cuenta la inmensa calidad del material y que si dividimos la cuota anual por cada día nos da unos pocos céntimos, posiblemente estaremos de acuerdo es que termina siendo una oferta increíble.

La Británica no solamente es útil para obtener la información básica en determinados tópicos, sino que además es un espacio de documentación para investigadores, documentalistas, periodistas y profesores. Una oportunidad que está al alcance de todos y a todos puede servirnos.

Los editores de la Enciclopedia Británica avanzan junto al almanaque, no se detienen a pensar en lo emocionante que era tomar los gruesos tomos en esa búsqueda de los conocimientos, olfatearlos, tocarlos, todo ese ritual que despertaba esa emoción interna ante tanto conocimiento al alcance de la mano. Ellos avanzan y se plantan en este siglo XXI ofreciendo nuevas posibilidades para el conocimiento.

Esto prueba que en algunos aspectos la digitalización puede ser positiva al permitirnos estar al día con la información.

Siempre podemos acudir cada tanto a alguna biblioteca a hojear los enormes tomos de versiones anteriores, para satisfacer a ese lado romántico que nos invade. Pero sin privarnos de aprovechar las posibilidades de Internet y de navegar en la nueva enciclopedia, ya no entre hojas y hojas, sino entre miles de tópicos, enlaces y caminos entrelazados que pueden ser posibles gracias a Internet. La nueva Enciclopedia Británica es la Encarta del presente.

Nueva web de la Británica

La nueva versión de la Británica se encuentra en esta web y se sabe que ofrece mucho más contenido que las versiones en papel. Para poder suscribirse a ella hay que pagar 55 euros anuales, y, como se mantendrá siempre actualizada, no hace falta reemplazar las versiones que se encuentran archivadas en la estantería; bastará con entrar en la web y encontrarse con la mayor enciclopedia del mundo siempre al día de los acontecimientos y descubrimientos.

Seguramente la mayoría estamos acostumbrados a utilizar viejos volúmenes de la biblioteca y complementar con la información de la Wikipedia, pero ¿se imaginan lo cómodo que sería tener a nuestro alcance la mayor base de datos del mundo, con todo lo que queramos saber en tan sólo un clic? Esta nueva forma de distribuir el contenido para el aprendizaje estoy convencida de que puede sernos de mucha utilidad a todos.

Además, el fin de la Británica es aprovechar al máximo las opciones de Internet, enlazándose con otras webs, previamente analizadas donde los investigadores pueden ampliar la información de su interés. Y, como no podía ser de otro modo, también podremos acceder a un vasto contenido multimedia (vídeos, audios y gráficos interactivos); así como también acceder a artículos publicados en los medios más importantes donde se toque el tema de interés.

Saber aprovechar los recursos

La Británica se hallará conectada al diccionario Merriam-Webster el cual cuenta con una impresionante base de datos con más de 225.000 entradas; y contará con servicio de Newsletters, como Rss de noticias para estar siempre al tanto de las actualizaciones realizadas, Widgets para que te lleves a tu web, cuenta en Youtube y, por supuesto, versiones para todos los dispositivos móviles, como 3DS, Ipad, Iphone y Ipod Touch.

Según se ha dado a conocer, la edición digital de la gran enciclopedia tiene un volumen de contenido mucho mayor que la última versión publicada en papel y se irá ampliando con el correr de los días, en la propia web aseguran que la piedra angular de este servicio serán las actualizaciones que se realizarán cada dos semanas.

Por otro lado, en el 2014 se anuncia que el Diccionario de la RAE sacará su última versión en papel, desde entonces se enfocará en el formato digital a fin de ofrecer mayor contenido a un menor costo y para ser de fácil acceso y utilización. El director de la RAE explica:

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