Ernesto Sábato en «Entrevistas para el Recuerdo»

Su libro «Sobre héroes y tumbas» marcó para mí un antes y un después en las lecturas, y en mi consideración sobre la literatura argentina. Hoy quiero volver a él, no tanto al libro sino al autor.

En el ciclo «Entrevistas para el Recuerdo», por el que ya han pasado Ida Vitale y Sara Gallardo, recupero algunas de las sentencias de Ernesto Sábato. Me baso fundamentalmente en esta larga e interesante entrevista que le hizo Ángela Dellepiane cuando el autor de «El túnel» contaba ya con ochenta años.

La obra de Sábato se encuentra atravesada por la soledad y la incomprensión frente a la realidad. Sin embargo, él siempre estuvo convencido de la fuerza de la literatura. En esta entrevista habla de la escritura, como herramienta que sirve para canalizar esas inquietudes que van abriéndose paso, pero no se olvida de plantear la duda: porque la escritura es a la vez que el más importante instrumento para explicar el mundo, también un enemigo peligroso.

La escritura le llegó a Sábato tempranísimo; con unos pocos años descubrió el placer de la lectura y de la pintura. Dividía su tiempo libre entre pinturas y escritos. Caricaturas, poemas y textos invertebrados lo fueron llevando hasta moldear ambas pasiones. Cuando durante la adolescencia se fue a vivir a La Plata para continuar sus estudios, practicaba escribiendo extensas cartas a su familia, lo que supuso una forma de poner a prueba su capacidad literaria.

Desde entonces siempre tuvo claro lo que la literatura era, lo que le ofrecía y lo que podía hacer con ella, y se volcó a ella con absoluta entrega. La escritura se convirtió en una forma de hurgar en la existencia y poner en palabras sus obsesiones. Dice:

Siendo fiel a esta idea, escribió tres novelas y numerosos ensayos en los que dejó en evidencia esas heridas y esas dudas; textos en los que aquellas obsesiones que torturaban su psique adquieren cuerpo. Al leerlo podemos descubrir que entre los temas principales que le aquejaban se encuentra la existencia de dios, la justicia social y el sentido de la humanidad.

En su novela «Sobre héroes y tumbas» hay una compleja búsqueda de la identidad y es, asimismo, una novela que permite conocer la obra general del escritor argentino, al menos sus preguntas. Una novela que se completó con «Abaddón el exterminador», que va más allá e intenta poner en palabras la irracionalidad humanidad, el ingrediente demoníaco en la existencia. Allí, expresa Sábato, intentó no sólo trabajar sobre el problema de la crisis de la humanidad sino en particular el miedo y los problemas del artista al enfrentarse al trabajo creativo.

En esa misma entrevista, en la que se habla de todo, hay también espacio para reflexionar en torno a la relación entre cine y literatura. Sábato expresa que si bien entiende que algunos escritores trabajen pensando en la idea cinematográfica, no ha sido ese su caso. Considera que se trata de dos géneros disimiles, que si bien a veces comparten elementos o puntos de vista, en ocasiones la forma en la que estos son plasmados son muy diferentes. La palabra permite siempre ir más lejos. ¿Cómo se pueden expresar, por ejemplo, las sutilezas de la psique a través de imágenes?, lanza como inquietud, este intelectual que se caracterizó por buscar preguntas más que respuestas.

En lo que respecta a su postura política, expresa que fue cambiando con los años, aunque siempre se mantuvo cerca de la justicia social y la lucha de los pueblos masacrados y oprimidos. Esto fue lo que lo llevó a vincularse con el anarquismo (al que considera una utopía bellísima) y más tarde al comunismo. Posteriormente, la búsqueda lo llevó a decantarse por un anarquismo cristiano, al que consideraba la única salvación humana posible, lejos del capitalismo y la alienación del hombre.

La mirada de Sábato siempre cercana a la vez que inquietante puede servirnos para interpelar los aristas de la realidad y buscar un futuro distinto al que se asoma a nuestros ojos. Sin duda, es un autor que no podía faltar en este ciclo de semblanzas de escritores, a través de la mirada de interesantes entrevistas, como ésta de Dellepiane que les recomiendo muchísimo.