Comenzamos a escribir por el mero placer de amasar las palabras y darles una forma particular, con el deseo de darle vida a una idea, buscando la forma de expresarla que consideremos más adecuada. No pensamos entonces en el estilo o la estructura, más bien nos dejamos llevar por esa pulsión interna que nos lleva a escribir… y entonces, simplemente, escribimos.
Lentamente nos vamos convirtiendo en seres obsesivos y necesitados de la palabra escrita y nos adentramos en un mundo que se apodera de toda nuestra existencia.
Y es entonces cuando nos enfrentamos con esa palabra «estilo». Todos nos dicen que si queremos ser escritores de verdad debemos buscar una forma única de escribir, que nos represente y que nos permita ser siempre nosotros.
Hasta hace poco creía que el estilo era algo muy importante, incluso llegué a creer que si no encontraba «mi estilo» no podría seguir en este camino. Hasta que un día me di cuenta de que lo único que realmente importaba era que tuviera esa inquietud por comprender a fondo el lenguaje y por poner en palabras lo que mi inconsciente me dictaba. Y creo que ese debería ser el único objetivo que nos propusiéramos.
¿Qué es el estilo literario?
A lo largo del tiempo el concepto de estilo ha ido cambiando, y evolucionando, alejándose rotundamente del sentido etimológico de la palabra. Si nos remitimos a la antigüedad podemos ver que «stilus» se le llamaba a un punzón para escribir en las tablillas previamente enceradas. Posteriormente este concepto fue utilizado para referirse a la cualidad propia de un escritor, y todavía lo entendemos de este modo, pese a que existen diferentes posturas en torno al concepto.
En su «Discurso sobre el estilo», el conde de Buffón expresó:
No obstante, si lo viéramos así, entonces nos sería imposible una sistematización y un estudio pragmático del estilo, por ello fue necesario establecer una serie de rasgos específicos que estuvieran involucrados en la escritura y que permitieran definir los diferentes tipos de estilo.
Las preguntas de los estilistas
Los que estudian este aspecto de la escritura de un autor reciben el nombre de estilistas, y ellos opinan que para estudiar una determinada obra es necesario hacerse tres preguntas, que pueden permitirnos juzgarla con precisión.
- ¿QUÉ?
- ¿CUÁNDO?
- ¿PARA QUÉ?
En las respuestas a estas tres preguntas podemos acceder a las tres divisiones del estilo. La primera nos permitirá conocer el fondo de la composición literaria; la segunda, la forma de dicha composición y la tercera la finalidad.
Según el estilo de composición el estilo puede ser lógico (busca promover el razonamiento y se encuentra en obras científicas, ensayos y crítica), pintoresco (busca tocar la veta sensible del lector a través de imágenes literarias. Se basa en el uso de muchas descripciones y detalles y puede encontrarse en cualquier tipo de obras, sobre todo en la poesía), patético (busca conmover valiéndose de estrategias que dirigen la escritura hacia los sentimientos. Casi todas las obras tienen algo de este estilo).
Según la forma de la composición el estilo puede ser sencillo (es directo y evita el rebuscamiento, prescindiendo de los ornamentos de los recursos literarios. Suele utilizarse sobre todo en la literatura infantil), elegante (una forma directa y muy cuidada: todas las palabras son escogidas con esmero), florido (una forma llena de ornamentos, principalmente adjetivos y figuras literarias; suele encontrarse sobre todo en las obras del período barroco de una cultura, sobre todo en la poesía), cortado (un texto con un ritmo acelerado que se lo da el uso de oraciones cortas en las que se destacan las acciones. Podría decirse que es el estilo que más impera en esta época), periódico o amplio (a diferencia del anterior es sumamente lento, consta de pocas y extensas oraciones y se toma mucho tiempo para expresar una idea).
Según la finalidad de la composición el estilo puede ser jocoso (busca divertir, entretener, alegrar; suele utilizarse mucho en las obras teatrales y son muchísimos los autores que lo cultivan), humorístico (se encuentra fuera del estilo jocoso porque presente características propias de este mezcladas con las fundamentales del drama. Suele ser irónico y hace sonreír desde el dolor) y dramático (busca cautivar emocionalmente al lector, hasta hacerle daño. En esta categoría podrían entrar las grandes obras de la literatura rusa de oro, en la que los autores buscaban que el lector se comprometiera con su tiempo a partir de historias trágicas y derrotistas).
El estilo está sobrevalorado
Teniendo en cuenta estos estudios podríamos decir que un autor puede cultivar diversos estilos a la vez, dependiendo de lo que persiga en cada una de sus obras. Por eso, aquella premisa de que los buenos escritores tienen un estilo único, es falsa.
Los buenos escritores son aquellos que, apasionados del lenguaje, quieren encontrar formas diferentes de decir lo mismo y que se pasan la vida siendo aprendices. Aquellos que sin basarse en fórmulas mágicas que una vez les funcionaron, intentan exprimir las posibilidades del lenguaje al máximo. Pero convengamos que no es tarea sencilla. Probar cosas nuevas siempre es ponerse al borde del precipicio: podemos caer y hacernos bolsa o podemos salir ilesos y demostrarle al mundo que vistas desde esa perspectiva las cosas tienen otro color; aunque hay que llegar a ese borde.
Creo que «estilo» es un término demasiado manoseado y sobrevalorado. La importancia de una obra no está en su cualidad de única sino en que ofrezca aquello que se propone: si deseamos crear una buena historia no debemos más que ponernos manos a la obra para darle a los lectores lo que deseamos. Si nos dejamos llevar por nuestra creatividad y a la vez trabajamos duramente, seguramente obtendremos resultados que nos dejarán satisfechos: escudriñar el lenguaje al máximo y dejarle que nos enseñe como lo ha hecho hasta ahora.
Para terminar, les dejo una entrevista a Rosa Montero que me parece alucinante y que podría estar relacionada con el tema, en tanto y en cuanto escribimos para darle sentido a algo que en realidad no lo tiene. Dejar a un lado conceptos como estilo puede llevarnos a encontrarnos con el placer de la escritura.
https://www.youtube.com/watch?v=jSwt1bsXST8
Comentarios1
Totalmente de acuerdo con todo lo que comentas, Tes, No creo mucho en eso del estilo. Por otro lado, maravillosas palabras de Rosa Montero.
Un abrazo.
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