Escribir cuentos para niños

Así entiende Ana María Matute la niñez. Como una etapa difícil y llena de fantasía pero tan integra y alejada de la tontería como cualquier otra.

A la Matute le molesta que traten a los niños como tontos, porque sabe que por muy pequeñitos y bajitos que sean entienden mucho más de lo que los adultos creen. Ella escribe, los niños la adoran. Y aunque sus historias se alejan rotundamente de lo que la mayoría de las personas entiende como literatura para niños, tienen una frescura y una esencia que las vuelve sumamente recomendables para estas primeras edades.

Dedicarse a la literatura infantil

Escribir cuentos para niños no es sencillo. Créanme. Lo he intentado sin éxito múltiples veces, posiblemente ahí reside mi error, en intentarlo. En creer que porque nos apasiona la literatura y tenemos cierta facilidad para la narrativa podemos escoger a qué público acercarnos. No creo que sea tan así; siempre depende de a qué público te puedas acercar mejor. En mi caso, posiblemente no sea la infancia.  Así que intuyo que, por muchos consejos que tomemos en cuenta si no nacimos para este género, mejor es que nos aboquemos a otro en el que nos sintamos más en casa y podamos expresarnos libremente.

Escribir para niños es tan difícil y serio como escribir para adultos. Es imprescindible que sintamos un fuerte compromiso con lo que hacemos y que nos volquemos en cuerpo y alma a dicha labor. Como ocurre en todos los géneros, en literatura infantil también hay buenos y malos libros; escritores realmente comprometidos con el lenguaje y otros que no lo están tanto y que buscan simplemente contar una historia. Ana María Matute es de los primeros y eso es lo que me gusta de ella. Porque creo indispensable que las lecturas para los más chicos incluyan valores y mensajes que los ayuden a crecer como personas y no que solamente los entretengan.

Como en toda creación literaria la pasión juega un papel fundamental, porque solo a partir de ella puede surgir la autenticidad y podemos conseguir que nuestro mensaje llegue a buen paradero. Pero también es necesario trabajar intensamente, sin menospreciar a nuestro público.

Empaparse de buenas lecturas

Así como para escribir poesía es recomendable leer buena poesía, para dedicarse al género infantil es primordial armarse de una buena colección de cuentos y relatos infantiles que nos ayuden a crecer, a tomar consejos a partir de la práctica de otros. En esta lectura debemos intentar acercarnos al detrás de escena. Plantearnos cuáles fueron los objetivos del autor al escribir esa historia, cómo trabajó los personajes y de qué manera presentó y utilizó los diversos escenarios.

Otra cosa que podemos hacer es anotar todas las ideas que se nos ocurran. Para eso siempre conviene llevar una libreta a mano, en la que poder anotarlas. Porque la imaginación no respeta espacios, a veces nos asalta en el autobús o cuando estamos a punto de dormirnos o en cualquier otro lugar. Por lo tanto, estar prevenidos al golpe de imaginación es una opción muy importante.

En un cuento infantil debes ser directo. La claridad es una de las cosas que más se agradece. Para eso es necesario no solo tener una idea sino plantearla con lucidez. Creando un comienzo en el que se introduzca a los lectores en la historia; un conflicto rotundo que es fundamental para que la historia tenga sentido y, finalmente, un desenlace. Debes aprovecharlo para que el lector se lleve la idea fundamental del cuento, si existe alguna enseñanza debe quedar clara para que los peques puedan captarlo como esencia de lo que han leído.

Construyendo personajes y tramas

Como ya te lo hemos contado en otros artículos, la construcción de los personajes también es en un cuento un elemento primordial. Esto significa que los personajes deben ser coherentes consigo mismos. De este modo, los niños podrán ir conociéndolo y podrán ser capaces de decir qué cosas se atrevería a hacer y cuáles no cada uno de esos personajes.

Es importante que no te pierdas en detalles minuciosos al comienzo del cuento, los mismos deberás plasmarlos a medida que avanzas y aquéllos que no sean realmente relevantes, deberías dejarlos a un lado.

Debes tener en cuenta también la importancia de la voz narrativa. No todas las historias se adaptan a un narrador en tercera persona; escoger el tipo de narrador indicado para tu cuento (cosa que casi nadie más que tú puede saberlo, porque eres quien conoce el objetivo del cuento) enriquecerá considerablemente el relato. Un consejo que puede serte de utilidad es escribir el relato varias veces, utilizando diversas voces cada vez hasta que descubras que has encontrado la adecuada.

Escribir para niños no es sencillo pero si contamos con la pasión por esta literatura, la creatividad y la perseverancia ¡podemos conseguir cuentos interesantísimos! Y creo que la literatura infantil es uno de los géneros más necesarios ya que es un espacio en el que puede trabajarse intensamente para formar a personas capaces de sentir la vida y el mundo a través de las letras y comprender que no todo lo que nos rodea está bien y que de nosotros depende sumarnos o no, es decir colaborar o no con las injusticias aceptadas «democráticamente».

Los niños que leen son personas sensibles, abiertas y despiertas; difíciles de engañar e imprescindibles para lograr un cambio en este mundo.