Me he propuesto continuar con estos artículos sobre recomendaciones literarias de escritoras viajando a Latinoamérica, donde residen, desde mi humilde punto de vista, las autoras a las que la literatura más ha sabido ignorar.
Este viaje, sin embargo, me ha resultado sumamente complicado, porque es difícil recomendar sólo a cuatro e intentar no incluir a mis queridas Silvina Ocampo, Clarice Linspector y Alejandra Pizarnik, a las que sé que las tenemos todos un poquito vistas. Sea como sea, creo haberlo conseguido. ¡Allá vamos!
1- Adela Zamudio (1854-1928)
Con muchas autoras el mundo de la literatura ha sido injusto y ha mostrado una ignorancia inverosímil. El caso de Adela Zamudio es uno de los más llamativos; teniendo en cuenta que se trata de, podríamos decir, la precursora del feminismo en Bolivia, es sumamente inconcebible que no goce del prestigio de otras autoras.
Quizá esto tenga que ver con los pocos libros que publicó, o tal vez haya algo de esa mala suerte que siempre acompañó su historia. Lo cierto es que Zamudio fue una poeta sumamente importante, reveladora y rebelde, y también una interesante narradora que supo escribir tanto en tono masculino como femenino.
Su novela «Íntimas», la cual lamentablemente es muy difícil de conseguir en España, es una obra impresionante. Al leerla difícil es no abrir los ojos frente a un mundo injusto con la creación femenina. Además, el tono meláncolico de la voz de Adela es una delicia que convierte el mensaje más sencillo en una pieza exquisita.
2- Hilda Hilst (1930-2004)
Para muchos es una de las escritoras brasileñas más destacada del siglo XX, no obstante no es de las más reconocidas fuera de Brasil. Toda su obra apuntaba a un esfuerzo por comprender lo que hubiera de abstracto en el mundo, valiéndose para ello de un lenguaje puntilloso y preciso.
Su primera etapa la dedicó al completo a la poesía y al teatro y cuando más tarde se inmiscuyó en la narrativa, volcó todo lo aprendido-buscado hasta conseguir una prosa extraordinaria, llena de sutilezas y de una concreción impresionante.
Lamentablemente, es una autora que ha sido poco traducida. Ojalá que esto cambie pronto. No obstante, en español contamos con dos obras extraordinarias que nos permiten comprender ligeramente el universo de Hilda: «Cartas de un seductor» y «La Obscena señora D».
3- María Luisa Bombal (1910-1980)
Hay vida en la literatura chilena más allá de Gabriela Mistral. Y María Luisa Bombal es la viva prueba de que existieron escritoras en este finito país de un potencial impresionante. En su obra se pueden notar la influencia de la literatura europea de mediados de siglo y una viva voz femenina que se muestra firme y necesaria.
Entre los libros más importantes de Bombal se encuentran «La última niebla» y «La amortajada», y «El árbol». No obstante, ha escrito muchísimos cuentos y diversos textos ensayísticos sobre poesía. Es esta otra autora a la que deberían prestarle atención.
4- Delmira Agustini (1886-1914)
Entre las cosas más resaltables que aportó esta uruguaya a la literatura podríamos señalar el haber compuesto una obra donde el erotismo femenino era protagonista, en una época en la que el amo del deseo era el hombre. Por otro lado, cultivó una poesía intimista y delicada que permitió abrir las puertas a una manera diferente de entender el lenguaje y de explorar ese espacio material de la poesía.
Delmira pagó con su vida el haber nacido en una sociedad machista y enferma; después de haber revolucionado el mundo de las letras, otorgándole a la voz femenina una importancia inusitada, corrió una suerte atroz: fue asesinada a los 28 años por su ex esposo, Enrique Job Reyes.
Las obras más interesantes de Agustini son «El libro blanco», «Los cálices vacíos» y «Los astros del abismo».
Y hasta aquí llegamos, aunque evidentemente quedan fuera un montón de escritoras maravillosas. ¡Existen tantísimas excelentes autoras en Latinoamérica que se merecen nuestra atención! Mujeres que han sabido aportar algo especial a la literatura universal y que no gozan del reconocimiento que se merece.
¿No les parece que ya va siendo hora de que los Borges y los Paz pasen a un segundo plano para adorar a las Garro y las Ocampo (que, por cierto, no tienen nada que envidiarles a ellos)?
Comentarios1
Realmente sobresaliente esta nota, me encantó,.
Muchas gracias, Berta. Me alegro muchísimo de que te haya gustado. Un abrazo!
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