Escrivisiones XII

ESCRIVISIONES. Maria Eugenia Caseiro [Entrega 12]
Continuación:

POR ARTE NATURAL.

Tal vez el primer libro fue escrito por el viento. En la arena. El viento cargado de mensajes y secretos trajo y se llevó las palabras de este libro.” El Oro de la Memoria, Enrique Lafourcade.

Puede que la magia de nuestros tiempos haya quedado reducida; por una parte, al ilusionismo o prestidigitación que no es más que una exhibición de la práctica de ejercicios que a partir de trucos y demostraciones, es capaz de producir fenómenos en aparente contradicción con las leyes naturales; y por la otra, a la diversidad de rituales y ceremonias practicados por los diferentes cultos del planeta.

No conocemos ese primer vocablo que pueda remontarnos a los orígenes de la magia, porque sus verdaderos orígenes son naturales y sus manifestaciones inmemoriales. Recordemos que de niños, siempre nos bastó con esas señales que parecían estar entrelazadas con cada pisada, con el movimiento visible e invisible de la naturaleza.

Siendo aún muy pequeñitos, cuando para ello no necesitábamos razonamientos ni explicaciones, ni conocer las palabras con exactitud, ni siquiera la vida, bastaba con descubrir y experimentar las manifestaciones de la magia palpitante; cada instante contaba para la magia, todos los momentos buenos y a veces los no tan buenos tenían su propia magia. Para mí, y creo que ha de sucederle lo mismo a cada niño, existía solo la magia. Aunque alcanzaran a suceder acontecimientos de toda índole, siempre podía confiarse en la magia, y definitivamente magia es la ilusión y la esperanza sacramental en todo momento y lugar del universo.

Como todo momento es un momento mágico, sobreabundan posibilidades para explorar el mundo, y cada evento, por arte natural, debe salvarse y cumplirse obedeciendo cánones mágicos de la propia existencia; elementales, desconocidos e insondables que aumentan la autenticidad utilizando el misterio de su propia energía. He aquí algo que a los niños ofrece una especie de lógica axiomática, esa lógica que ellos dominan y desde su enfoque parece universal porque desconoce otro ángulo. “Tampoco los niños tienen pasado y ese es el secreto de la encantadora inocencia de su sonrisa. ” La Broma, Milán Kundera.

Sabemos que el uso de la magia se remonta al 50 000 AC. La palabra magi (MAY jie) fue usada para denominar a los sacerdotes de las antiguas regiones de Media y Persia y luego del ascenso de Zoroastro (628 DC.- 551 DC.), reformador del mazdeísmo, esta palabra se usó para denominar a los sacerdotes del zoroastrismo. Los historiadores nos hablan de ciertos comienzos en la corrupción de los sacerdotes o Magis, no se nos deja claro circunstancia alguna durante el desarrollo de la humanidad que haya favorecido la corrupción de este concepto.

La palabra magia que utilizamos hoy día tiene sus orígenes en el latín (magiam) y en el griego (mageia); sirve para nombrar el conjunto de creencias y prácticas basadas en la idea de la existencia de poderes ocultos en la naturaleza y que pueden conciliarse o conjurarse para conseguir un beneficio, o contrariamente para perjuicio de alguien, pero ambas cosas suponen lograr una eficacia material. La magia blanca theurgia se utiliza para denominar el conjunto de rituales que incluyen mitos y prácticas cuyo objetivo es alejar los malos espíritus, conjurar la mala suerte o curar a las personas víctimas de maleficios, hechizos o malos espíritus. Capítulo, en la historia de la magia, dedicado a aportar el sentido positivo del vocablo. La magia negra guetella, a diferencia de la blanca, tiene como objetivo conjurar los malos espíritus y las fuerzas sobrenaturales para que ejerzan sus poderes contra alguien a quien se intenta perjudicar. Prácticas que aportan el lado negativo, la cara oculta y aciaga de la magia.

En sentido figurado, se refiere al atractivo o encanto que aparente exceder la realidad. Esa magia, a la que se refería el autor de Platero: “Tiene acero. Acero y plata de luna al mismo tiempo”.

I. La Magia de la Vida.

En vano se echa la red ante los ojos de los que tienen alas.” Gabriela Mistral

Mucho más que enfrentar todas estas yuxtaposiciones, la magia, como el alma y la vida, es fundamento cósmico, un concepto puro y original, libre, incalculable e infinito, una de esas definiciones esenciales en las cuales, como dije antes, no cabe la rigidez de concepto. La magia no nace porque nada ni nadie la crea, aunque todos debamos descubrirla. Magia no es fruto sino Árbol, no es hija sino Madre. Magia es comienzo y proceso en progresión, es el origen de todas las cosas, el transcurso del tiempo y su permanencia perpetua, está implícita en la naturaleza y acentúa el perfil de romanticismo y susceptibilidad de cada cosa, la presencia tanto como la ausencia; la luz o la sombra; el blanco o el negro; el brillo o el mate; la intensidad o la moderación; la consolidación o el escape. Magia es el misterio en toda su intención, la combustión del color aplicada al sentimiento místico, el corazón de la esperanza, es la fuerza de la ilusión, la energía de la seducción, la médula de la esencia fundamental y el nervio de la vida.

Un niño no puede concebir un mundo sin magia, porque su mundo es mágico, (el mundo es mágico) aún cuando halla en él muchas cosas que no son buenas. Un niño no puede prescindir de la magia, porque nace de ella y la reconoce en todas partes.

Para una criatura que por naturaleza es dada a la espontaneidad, que posee el don de simplificar las reglas y que es inocente a toda complejidad, no existen barreras de interpretación ni comunicación. La verdadera magia se asume por arte natural y este principio se percibe y se difunde sin que sea necesario ningún aprendizaje.

La diversidad que aporta en la vida de un niño la familia y cada uno de sus miembros; el entorno incluyendo las características particulares de cada individuo con sus diferentes etapas anímicas; cada vocablo, las innumerables acepciones que afrontan; la sociedad, cada hecho, fenómeno o diferencia de cualquier índole, definitivamente conforman una compleja y heterogénea gama de contrastes estructurales a los que la asombrosa facultad de un niño se ve apremiada a encarar, resumir y dar contestación de manera pronta y eficaz.

Si queremos comprobar las facultades de un niño para simplificar los criterios y vencer trabas con verdadera sencillez, podemos conseguirlo con un simple ejemplo: Presentemos dos niños de diferentes razas, culturas, posición social, lengua, religión y todas las diferencias que se le ocurra añadir; los dejaremos solos por un período de tiempo relativamente corto. En menos de lo que demos una vuelta ellos comenzarán un sencillo proceso de comunicación pasando por encima de todos esos antecedentes que para cualquier adulto pueden ser un verdadero obstáculo. A su regreso encontrará niños sin diferencias. Probablemente antes de lo que pueda calcular, los encontrará charlando, jugando, usando una fresca combinación de mímica y ambas lenguas que nos mostrará el aprendizaje natural y la combinación de todas las complejidades en una armoniosa sencillez y el resultado: el encanto de los ángeles, el arte natural que entraña la magia.

Si estamos de acuerdo en eso, también lo estaremos en que la palabra, muchas veces calla más de lo que dice, oculta más de lo que muestra. La vida es mágica, tanto en la evolución como en todo proceso que atesora está presente la magia. La magia está en todas partes, emana de cada lugar, de cada objeto, de cada sentimiento puro del hombre, en cada instinto ingénito de los animales, en toda biología y genética, se nos presenta en la imantación que ejercen las diferentes polaridades, en la gracia y la prestancia de la naturaleza, en todas las artes.

Nos ha tocado a nosotros sondear el fondo de lo humano y contemplar los abismos de lo inhumano, desprendernos así de engaños, de falacias ideológicas, purgar el corazón, limpiar los ojos, y mirar al mundo, con una mirada que, si no expulsa y suprime todos los habituales prestigios del mal, los pone al descubierto y, de ese modo sutil, con sólo su simple verdad, los aniquila.» Interpretaciones (fragmento). Francisco Ayala, narrador y crítico español, miembro de La Real Academia Española.

La magia tiene aliados en todas las estancias y ocasiones, sus peores enemigos son el escepticismo y la apatía. La magia es misterio y los verdaderos misterios solamente se dan como fenómenos que no pueden resolverse. Un fenómeno que puede explicarse puede resultar muy útil, pero una vez revelado, pierde todo su encanto y seducción.

Para reconocer la magia basta con sentirse parte de la naturaleza y percibir nuestro enlace cósmico con cada rincón, con cada cosa, con el aire que respiramos. Este enlace cósmico entre todas las cosas subraya la legitimidad de la magia.

Asegure su buena porción de magia para el trayecto que le corresponde de este viaje, es indispensable. Rescatemos la magia, nuestra infancia; el pasado no es un sueño, es algo que estuvo con nosotros, no es necesario aprehenderlo solo recordarlo pues para eso tenemos la memoria y el alma. Practiquemos la magia como un ejercicio, una y otra vez, hasta que se nos haga habitual y espontáneo, hasta regresarla a nuestra vida, traerla al presente, a lo cotidiano, como cuando éramos niños.

Las cartas y las fotografías son recuerdos preciosos, testimonios, verdaderos instrumentos de seducción y fascinación para esta práctica porque contienen una buena dosis de fantasía y la impresión que necesitamos para nuestro propósito, para evocar el encanto y eternizar el hechizo, luego la visión interna del alma será nuestro enlace con ese momento mágico deseado. Siempre que observamos una fotografía o leemos una carta, podemos regresar al momento mágico, no importa cuanto tiempo ha transcurrido. La magia del instante es legítima, irrefutable, inmortal. Despertemos esa infancia que duerme en nosotros. Revivamos la magia. ¡Viva la vida!

Continuará……….
Adelanto para la próxima entrega:
BIFURCACIONES.
a. Cosmovisión.
b. Semiótica.
c. Mecánica.

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Comentarios1

  • Marisa

    Es bello tu artículo María Eugenia y comparto los conceptos vertidos con tu estilo y tu investigación por la claridad de su aporte. Por cierto todas las generaciones han mantenido viva de alguna u otra manera la magia por ser una necesidad que dulcifica la vida, creo -como bien lo cuentas respecto a los niños -que la magia ya proviene del ser humano , que la trae al nacer por lo que despiertan los niños ... solo que a veces se descuida y se va dejando de lado . Afortunadamente el ser humano espiritual ha sido consecuente en rescatarla de las pequeñas cosas en todas las civilizaciones a pesar de esos enemigos cada vez más fuertes que son la apatía y el escepticismo que rodean o por donde discurren nuestras civilizaciones - envueltas en lo material - a expensas de perder eso tan bello y misterioso llamado magia..
    Gracias por este artículo que es una vuelta de rosca que nos alienta en nuestra vida espiritual.

    Marisa Aragón Willner



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