Escrivisiones XIV

tunel.jpgESCRIVISIONES. María Eugenia Caseiro
Continuación:

EN LAS FAUCES DEL TÚNEL.

I. Desvío al Olvido.

«La memoria es frágil y el transcurso de una vida es muy breve y sucede tan deprisa que no alcanzamos a ver la relación entre los acontecimientos, no podemos medir la consecuencia de los actos… por eso mi abuela Clara escribía en sus cuadernos, para ver las cosas en su dimensión real. ” La Casa de los Espíritus (fragmento), Isabel Allende

Dejamos la infancia y sus sueños fosilizados en aquel tiempo, la imagen aparente, el viejo ensayo; la multiplicidad, el yo confrontado y los rostros ajenos cristalizados en el océano del “espejo”, convertidos en máscaras sobre las propias diferencias superpuestas; todo a conformar la imagen reflejada. Acabamos por supeditarnos a lo que creemos, a sobrellevar lo que parecemos y abordamos el carril de los grandes olvidos.

Si no reflexionamos apropiadamente puede cortarse el hilo y caeremos en las fauces de ese túnel que nos limita, nos oculta de la luz y la verdad en donde habremos olvidado lo que en realidad podemos ser. Antes sabíamos que éramos nosotros mismos en el tiempo, sin máscaras; seres extraordinarios, dignos de lo inolvidable; seres que vivíamos en un universo mágico poblado de otros seres y objetos mágicos, que a su vez constituían un mecanismo contra el mal. Sabíamos que podíamos tener fe y esperanza, y que podíamos alcanzar la luna con sólo cerrar los ojos; sabíamos que éramos luz y que formábamos la luz del mundo y que podíamos poner todas las cosas en su sitio; sabíamos que íbamos a vivir eternamente y que existía la magia y la felicidad en cada animación del alma.

El embate de la disconformidad llega a su punto álgido en la adolescencia, cuando teóricamente muchas cosas parecen no tener lógica, y nos dejamos llevar por la atrayente variedad de estímulos externos y el brío de la juventud, sin conceder demasiado tiempo, a veces ninguno, a la reflexión.

Yo doy todos mis versos por un hombre / en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso, / mi última voluntad. Blas de Otero.

Empujados en ese tropel de los llamados golpes de la vida, las diferencias, los complejos, las culpas, el resentimiento, el orgullo, la soberbia…, muchas veces nos sentimos solos aunque estemos rodeados de familiares y amigos; nos vamos apartando de la magia, sencillamente la olvidamos como también olvidamos la felicidad y la sencillez de los procedimientos naturales, por ese despliegue de circunstancias, por esa agitación propia que nos exige la vida cotidiana. Respondemos casi como autómatas a cada transcurso, como arrastrados en una corriente, o por el llamado del “espejo”, ese espejo del que hablaba Goethe, que no es más que nuestro propio comportamiento con toda la resonancia de sus ámbitos encubiertos. Ingresamos en sus aguas descendiendo en la espiral de azogue a sumergirnos en una frecuencia de olvidos, en la permanencia en sus tinieblas.

Olvido conviviendo con olmo, olor u omega. El diccionario le recuerda y l describe: “Falta de recuerdo acerca de algo. La cesación de un afecto que antes se sentía y finalmente la omisión o negligencia de lo que debía hacerse o tener presente.” La realidad puede exceder los límites de la voz y sus grafías.

Hans Georg Gadamer, filósofo alemán, discípulo de Matin Heidegger y renombrada figura a todo lo largo del siglo XX, en su obra principal, Verdad y Método, publicado hace casi medio siglo (1960), se refiere abiertamente a que el término científico es insuficiente para explicar el comprender propio de las ciencias del espíritu, y frente a las pretensiones de universalidad de la ciencia, este hombre cree poder demostrar zonas de verdad fuera del área científica; zonas que, axiomáticamente, coinciden con las estructuras del comprender.

A pesar del tiempo transcurrido la ciencia no puede pronunciarse como es el deseo de muchos a estas alturas de la historia; al menos reconoce la complejidad de las áreas a las que no puede penetrar. Lo que es desconocido para la ciencia, es “complejo” (complejamente complejo), aunque todavía no lo declara impenetrable.

Si el pensamiento científico moderno busca un saber exacto y objetivo, tal vez no esté tan lejos como parece del espíritu. El espíritu no duda, no necesita buscar ese saber porque sabe y percibe donde está lo que busca; percepción, instinto ligado a esa memoria prehistórica, amparo del alma.

El olvido que como el recuerdo, parece estar vinculado al tiempo, obstruye cualquier posible articulación dentro del propio tiempo, interceptando el paso de la luz hacia las tinieblas. Según Gadamer, quien muere a los 102 años de edad, (marzo 2002), “el tiempo es lo único que nos sirve como puente entre dos mundos pues está colmado por la tradición. ” El gran triunfo de la tradición sobre el olvido es que la misma, desde la memoria que ama lo que atesora en el alma, yace transmitida de generación en generación. Puede culparse al olvido de negar la tradición pero ésta se encarga de negar al olvido asumiendo así el ejercicio de acoger y conservar, de transformar en sí misma lo positivo de toda etapa precedente, y tal como se dice de la ley de la negación, repite, en plano superior rasgos del inferior del que partió y tiene, en su conjunto, carácter de progreso.

La tradición, que se evidencia a través del individuo y de la sociedad y cuyas bases se hayan sedimentadas en la propensión natural del hombre a conservar el pasado en el subconsciente, forma parte de esa gran herencia cuyas manifestaciones, como el apego, aportan muchísimo a la garantía del espíritu en defensa de los trastornos que puede ocasionarle el olvido. Es claro que muchas veces olvidamos lo que queremos olvidar aunque no siempre es posible deshacerse del apego en toda su magnitud y diversidad.

Gadamer al que se atribuyen grandes contribuciones en la filosofía actual, principalmente en el campo de la hermenéutica (entender de manera explícita lo que un texto contiene de manera implícita), también pensaba que la filosofía no tenía razón de ser sin esa categoría del comprender, y en su Verdad y Método, ataca la estrecha visión del método científico como única vía para alcanzar la verdad. Puede que el saber exacto y objetivo no esté tan lejos como se cree, sino que probablemente asumimos una complejidad inexistente y empleamos técnicas demasiado complicadas para buscar el camino que nos es dado en origen.

El olvido puede ser más antiguo que la propia existencia, primitivo y salvaje como las tinieblas de la prehistoria. Su energía, su magia y poder, nos afectan tanto positiva como negativamente. El olvido va más allá del deseo y tiene su aliado principal en el abandono de la búsqueda; también el cansancio, la indiferencia, la apatía, el desdén, la distancia, el despego y la ausencia le favorecen, además de formar parte del cuadro de representaciones negativas de la magia y del alma. Su peor enemigo es la memoria y su fiel servidor, el tiempo. El olvido tiene poder, su fuerza es natural y no reconoce gobiernos. Puede sanar heridas, atenuar rencores, mitigar penas, debilitar el odio y apagar la sed de venganza, por ende puede hasta salvar vidas, pero puede ser imperdonable y fatal, egoísta y mentiroso, resentido y desleal, puede calcinar las ideas, encerrar las buenas razones, alterar el ritmo de la vida, oscurecer el tiempo, nublar la memoria y obnubilar la vida. Sus principios son desconocidos, olvidados desde sus propios orígenes; sus consecuencias, de toda índole.

Continuará……….
Adelanto para la próxima entrega:
II. La Senda de la Luz.
a. Mecanismos.
b. La Lámpara del Cuerpo.

Comentarios9

  • Migdalia B. Mansilla Rojas

    ¡Qué interesante y maravilloso artículo mi querida Mariú!
    ¡Cómo estoy disfrutando de ellos y sobre todo de este en particular que toca el tema del olvido y las presencias en las ausencias vividas!
    Tema que me apasiona, como el mismo que trata del tiempo.
    Un placer seguir tu palabra.

    Besos,
    Migdalia

  • Baárbara Morale

    bastante bueno, mellamo mucho la aencion, sentir algo tan cerca que siempre dejamos de lado, el saber su verdadero significado o lo que este conlleba sus enemigos sus aliados sus solores sus decadencia, su inefable sentir. me ha ayudado mucho muchas gracias Maria Eugenia Caseiro por tu escrito ^^

    saludos. Bárbara Morales.

  • cardoblanco

    ¡Muy interesante tu articulo ! El cual me lleva a reflexionar, sobre to0do con respecto al olvido en verdada creo que es una condicion innata en el hombre;olvidar, escapar ,ser un poco avestruz, para poder seguir adelante, son muy pocos los que enfrentan sus propios fantasmas , y luchan contra si mismo y contra lo ajeno.

    saludos :
    Cardoblanco

  • maria eugenia caseiro

    Gracias a todos ustedes, quienes me hacen llegar sus impresiones.
    Les escribiré a todos una nota a los correos que han dejado. Lo mismo si tienen alguna pregunta, alguna duda o necesitan algúna aclaración.
    A los que han solicitado compartir o publicar el ensayo con fines didácticos, les dejosaber que pueden hacerlo siempre y cuando citen autor y fuente
    Les saluda cordiamente
    Maria Eugenia Caseiro (Mariú)

  • mico

    Muy bueno su ensayo. Me parece interesante todo lo que tiene que ver con estos temas que está tratando. Son importantes además
    Un gusto leerla
    Mico

  • helen

    me ha hecho pensar mucho lo que dice, como para que a uno se le ablande todo lo que tiene guardado adentro y comience a recordar y no dejar pasar el tiempo por gusto
    gracias por esto
    helen

  • Marisa

    María Eugenia, un artículo muy bueno citando contribuciones de Gadamer y del papel de las ciencias donde no puede llegar a explicar
    . Entonces me quedo con tu último bloque , que hallo particularmente sabio, se debería llegar a aplicar un olvido selectivo , ya que hay casos que lo ameritan para bien de nuestra existencia y otros que requieren que se transmita por tradición, que se conserve en la memoria. El justo balance.

    gracias por tu escrito.

    Marisa Aragón Willner

  • Teresa Aponte

    Especial. Es el adjetivo que tengo para este escrito suyo. Muy bueno que se hagan estas referencias y se hable de temas de tanto interés
    Un lujo. Gracias,
    Teresa.

  • Eva Valentin

    Es un honor y una gran alegria leer su articulo. Son muy interesante y elevan a una al universo en estos dias tan sombrios y ajetriados de la vida. Comparto sus pensamientos y obras si me lo permite aunque son suyos nos los envia para disfrutar de ellos.

    Eva



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