Muchos son los autores que a la hora de escribir han encontrado la mayor inspiración en sus entornos, en sus países, en su tierra, en la sociedad en la que viven…Buena muestra de ello es el novelista y dramaturgo francés Víctor Hugo.
Y es que aquel en muchas de sus obras lo que hace es abordar el pasado y el presente del continente europeo, a través de historias donde intenta plasmar todos los males que acechan al viejo territorio así como las tragedias o la ausencia de valores que están por llegar.
Numerosos son los libros que podríamos utilizar para poder dejar constancia de esa afirmación que realizamos acerca del padre de las míticas “Nuestra señora de París” (1831) o “Los miserables”. No obstante, a continuación te dejamos algunos ejemplos. Quizás no sean sus trabajos más significativos pero permiten expresar a la perfección el interés que sentía por el continente en el que vivía:
Hans de Islandia. En el año 1823 fue cuando se llevó a cabo la publicación de esta novela que gira en torno a unos trágicos acontecimientos que tienen como eje central la figura que le da título a aquella. Se trata de un ser absolutamente grotesco y de una maldad inusual, que pasa a ser el pilar alrededor del cual vemos como tienen lugar las peores facetas del ser humano: la venganza, la ambición, el odio, la conspiración…Y todo a pesar de que el amor, en cierta manera, también está presente.
Claude Gueux. Uno de los libros más dramáticos, sentimentales y duros de cuantos salieron de la pluma de Víctor Hugo es, sin lugar a dudas, este que viene a abordar nuevamente las miserias del hombre europeo.
El protagonista no es otro que un obrero al que para poder alimentar a su familia no le queda otro remedio que delinquir. Su acción le hará ser detenido y enviado a la cárcel donde deberá cumplir una condena de cinco años.
Su carácter fuerte y valiente le hace afrontar ese nuevo camino en su vida con serenidad, resignación y capacidad de adaptación. De esta forma, es como logrará el respeto del resto de reclusos y como forjará una estrecha amistad con un compañero que le ayudará a tener una vida mejor dentro dándole parte de su comida.
Sin embargo, no todo será positivo. La vida en prisión será excesivamente dura para el protagonista que tendrá que hacer frente a todo tipo de ataques y humillaciones por los directivos del centro penitenciario. Y más aún cuando estos descubran que el protagonista es querido por todos y puede convertirse en el líder de una revuelta.
El hombre que ríe. 1869 fue el año elegido, en este caso, para publicar esta novela que viene a mostrarnos cómo era la sociedad inglesa del siglo XVIII. Y lo hace de manera dura y sin miramientos, dejando patente que frente a las penurias de la gran mayoría de ciudadanos, los más acaudalados se dedicaban a perder el tiempo en imponer normas, refinamientos y orgullos rancios.
Todo eso lo plantea a través de un elenco de interesantes personajes, entre los que destacan una duquesa con bastantes matices lujuriosos, una huérfana ciega o un filósofo de lo más peculiar.
Comentarios2
El Padre Santo, digo / no es más que el Gran Mendigo que reparte indulgencias. / Los asuntos caminan con más o menos gracias o excelencias, / más o menos piedad, más oraciones / más o menos fervor, por el dinero; / del que es la Santa Iglesia de ese clero / la usurera siniestra. Roma tiene, debajo / la podredumbre, el lodo, y encima está la púrpura / para cubrirlo todo.
del poema “Los cuatro días del Ciis” de VICTOR HUGO
Traducido del francés por Rubén Darío
Su obra es reconocida en todo el mundo y siempre será un clásico.
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