Estamos rodeados de numerosos términos provenientes de otros idiomas. Y estamos acostumbrados a utilizarlos casi de forma indiscriminada. Pero ¿realmente son todos necesarios? ¿No estaremos dejando en el olvido expresiones propias de nuestro idioma para suplantarlos por otros que en verdad no manifiestan del todo lo que queremos, por el solo hecho de que los consideramos más cancheros o modernos?
En este artículo definiremos el concepto de extranjerismo y abriremos la puerta a un futuro artículo sobre los anglicismos más aceptados en nuestro idioma.
Extranjerismos innecesarios
Un extranjerismo es una palabra o expresión lingüística que un idioma toma de una lengua extranjera y lo adapta a su discurso.
Es importante mencionar que todos los idiomas los poseen y que, de hecho, es gracias a la mixtura de los diferentes idiomas que ha sido posible el surgimiento de todos. Convengamos que todos los idiomas tienen raíces en lenguas más antiguas; en algunos casos en varios de ellas, como sucede con el español.
Un idioma es un sistema en constante movimiento, que se modifica a lo largo del tiempo para adaptarse a las nuevas realidades y servir como herramienta indiscutible para la comunicación entre todos los individuos que la compartan. Por tanto no es negativo que tomemos palabras provenientes de otros idiomas; lo negativo es que las adaptemos a nuestra comunicación con nuestras reglas teniendo otros términos propios que podrían servirnos perfectamente para decir lo mismo.
Por otro lado, muchas veces optamos por extranjerismos que realmente no son necesarios ya que contamos con un término semejante en nuestro idioma. En este último caso las reglas son tajantes: si se puede escoger una palabra de origen nativa siempre se prefiere a cualquier extranjerismo.
Esta regla se refiere a aquellos términos de origen extranjero que tienen su equivalente en el español, por lo cual se torna innecesario su uso. Son los extranjerismos innecesarios.
Extranjerismos necesarios
Están, por otro lado, los extranjerismos necesarios que son aquellas palabras foráneas que no tienen un equivalente en el castellano o, si los tienen, son demasiado ambiguos y no expresan lo que el locutor desea.
A su vez, dentro de los extranjerismos necesarios podemos definir:
- los que mantienen la escritura y pronunciación originales: deben escribirse siempre en letra cursiva para dejar en claro que no son propios de nuestro idioma. Además, deben mantener la ortografía original. En esta clasificación se encuentran los términos blues y software.
- los que adaptan su escritura y pronunciación al español: dada la coherencia que nuestro idioma exige entre la grafía y la pronunciación de las palabras, a veces se prefiere adaptar los extranjerismos a las reglas de nuestro sistema ortográfico. Podemos encontrar dos tipos de extranjerismos dentro de esta clasificación: extranjerismos con su grafía original pero con pronunciación y acentuación gráfica del español (master), y extranjerismos que conservan su pronunciación original pero adaptando su grafía al español (parquin).
Extranjerimos e identidad
La identidad cultural es fundamental. La tenemos todos y si permitimos que otras culturas nos ocupen llegará un día que no existirá la diversidad cultural e idiomática y estaremos todos balbuceando un idioma ininteligible. Una mezcla entre el inglés y todos los idiomas existentes. ¿Realmente queremos eso?
Personalmente me encanta la musicalidad del idioma anglosajón y ciertos sonidos que nosotros no tenemos. Pero también creo que es imprescindible rescatar del olvido términos útiles, armoniosos y bellos que pertenecen a nuestro idioma y que hemos dejado de utilizar.
Con el paso del tiempo nuestro diccionario se ha ido llenando de anglicismos. Palabras que tuvieron el objetivo de brindarle un soplo de aire fresco al lenguaje. Palabras como club, póster, pub parecen necesarias y, a veces, hasta olvidamos de dónde provienen.
No obstante muchas veces adaptamos términos que provienen de otro idioma, sobre todo del inglés, arrinconando nuestros propios conceptos y ensuciando nuestra comunicación por la mera idea de que así somos más cancheros o «jóvenes». Posiblemente, ignorando lo perjudicial que puede ser esto para nuestro idioma, que cada vez se ve más empequeñecido y empobrecido.
¿Cuántos anglicismos utilizamos? En la siguiente lista podrán ver una serie de conceptos que se utilizan mayoritariamente en su forma anglicista, pese a que poseen un equivalente apropiado en español. Estos son: shorts (pantalones cortos), jeans (pantalones vaqueros), online (en línea), muffin (magdalena), sponsors (patrocinadores), bol o bowl (tazón o cuenco), fashion (de moda), business (negocios), parking (aparcamiento, estacionamiento), workshop (taller), cómics (tebeos)…
¿Por qué los necesitamos? Porque nuestro estilo de vida así nos lo exige. Como bien lo expresa Fernando Lázaro Carreter, mientras el modelo de vida norteamericano no solo se acepte sino que que asuma con entusiasmo por toda la sociedad, mientras nuestra vida social no sea más sólida, estaremos a merced de los anglicismos americanos, es una guerra perdida.
A esto me gustaría agregar: mientras dejemos que las tendencias marquen toda nuestra vida y organicemos nuestro lenguaje en torno a las modas, tendremos una comunicación deficiente. Y contribuiremos con la pérdida de un idioma sumamente rico a la vez que nos deshacemos de nuestra propia identidad.
Comentarios1
Interesante e ilustrativo artículo, con el cual estoy plenamente de acuerdo, muchas gracias por ayudarnos a crecer. Felicitaciones y muchas gracias.
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