Con un nombre tan artístico como el que posee casi era imposible que Gioconda Belli no tuviera cualidades en ese sentido. En concreto, esta mujer nicaragüense más que por la pintura se ha decantado por la Literatura, dentro de la cual ha dejado una profunda huella.
Hablar de esta pluma supone destacar su mágica poesía, con la que ha logrado importantes reconocimientos como el Premio Casa de las Américas en 1978 o el Premio Generación del 27 en el año 2002.
No obstante, en este caso, queremos destacar su faceta narrativa. Y es que, aunque quizás sea algo más desconocida, es indudable que sus novelas gozan de una calidad incuestionable y de un atractivo altísimo. En concreto, hasta el momento estos son los libros que han tomado especial protagonismo en esta línea dentro de su carrera:
La mujer habitada. En 1988 fue cuando se llevó a cabo la publicación de este trabajo, ganador del galardón que otorga la Fundación Friedrich Ebert así como del Premio Anna Seghers.
La dictadura de Somoza se convierte en eje central de este relato en el que descubrimos como una mujer, una arquitecta llamada Lavinia, luchará con “uñas y dientes” contra aquella. Y lo hará a partir de que conozca y se enamore de Felipe, muy comprometido con lo que sería la lucha para la liberación del pueblo de las garras de esa situación política.
Así, el lector descubrirá como la protagonista cambiará su vida, sus ideas y sus perspectivas profesionales. Y todo por amor, un amor que le hará hacer frente a situaciones realmente complicadas, difíciles y que pueden poner en peligro su existencia.
Sofía de los presagios. En el año 1990 fue, sin embargo, cuando Gioconda Belli tomó la decisión de publicar esta otra novela que toma como punto de partida una dramática situación: la pérdida de una niña de siete años, la que da título a la obra.
Aquella es una pequeña, que en medio de un barullo de gente y de la discusión de sus padres, se aleja de ellos y nunca más volverá a encontrarlos. Eso hará que comience una nueva vida, con otros progenitores, que tendrá momentos muy felices pero que también estará marcada por otras situaciones realmente duras y complicadas.
El adaptarse a las costumbres gitanas o el tener que asimilar otras formas de ver la vida serán dos de las dificultades a las que se enfrentará esta pequeña a lo largo del tiempo. Y de todo ello será fiel testigo el lector que irá acompañándola en su crecimiento y en su llegada a la edad adulta, donde volverá a repetirse otra pérdida pero también el encuentro con el amor.
El pergamino de la seducción. De 2005 es este libro que se ha convertido también en otro de los más significativos de la bibliografía de la autora nicaragüense.
En este caso, la figura que ejerce como leit-motiv no es otra que el personaje real de la reina Juana de Castilla, conocida como Juana “la Loca”. Se trata de una mujer con carácter y que se rebeló contra las imposiciones del momento, pero que finalmente, por distintos motivos personales y de poder, acabó siendo declarada demente y eso la llevó a ser encerrada en un convento.
Todo lo que aconteció entorno a esta reina es lo que intentará descubrir cuatro siglos más tarde un historiador. Y lo hará de la mano de una joven que guarda mucho parecido, por determinadas circunstancias, con la que fuera figura clave de la Historia de España.
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