Cuando hablamos del escritor español Federico García Lorca, miembro fundamental de la Generación del 27 y uno de los más importantes literatos en castellano, se nos vienen a la mente sus magistrales obras poéticas tales como Poeta en Nueva York (1930) o Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935).
No obstante, aquel siempre sintió verdadera devoción y pasión por el teatro. De ahí que fundara la conocida compañía La Barraca que, hasta el estallido de la Guerra Civil Española, recorrió las poblaciones del país representando las mejores obras de los grandes dramaturgos del Siglo de Oro como Lope de Vega o Calderón de la Barca.
Precisamente esa fascinación que sentía por el ámbito teatral, le llevó a escribir una gran cantidad de obras de ese tipo que hoy se han convertido en auténticos clásicos, y que décadas después siguen llenando los escenarios de todo el mundo en sus representaciones.
En concreto, podemos decir que estos son sus trabajos más importantes dentro de este último género:
Bodas de sangre. En el año 1933 fue cuando se estrenó por primera vez esta obra trágica que viene a abordar temas tales como el amor, la vida y la muerte.
En concreto, aquellos asuntos los presenta y desarrolla a través de una historia, que toma como fuente de inspiración unos hechos reales que ocurrieron en un pequeño pueblo de Almería en 1928 y que ocuparon las portadas de los distintos periódicos del momento.
La trama que nos cuenta es la de unas familias que viven y vivirán una existencia llena de tragedias y todo ello teniendo como núcleo a dos jóvenes que van a casarse. Sin embargo, la novia sigue sintiendo algo muy especial por el que fuera su pretendiente anterior. Todo ello desembocará en ruptura de las normas morales de la época, deseos de venganza e incluso la muerte.
Yerma. No menos importante dentro de la bibliografía de Federico García Lorca es esta obra teatral, estrenada en 1934, que toma como protagonista a la mujer que le da título. Esta vive junto a su esposo en un pequeño pueblo y no es feliz.
La muchacha se encuentra sufriendo enormemente porque su marido tiene como única aspiración el trabajar en el campo y porque además él es estéril. Esta última circunstancia es especialmente la que hace que Yerma esté frustrada pues son enormes sus deseos de ser madre. A tal punto llegará su desesperación, que acabará asesinando a aquel.
La casa de Bernarda Alba. Asimismo no podíamos pasar por alto el hacer referencia a este trabajo, que ha pasado a ser uno de los más importantes de la carrera de su autor y también a ser considerada una de las obras cumbres de la Literatura Española de todos los tiempos.
1936 fue el año en el que se produjo el estreno de esta tragedia que toma como figura central a la mujer que le da título, una fémina de 60 años que acaba de quedarse viuda por segunda vez.
Ese dolor que siente hace que la protagonista informe a sus hijas de que estará de luto durante ocho años, de ahí que tome la decisión de que en ese tiempo nadie del exterior entrará en la casa familiar. Una situación que no gustará en absoluto a aquellas jóvenes que están en momento de encontrar novio.
Todo ello desembocará en una situación muy conflictiva que hará sacar a relucir los conflictos generacionales, las normas de la sociedad de aquel momento o incluso el fanatismo religioso.
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