El último libro de Fernando Vallejo se llama «El cuervo blanco» y es una reveladora historia sobre el filólogo Rufino José Cuervo Urisarri. Entre las buenas obras de este filólogo se encuentra una gramática latina, la cual la desarrolló con Antonio Caro, y cuyo objetivo era comprender en un diccionario a todas las frases pronunciadas y escritas que pudieran haber existido o aún lo hacían en todo el universo de la lengua castellana desde sus orígenes. Se tomó este trabajo con intensa laboriosidad y pese a ello, al ser una empresa casi imposible, cuando murió tan sólo había conseguido llegar a la letra D.
Hagiografía de Cuervo
Puede que Vallejo sea el escritor menos indicado para escribir una hagiografía, siendo que no es creyente, sin embargo seguramente esta obra sea la mejor historia de santos que jamás se halla escrito.
Para llevar a cabo esta obra, Vallejo se basó en una gran cantidad de documentos sobre la vida y textos escritos por el propio Cuervo; su resultado es una auténtica obra donde se especifican las condiciones que reunía este filólogo y por las cuales debe ser santificado.
El fundamental objetivo del escritor radicado en México es terminar la labor que comenzó Cuervo: rescatar el idioma castellano, conseguir que no siga estropeándose y perdiendo su esencia. El propio Fernando explicó que considera que el español se está convirtiendo en un adefesio anglizado en todos los lugares donde todavía se habla y por eso, en este libro intentó hacer un homenaje y recordar la importancia del idioma (al que denomina su patria):
José Cuervo significó para él una figura importantísima desde niño; desde entonces pareció perseguir esta obra, cuyo titulo hace referencia al sobrenombre que le pusiera el lingüista August Pott, cuervo blanco. Cuervo fue un filólogo excepcional, sin tener para ello que pasar por la universidad (era autodidacta). Vallejo siempre supo esto y lo apreció y valoró por ello, sin embargo al comenzar a escribir esta biografía, descubrió que este hombre también era un santo.
Para Vallejo Cuervo es un santo, y en esta obra se encarga de explicar por qué lo considera así y asegura que no sabe si era un genio o no, pero sí que era un hombre bueno y dice que en el mundo hay muchos geniecillos y hombres que son vanagloriados, como ciertos científicos, pero que sin embargo no fueron más que mentes brillantes.
Vallejo se caracteriza por ser un hombre que todo lo cuestiona, una de sus principales virtudes para mí; es capaz de meterse tanto con el papa como con el presidente de tal o cual país, sin temor a las consecuencias que esto pueda tener, anteponiendo siempre su capacidad de raciocinio a las reglas impuestas por los sistemas. Y por eso, porque cree que todos podemos todo aquello que queramos es que en su última obra se atreve a canonizar a Rufino José Cuervo y dice:
Sobre el nacionalismo y otras costumbres nefastas
Mientras preparaba este artículo estuve buscando información del escritor en Internet y llegué a una entrevista realizada en Colombia hace unos meses que me pareció sumamente interesante. Vallejo, quien ha renunciado a su ciudadanía colombiana porque en este país ha sido tratado casi como un delincuente, tan sólo por haber dicho lo que pensaba. Cuando comenzó a realizar películas, fueron prohibidas, toscamente censuradas, y como aseguraba que sólo le interesaba hacer cine colombiano, puede decirse que su propio país le impidió desarrollar esta profesión.
Lamentablemente uno de los mayores problemas de las sociedades es el nacionalismo, y las personas parecen convencidas de que si uno nació en tal o cual lugar le debe algo a esa tierra, ¿qué clase de mentalidad ridícula es esta? En dicha entrevista un oyente le preguntó a Fernando qué respondería el día que termine su paso por esta tierra y llegue «adonde llegue» y le pregunten qué hizo de bueno por Colombia. Con muchísima altura, el escritor le respondió que no tiene nada que hacer por Colombia, este país no ha hecho más que atropellarlo.
Me pareció una respuesta tan sensata que quise compartirla en este artículo, porque este es uno de los errores más comunes en los nacionalistas, creer que aquellos que nacen en el territorio que se considera nacional tienen la obligación de dar algo por esa tierra, ¿aun si esa tierra no les permite llevar a cabo sus convicciones?
Otra de las convicciones de Vallejo es el ateísmo, critica a la iglesia y a las costumbres que ha divulgado por todo el mundo; muchas de ellas responsables de la pobreza en el mundo, como la negación a la educación sexual y la imposición de esa estúpida misión de que los seres humanos venimos al mundo para procrear. Para él el término religión está mal utilizado, porque una religión es una ideología que propone el respeto por todas las especies de igual manera, mientras que mentalidades como la de la iglesia católica no promulga esto, sino que se basa en la imposición de jerarquías que no tienen ningún sentido.
Vallejo es seguramente uno de los autores actuales más destacados en lo que se refiere a criticar aquello que no podemos seguir permitiendo, como el maltrato a los animales, el endiosamiento de ciertos seres criminales como la mayoría de los papas, entre otras nefastas costumbres de nuestro tiempo. Creo que estando o no de acuerdo con la ideología de Fernando lo que sí no podemos negar es que es un hombre convencido de lo que piensa y absolutamente sincero a la hora de abrir la boca; facultades bastante escasas en esta época.
Cabe señalar que pese a que ésta auguraba ser la última obra que entregaría Vallejo, ha anunciado que publicará uno más que se llama «El desastre» que, según expresó, está dedicada al agujero negro de Stephen Hawking que un día se tragará el universo. Habrá que esperar qué otra gran obra nos ofrecerá este increíble autor.
Comentarios2
me encanta su calvicie en la lengua 🙂 espero "El desastre"
Abrazos
Excelente presentación de Fernando Vallejo.
¿La mejor historia de santos escrita por un ateo? Por qué no? Pasolini, ateo, marxista y homosexual, dirigió la mejor película sobre Jesús jamás realizada “Il Vangelo Secondo Mateo” , que incluso fue premiada por la Iglesia Católica de Roma. La peor creo fue la versión sensacionalista de Mel Gibson que sólo buscaba el éxito de taquilla y de paso satanizar a los judíos.
Vallejo es otro ejemplo más, junto con Reynaldo Arenas, Virgilio Piñera, Lezama Lima, Rimbaud, Lorca, Pasolini, Fassbinder, entre otros, que los homosexuales pueden ser personas muy valientes, tan valientes como cualquier heterosexual y cuidado más. Os recomiendo que leáis “La Puta de Babilonia” donde Vallejo cuestiona toda la estructura corrupta del Vaticano. Como dices tú Téxil, sin temor a las consecuencias, porque a diferencia de la gran mayoría de escritores y poetas, Vallejo no codicia el Premio Nobel, y por eso es un escritor autentico.
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