Florecimiento de editoriales paraguayas

A pesar de que Internet es en sí una oportunidad de carácter casi instantáneo para la publicación de novelas, cuentos, ensayos literarios e históricos y poesías de cientos de escritores, aparece ahora una suerte de gran movimiento, me corrijo, de florecimiento de editoriales en el Paraguay. En un principio, el panorama se reducía a pequeñas editoriales, hasta que Pablo León Burián saltó de un humilde local ubicado sobre 25 de mayo casi Paraguarí hasta un sitio importante que le permite ser hoy el dueño de una firma editorial gigantesca. «El Lector» acompaña en la actualidad la educación y formación cultural de los usuarios de los periódicos a través de libros clásicos, es decir, materiales literarios de todos los tiempos. Eso es sumamente alentador para nuestra sociedad.

Y cómo no traer a la memoria el protagonismo que posee la editorial Servilibro, cuya directora, Vidalia Sánchez, ha tenido la sana como celebrada idea de crear una sucursal en pleno centro de Buenos Aires. Hago referencia a la librería paraguaya «Cerro Corá». Sabido es que el mercado literario argentino es muy deseado aún para los escritores que ya tienen una crecida fama en España, Venezuela, Colombia, etc. Así como León Burián, Vidalia Sánchez, a través de su editorial y de un periódico matutino, acerca a los lectores Obras selectas de autores paraguayos. Y voy a citar a algunos de ellos por lo menos: Augusto Roa Bastos, Guido Rodríguez Alcalá, Carlos Villagra Marsal, Helio Vera, Renée Ferrer, Ramiro Domínguez, Rubén Bareiro Saguier.

«El Lector», por su lado, cumple con la excelencia al constituirse en un enlace o puente con los clásicos de la literatura universal como «Platero y yo», del genial Juan Ramón Jiménez, «El Principito», escrito por Antoine de Saint-Exupery, «El diario de Ana Frank», «Orgullo y Prejuicio», obra de la celebrada Jane Austen, «La casa de Bernarda Alba», obra teatral inmortal de Federico García Lorca, «Romeo y Julieta», una victoria literaria de William Shakespeare, etc. Se entiende, naturalmente, que en la ignorancia está el germen de los muchos males que no solamente agobian a la sociedad, sino que además la tienen en una situación de retraimiento socioeconómico.

«Intercontinental Editora» y «Criterio Ediciones«, de Alejandro Gatti, se han afirmado merecidamente en el gusto de los amantes de la lectura merced a títulos que van desde temas jurídicos hasta textos históricos y literarios. Una editorial que ya lleva mucho tiempo sembrando obras nacionales es «Arandurá«. Su director, Cayetano Quatrocchi, sabe mantenerse en la cresta de la ola pues notables títulos ha aportado al mercado literario paraguayo.

Y por qué no traer a esta página el nombre de la editorial Arami, o LINA S.A., que se aboca a publicar textos escolares y libros infantojuveniles. Prospera la lectura pues ha entrado al contexto de las novedades de obras paraguayas el «Grupo Editorial Atlas«, con sagas importantes. Su temática despierta, ciertamente, cualquier curiosidad. Una firma emergente es «Tiempo Editora«. No puedo seguir escribiendo en torno a las editoriales pues tal labor lleva su cuota de espacio en un medio de prensa escrita, que limita, obviamente. Fiel a la sinceridad debo decir, sin embargo, que algunas editoriales necesitan hacer una autocrítica, pues a veces publican materiales plagados de errores de redacción. Siempre, creo yo, hay que apuntar a la excelencia, porque es precisamente la calidad del lenguaje la definidora del valor que a los libros le damos quienes leemos.