Dentro de los acontecimientos que marcaron el curso de la vida en el planeta sin duda muchos de ellos fueron provocados por el ser humano y, entre todos ellos, supongo que el más urgente de nombrar para impedir que caiga en el olvido (si fuera esto posible) es la Segunda Guerra Mundial. En este artículo les presento un reciente libro que ha salido a la luz con fotografías de aquella guerra.
La fotografía de guerra
La fotografía es sin duda una de las artes que más supo contar esta nefasta parte de la historia; fue durante esta época que la fotografía de guerra se hizo mayor de edad.
Aunque ya han salido decenas de libros de este estilo, es necesario mencionar «La Segunda Guerra Mundial. Imágenes para la historia» donde se presentan imágenes sumamente duras pero que permiten acceder a lo profundo de la realidad de aquellos años.
Entre las imágenes hay una especialmente dolorosa, muestra a un niño que atraviesa una pila de muertos, como si se tratara de basura arrumbada a un costado del camino, en el campo de exterminio de Bergen-Belsen, en Alemania.
El horror y la inocencia se unen para presentar un cuadro macabro y capaz de entristecerle el alma a cualquiera. Una imagen que te retuerce el alma y te acerca a una realidad que no fue hace tantos siglos, un mundo en el que las personas no eran del todo libres… Ese niño junto a los cadáveres semidesnudos, muertos a golpes, de frío o pestes nos recuerda que todavía hay mucho que trabajar, que ni siquiera hoy tenemos la libertad y la paz que creemos.
Entre la fotografía y las letras
Si bien la fotografía no es absolutamente hermana de las letras en un punto sí se encuentran. Se puede establecer un paralelismo en ambas que responde a los principios fundamentales que las llevan a ser: contar una historia y obligar a reflexionar sobre la realidad. La literatura cuenta a través de las palabras y la fotografía lo hace a través de imágenes directas y en ambas es fundamental la forma en la que el artista capta la realidad, cuanto más esté en contacto con sus sentimientos posiblemente más pura y profunda sea la obra que nos ofrece.
Este libro ha sido el resultado de una profunda investigación del fotógrafo catalán Paco Elvira, quien luego de revisar más de 85.000 imágenes escogió 100 que permitieran contar la historia de aquellos años tormentosos. Paco expresó que buscó un equilibrio, que no quiso colocar sólo imágenes duras sino que también buscó incluir otras que permitieran una sonrisa en el lector, compensando toda esa tristeza.
Entre las imágenes se incluyen algunas del reconocido fotógrafo Robert Capa, las cuales fueron tomadas durante el Desembarco de Normandía. Las palabras que este histórico reportero expresó al referirse a estas fotografías:
Historias perdidas tras las balas
La importancia de este libro es rescatar esas historias de hombres y mujeres que se jugaron el cuello por la realidad; que debieron ver y fotografiar las historias mas ruines y tristes para que el mundo entero supiera lo que miles de personas estaban sufriendo.
Según Elvira la Segunda Guerra Mundial fue un momento importantísimo para la vida de la fotografía porque a partir de entonces ésta maduró; consiguió demostrarle al mundo que era necesaria para explicar la realidad, que no reemplazaba a los otros medios existentes pero que venía a aportar algo invaluable, el registro de las vidas y las miradas de una forma casi eterna.
Jorge M. Reverte encargado del prólogo de este tremendo documento expresa que los sacrificios y el inmenso coraje de aquellos jóvenes aficionados a la fotografía y que luchaban por un mundo mejor, corriendo con sus Leica o sus Contax a fin de conseguir las instantáneas que mejor expresara lo que estaba ocurriendo son un verdadero tesoro que sirvió para que todo el mundo entendiera lo que había detrás de los titulares, la verdadera realidad y el horror que se vivía en los lugares de los conflictos.
Como lo decía antes, la fotografía y la literatura se encuentran emparentadas y ambas fueron fundamentales para comprender lo que había detrás de las guerras, para entender el dolor y el espanto que se convierte en rutina en cualquier sitio que se vea amenazado por los combates.
Bueno, ya lo saben. Si les interesa, les invito a conseguir dicho libro y redescubrir en imágenes la realidad de la Segunda Guerra Mundial.
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