¿Qué sería de mi existencia, de mi vida, sin la fuerza de voluntad que a menudo pongo en los emprendimientos?
Es cierto que soy bruta, que no dispongo del sentido común con que son favorecidas las personas que tienen la mente ágil y despierta, pero con cuánto esfuerzo y perseverancia me afano en llevar a buen puerto una tarea.
El ser humano se ve reducido a la miseria moral y material cuando no saca la chispa, el empeño que tiene dentro de sí, y se deja arrastrar por la abulia, por el ocio. Esa disminución notable de la energía en el hombre es un pozo que uno mismo lo va cavando para llenarlo con las más diversas formas del fracaso.
Pienso que el eje del mal del ser humano se encuentra en aquel estado de inoperancia, de entrega sin mayores esfuerzos a la correntada que todo lo arrastra y lo lleva al río.
«¿Por qué habría de afanarme?», se dicen algunos, contrariando las leyes humanas.
Sí. Claro que también la ira y la ansiedad son motivos de fracaso en nuestras pequeñas o grandes empresas.
Cuántas veces nos vemos envueltos en un montón de cosas que no queremos hacer, pero que debemos hacerlas, pues está visto que es parte de nuestra existencia cumplir con nuestro deber, así nos agrade o no.
Solamente la voluntad nos salva.
Y la voluntad es el perfil más elevado de nuestra personalidad, pues a través de ella pasamos de una situación oscura a una diáfana y clara, y vemos realizados nuestros sueños.
Sí. Cuesta ponernos a prueba. Hubiéramos querido descansar, dejar pasar las situaciones, relegar el trabajo en los otros, justificar nuestra carencia de empeño por aquello que damos en llamar, tan fácilmente, «ánimo alicaído». Pero no se puede fracasar de antemano. Qué desnutridas son las ideas de quienes ven las cimas improbables o imposibles.
Y qué deplorables son los sentimientos que acompañan, como perros tendidos en la sombra, a nuestro rendimiento prematuro.
Nos sentimos vacíos por dentro al eludir el trabajo. Yo, particularmente, siento como si el agua de Dios se me escapara de las propias vísceras. Me quedo seca, derrumbada sobre mí misma, con la conciencia invadida por la forma viscosa, pegajosa, del fracaso.
Amo a aquellos jóvenes que, aun equivocados, insisten con todas sus fuerzas en izar la bandera de sus ideales.
Amo a aquella mujer del campo que viene a vender su chipa y con su empeño a cuestas va pasando por las calles.
Desligada ya del servicio, regresa a su hogar, con la canasta vacía, al caer la tarde. ¡Aleluya!
La voluntad es lo que nos empuja a colocarnos en el sitio donde, por lo que somos, y por lo que seremos, debemos estar.
Yo sé que a veces nuestra naturaleza flaquea.
Yo sé que siempre la vida ha sido y es difícil.
¿Pero qué somos sin la fuerza de voluntad?
¿Qué somos sin el empuje interior, sino un tacho carcomido por el óxido, unas hojas arrancadas por el viento y pisada por la gente, un pretexto de humanidad, una vida fraccionada en miles de partículas de harina ?
Que tu fuerza de voluntad no te abandone.
Puedes caer, pero claro que te has de levantar.
No te dejes llevar por el miedo al fracaso.
Camina, camina siempre.
Comentarios9
Maravilloso texto. Puede ayudar a las personas a vivir mejor. ¡Enhorabuena!
Muy bonita reflexión. Me identifico con tus ideas, es así como suelo pensar en las situaciones en que ya no tengo fuerzas anímicas para continuar con mis quehaceres, me doy cuenta que hay cosas que se deben hacer sí o sí, y es cuando es necesario forzarse a uno mismo para no caer en el ocio y "en aquel estado de inoperancia, de entrega sin mayores esfuerzos a la correntada que todo lo arrastra y lo lleva al río", y es así como he podido salir adelante, por voluntad. Me encantó!! Saludos
Amiga Delfina, gracias por su excelente tema, que logra arrancar comentario de aquellos que se creían desplomados (centinela)
Su fuerza de voluntad es lo que la mantiene en pie y la hace sensible a todo aclamo.
Felicitaciones
Buenísimo artículo con sabios consejos sobre la fuerza de voluntad de toda persona, es cierto que sin aquello no podríamos hacer absolutamente nada sino únicamente vegetar sin nungua utilidad ni siquiera para nosotros mismos y menos para los demás. Gracias por tan bellas palabras. Elsy.
!!!Gracias mil gracias por la toma de conciencia que me producen esas palabras ,!!!, es lo mejor lo más nítido y verdadero que llegó a mi conciencia, Sï es realmente así, sin VOLUNTAD somos unas cosas viejas antes de ser usadas, piltrafas humanas. De nuevo Gracias a la escritora!!
Que linda reflexion delfina!!! mucha suerte
Una vez mas te comunico que me encantan tus publicaciones y siempre me siento reflejadas en ellas.
Esta es una gran inspiración, gracias por estar siempre presente con tan hermosos posts. Te dejo mis mas sinceros saludos y espero leer pronto nuevas inspiraciones!
Gracias Querida y Admirada Delfina! ha calado muy hondo en mi. Sobre todo en estos momentos de cambios acéfalo que nos arrastra como correntadas de rios. Con la brújula rota el timón puede ser manejada por esa fuerza de voluntad.
Muy bueno tu articulo Delfina, la fuerza de voluntad nos impulsa a hacer grandes cosas en esta vida.
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