Recientemente ha tenido lugar la décima entrega del Premio García Lorca de Poesía; esta vez el galardonado fue el poeta cordobés, Pablo García Baena. Un autor de renombre de la poesía española de la posguerra.
En este artículo se los presento y comparto con ustedes algunas de sus ideas. ¿Por qué alguien se convierte en poeta? ¿nosotros elegimos a la poesía o es ella quien nos elige a nosotros?
Sobre el poeta
Pablo García Baena nació en Córdoba (España) el 29 de junio de 1923 y es un reconocido poeta que perteneció al grupo conocido con el nombre de Cántico. Fue un asiduo lector de la poesía de San Juan de la Cruz y Luis de Cernuda y desde hacía unas décadas reside en el distrito de Benalmádena, muy cerca de la ciudad de Málaga.
Ha sido galardonado en reiteradas ocasiones con importantes premios, como el Príncipe de Asturias de las Letras en el año 84, el Andalucía de las Letras en 1992 y el Medalla de Oro de la Provincia de Málaga. A éstos, se le suma ahora el García Lorca de poesía.
En la actualidad, García Baena es director de la Comisión Asesora del Centro Andaluz de las Letras.
Entre sus obras publicadas se encuentran «Rumor oculto», «Junio» y «Antes que el tiempo acabe»; aunque cabe mencionar que existen muchos otros poemarios y numerosos libros escritos en prosa que se consideran muy valiosos.
Premio García Lorca
En su fallo, el jurado destacó la perfecta adecuación de las palabras y sentimientos del autor cordobés en su poesía. Dicho jurado se encontró formado por José Torres Hurtado, alcalde de Granada, e importantes personalidades del mundo de las letras.
Hurtado expresó que lo que había que resaltar de la obra de García Baena era su lujo verbal que, sin quedarse en la imaginería poética, era capaz de llegar a una exhibición casi perfecta de los sentimientos a través de las palabras. Dijo de él que era un poeta «en el sentido más auténtico del término», y lo mostró como un ejemplo de integridad, por mantenerse lejos de las modas y los modos.
Otro de los miembros, Antonio Garrido, expresó:
Este premio comenzó a entregarse a partir del año 2004 y García Baena es el noveno autor que se hace con él. Previamente lo han recibido Fina García Marruz, María Victoria Atencia, José Manuel Caballero Bonald, Tomás Segovia, Francisco Brines, Blanca Varela, José Emilio Pacheco y Angel González.
García Baena y la poesía
Pablo García Baena es un poeta de muchas palabras, pero un hombre de pocas; es un poeta que habla y siente a través de sus versos. No le gusta la exposición pública y prefiere desviar el foco de los reconocimientos a otras personas. De hecho, ni siquiera en aquellas situaciones en las que supo ser el centro de atención, como cuando se le entregó el Reina Sofía, uno de los más importantes del género, su forma de mostrarse cambió. Dijo:
Esto es lo que ocurre cuando entre el hombre y el poeta no hay diferencia, cuando la pasión por la poesía es tan honda que no hay galardón ni reconocimiento que pueda ser más importante que la lírica misma, que el sentirse capaces de enhebrar palabras y crear preciosas imágenes a través de ellas.
Actualmente, Baena cuenta con 89 años y posee una lucidez y una presencia únicas para su edad. Cabe mencionar que su obra ha sido seleccionada de entre otras 43 propuestas para dicho galardón y que se lo ha escogido no sólo por ser un referente importantísimo de la poesía de la posguerra española, sino porque ha sabido siempre mantenerse vivo y a salvo de las tendencias literarias que tanto ensucian a la poesía.
En la poesía de García Baena podemos encontrarnos con la tristeza, la melancolía y el lento pasar de los días. Pero también hay mucho de colorido, de árboles, de flores. Cada vez que me acerco a su poesía descubro el tinte amargo de la vida suavizado por el calor del sol en el campo, por el florecer de los frutales, por la llegada de la primavera.
Es un autor vivo, en cuyos versos podemos encontrarnos con lo fundamental: el amor, las pérdidas, el dolor, la juventud, la lucha, pero, fundamentalmente con la necesidad de trascender, de recordar y de sentirnos vivos a cada instante recordando una época en que sabemos que realmente lo estuvimos.
En el fondo ¿no lo hacemos todos? No intentamos alegrar nuestro presente con dulces recuerdos de un pasado que ya no volverá pero que alimenta nuestra alma y nos permite sentir que cada instante de nuestra existencia ha valido la pena.
García Baena considera que sin inspiración no hay poema. Pero, claramente, no está diciendo que no haga falta trabajar profundamente con las palabras y el poema, sino que para motivarse a escribir algo es necesario ser tocado por una experiencia, elemento, sueño… en definitiva, sentir el llamado de la poesía para poner en palabras lo que dicho elemento ha producido en nosotros.
En diversas entrevistas, Pablo ha expresado que más que a la poesía se ha dedicado a vivir y que a través de este arte ha contado su vida y sus sensaciones, de la forma en que un pintor plasma sus experiencias a través de sus ilustraciones.
Para él la poesía es un don igual que cualquier otro pero nadie elige ser poeta, sino que es llamado a serlo. Esto me ha resultado sumamente interesante y supongo que me lleva a pensar en uno de los debates más antiguos de la lírica. ¿Se puede escribir poesía sin ser poeta? ¿se puede no ser poeta si se nació para serlo? ¿Qué creen ustedes?
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.