«Hágase mi voluntad», de Ángelo Néstore —Pre-textos—

 
«Lo bárbaro» y «Lo inhabitable». Así se titulan las dos partes que conforman «Hágase mi voluntad» de Ángelo Néstore (Pre-textos), el poemario ganador de la última edición del Emilio Prados de Poesía. No podría haber una forma más precisa de subdividir el trabajo estético de este libro, porque permite comprender su sentido y también ayuda como guía en su lectura. Estamos ante un libro que tiene mucho de búsqueda personal y literaria y que representa lo mejor de la obra de este fabuloso poeta. Que nadie se lo pierda.
 

La familia y la herida

«Hágase mi voluntad» es un libro que parte del seno materno para llegar a la herida social. De la violencia familiar a la violencia social, de las imposiciones íntimas a la normalización de los mandatos colectivos. Con absoluta coherencia y buen gusto, Néstore nos guía por un camino de reflexión donde todo lo personal es político y, de alguna forma, también colectivo. ¿Es posible la vida sin las relaciones sociales? Quizá estamos en el momento preciso para reflexionar sobre esto. Pero para entender el comportamiento social es inevitable acercarse al origen, mejor dicho, hay que partir del origen. Y eso haremos.

La familia y sobre todo la figura de la madre, ocupan el centro de todo pensamiento en este libro. En el origen, la maldición; podríamos leer de alguna forma. En el origen, la sensación de que no somos libres. Pero también en su comprensión, la posibilidad de reescribirnos y de formar parte de otra historia. Con un discurso que busca abrazarse a la posibilidad de la confrontación, si ésta puede traer libertad, Néstore compone poemas que trabajan sobre las consecuencias de los vínculos, y sobre la escasa capacidad de independencia que nos deja la vida social.

Pero al mismo tiempo se permite ir un poco más allá; ¿sería posible una vida humana sin esa conexión, sin el establecimiento de lazos con otras criaturas? Aquí, la voz poética se aferra a la necesidad de que el lenguaje se amplíe para permitir nuevas formas de identidad, que ya existen, pero aún no han sido nombradas. ¡Y qué maravilloso es pensar que en el lenguaje está toda la libertad que necesitamos, sólo debemos conquistarla!

La identidad familiar, que nos señala, marca, impide volar es seguramente uno de los temas al que más me he aferrado durante la lectura y que me resulta de una intriga y una lucidez amordazante. La idea de que en un nicho está la utopía perfecta: dos cuerpos que no supieron vincularse en armonía en vida, una vez yacen juntos, sin lo que los hizo auténticos, la vida, se convierten en extranjeros en paz. Creo que es una de las mejores metáforas de la difícil que resulta vivir en completa armonía.

La violencia y el deseo

¿Cómo escribir de esa violencia de género que atraviesa la condición de nuestra sociedad? No dejo de pensar en estos días en la cantidad de mujeres y niños que están encerrados con sus dictadores; aquí nuevamente las decisiones políticas tañendo un camino que para algunas personas puede ser una condena a muerte. Néstore nos presente una serie de historias conocidas para transmitir el origen de la violencia. Con rigurosidad pero también buscando tocar donde sabemos que duele, consigue que miremos un poco más allá de nuestro círculo, que ampliemos nuestra mente y pensemos en el dolor como un espejo colectivo que se pone en marcha a modo de venganza por una herida aún mayor. Hay mucho que reflexionar en torno al tema y Néstore nos da buenos hilos para ahondar en ellos.

En este libro encontramos fabuloso poemarios que sirven para reflexionar en torno al origen de la violencia. Que no es individual, sino social. «Muchos hombres no seríamos capaces de hacer eso», me dijo una vez un amigo conversando en intimidad. Y yo pensé que el hecho de que algunos hombres buenos todavía sigan esforzándose por salvar el género, señalando la violencia como una desviación en el camino natural de ciertos individuos indica que vamos por mal camino. Esto también podemos intuirlo al leer este libro.

La violencia de género, como una semilla que germina y crece en sociedad, en definitiva, como un asunto estrictamente sociocultural, que debe resolverse desde la educación, desde el origen, no tanto desde la justicia, sino desde nuevas formas de mirar la herida. es otro de los temas que atraviesa Néstore con lucidez. Y nos invita a entender que ha llegado el momento de bajar nuevamente del árbol y caminar hacia otro destino que el que creíamos nos correspondía. De esa evolución depende la supervivencia de las mujeres y de la especie.

El deseo es otro de los elementos importantes de «Hágase mi voluntad». La sensualidad de algunos poemas es realmente exquisita. Una mirada a la vida íntima de un hombre que ha roto con su herencia y que desea posicionarse en un escalón distinto en la pirámide social, para distinta de entender la identidad y con ella, la sexualidad. Sin duda, leer a Néstore es una forma fabulosa de enfrentarse a los miedos y dejar fluir el deseo, que nos conduzca el cuerpo hacia esos caminos inexplorados. Como él deja que lo conduzca ese otro idioma, que se le pegue al cuerpo y le sirva para canalizar una poesía exquisita, llena de rabia pero también de luz.

El desclasamiento

A medida que avanzamos en la lectura vamos presenciando la lucha interior de quien escribe por despegarse de las marcas de la herencia. Llegando a un punto de distanciamiento en el que se efectúa un desclasamiento y un desprendimiento con la herencia familiar contundentes. Entonces, lo que se dice, ve y hace no está condicionado por las enseñanzas familiares sino que vienen a colación de una reflexión profunda sobre la condición humana y sobre la identidad como cosa realmente autónoma. La forma en la que se halla plasmado este camino de búsqueda personal me resulta fascinante.

En ese sentido encontramos una poesía extraordinaria donde las voces parecen seguir un camino único. La búsqueda de un lugar donde lo aprendido no condicione. Un espacio donde el lenguaje se vuelva amorfo y permita expresar aquello que no aparece dentro del contexto; un lenguaje que realmente sirva para abrir los horizontes y no para limitarlos. Y volvemos a lo que decíamos antes: el camino de crecimiento debe emprenderse desde el origen, en un volver a la madre para convertirse en personas nuevas.

Néstore parece ver una capacidad intrínseca en el lenguaje que está desprendido de las trabas sociales y culturales. En las palabras está el significado de las cosas, por ende, todo aquello que existe tiene que poder nombrarse con las exactas palabras que lo definan. Esto podría aterrizarnos en un nuevo significado del lenguaje: donde todo lo que existe tiene palabra para ser nombrado y lo que restringe la libertad no se sabe intrínseco al lenguaje sino al uso que hemos incorporado culturalmente. Creo que en este punto caben interesantísimas reflexiones que parten de la familia y llegan a lo social. De los primeros balbuceos al decir poético.

Un libro para reconciliarnos con el yo

En la poesía de Néstore hay dos cosas que me conmueven. Por un lado la elección de una voz que parece estar siempre fuera, aunque hable desde dentro. Esta característica, que quizá se deba a su condición de extranjero que habla esta lengua porque la ama. Un hombre-mujer acercándose de puntillas a las palabras, conociéndolas, estudiándolas, y convirtiendo la comunicación en un hallazgo delicioso. Leerlo es ser parte de ese indómito camino de resignificación identitaria y lingüística y conquistar otros territorios de nuestro propio idioma, también desde otro sitio quizá también desde fuera.

Lo segundo que me maravilla es su habilidad para trabajar con un lenguaje sucio y renovar su intensidad y su sentido. Me explico: me refiero al uso que hace de palabras aparentemente poco apropiadas para la poesía pero dotándolas de una profundidad estética tan contundente que hasta parecen bellas y ricas. Quizá en esto resida el verdadero talento de todo poeta: en poder convertir en pan un trozo de roca. Encontramos muchísimos ejemplos de esta cualidad en este librazo.

«Hágase mi voluntad» es un poemario exquisito, bien pensante y de una belleza y una crudeza impactantes. Que nadie deje de leerlo, de pensarse, de pensar a los otros y de pensar el lenguaje como posibilidad de convertir lo que existe en sentido.

HÁGASE MI VOLUNTAD
Ángelo Néstore
Pre-textos
Premio Emilio Prados 2019
978-84-18178-05-4
72 páginas
14,00 €