«Hay recuerdos que querrán abandonarme» de Fede Nieto (Hurtado & Ortega)

Familia. Violencia. Estado. Memoria. Mujeres. Éstos son algunos de los temas fundamentales de la novela Hay recuerdos que querrán abandonarme, de Fede Nieto (Hurtado Y Ortega). Un relato que reúne las historias de la violencia contra las mujeres a lo largo de las generaciones de una familia. Una novela contundente que presenta una estética que se caracteriza por la superposición de tiempos y voces, y donde memoria íntima y colectiva son voz narradora. Una pregunta en torno a las sombras de la historia. ¿Quiénes faltan?, se pregunta Nieto: la respuesta es el silencio, y el dolor del pasado no pronunciado.

La memoria y el presente

Un grupo de personas coinciden en un hotel abandonado. Gente variopinta pero con algo en común: todos huyen de la dictadura. Son perseguidos por los militares por haber deseado un país distinto. Es Argentina. Años setenta y pocos. Una mujer se sienta en la sala de aquel hotel, que es casa en huida, y dice «Voy a contar algo». A partir de ahí comienza el relato donde pasado, presente y futuro se cruzarán.

Una de las primeras ideas que se asoman a esta lectura es la constancia de la violencia. El sistema opresor no ha nacido con los dictadores del presente, lleva conviviendo con los pobladores desde los orígenes de la civilización. La masacre de los nativos es ahora la persecución de los que se oponen al régimen. Este círculo de violencia se encuentra muy bien trabajado en esta novela.

Aparece aquí algo que me resulta sumamente fascinante. Algo que me ha hecho recordar un libro asombroso de Siri Hustvedt, Recuerdos del futuro. La historia se encuentra escrita desde el futuro, que es también presente que narra el pasado. Y el pasado es también presente cuando lo leemos, mientras lo habitamos. El manejo de los saltos temporales es absolutamente destacable: la posibilidad de hacer coincidir todos los tiempos en el presente es quizá la gran persecución de la narradora. ¿Qué otra cosa es la memoria? ¿Qué otra cosa buscamos cuando añoramos o recordamos el pasado? Volver. Revivir. Como en la canción de Sebastián Piana y Cátulo Castillo, «Caserón de tejas». (Si no la conoces, te recomiendo la versión inolvidable de Ginamaría Hidalgo).

La plasticidad de la memoria. Su capacidad para mutar con el paso del tiempo. Para protegernos en ocasiones, borrando la sangre de la herida, es uno de los detonantes de la novela. La narradora quiere volver a aquella época, escribir esa historia que jamás ha sido escrita para inmortalizar el recuerdo, para mantenerlo intacto, indeleble al paso del tiempo.

Violencia y exilio

La historia debe contarse paulatinamente durante noches sucesivas. El tiempo se detiene cuando se reúnen para escucharla. El miedo, la angustia se detienen por un segundo para dar paso a otros miedos y otras angustias. La proyección de la historia de la narradora en la propia voz de la niña que presencia esa historia y que más tarde decidirá escribirla, para mantenerla indeleble al paso del tiempo.

Es una novela que tiene como temas centrales la normalización de la violencia. Algo que ha sucedido siempre a lo largo de la historia, y que continúa ocurriendo. Los personajes que habitan estas páginas viven épocas distintas pero todos se ven sacudidos por la violencia. Los conflictos políticos separan a las personas y provocan una herida íntima que se vuelve colectiva, no necesariamente en este orden. Una herida que no se curará nunca. Con el paso del tiempo, una de las protagonistas, que será la voz central de la novela intentará recordar todo lo acontecido en su pasado, y le costará aferrarse a un discurso uniforme.

Todo esto me ha hecho pensar en el origen de narrativa oral. Esas historias que se contaban alrededor del fuego. A partir de ahí comienza un relato fascinante donde se cruzan el horror, la violencia colonial y el duelo. Y, también, como no podía ser de otra manera, la complicidad, la esperanza y el anhelo de una vida distinta. La historia se repite. Los personajes, que huyen de la dictadura, escuchan la historia de otros como ellos, también perseguidos, también heridos de muerte por el sistema. Todas las guerras en la misma tierra.

En lo formal es sumamente interesante la combinación de recursos del teatro y la narrativa. Apuntes repentinos de identidad autoral, cuando la voz narradora se dirige al lector. Aparece una raja de luz en la narración, los tiempos se superponen, la realidad colapsa, y ahí estamos leyendo, abrazándonos a tiempos distintos, en busca de la luz de la palabra.

Es una novela intensa y reflexiva, que nos propone preguntas en torno al abuso de autoridad y a las consecuencias que la rabia provoca en el pueblo reprimido. Las consecuencias de la violencia del sistema sobre las vidas de los individuos. La vida de una persona, de una familia, de un pueblo, destruida por la represión del Estado. Asuntos de los que no debemos olvidarnos. A los que conviene volver. Y esta lectura puede ser una forma maravillosa de hacerlo.

No te pierdas este libro fascinante de prosa estilizada y un tratamiento formal asombroso.

 
 
 
 
HAY RECUERDOS QUE QUERRÁN ABANDONARME
Fede Nieto
Editorial Hurtado & Ortega
978-84-122832-7-3
18,00 €