La Hipertricosis congénita en «La Bella y la Bestia»

Publiqué hace unos días un texto presentando un nuevo ciclo titulado Enfermedad y mitos literarios, en el que investigaré y escribiré sobre las patologías que dieron pie a ciertos escritores para crear personajes fantásticos que traspasaron las fronteras de la ficción hasta convertirse en mitos.
Hoy comienzo con un artículo sobre «La Bella y la Bestia». Esta historia, cuento de hadas para muchos, presenta un personaje que se encuentra a mitad de camino entre lo horroroso y lo macabro. Sin embargo, Bestia, podría hallarse inspirado en un caso de Hipertricosis congénita. Es evidente que esta patología provocó tal impacto en Gabrielle-Suzanne de Villeneuve que necesito imaginar una criatura que se saliera de la realidad y morara para siempre en el mundo de los cuentos.

¡Bienvenidos a la primera entrega de Enfermedad y mitos literarios!

Matrimonios concertados

Sobre «La Bella y la Bestia» se han hecho numerosas críticas y se trata de una historia tan amplia, que puede leerse desde diferentes perspectivas. No es mi intención meterme en ese terreno sino centrarme estrictamente en la realidad que rodea al mito, en aquello que pudo motivar la creación de un personaje a simple vista tan aterrador pero que en el fondo carga con un terrible sufrimiento.

Si nos centramos en los valores fundamentales de la obra entendemos que se trata de una clara crítica a los matrimonios por conveniencia, firmados por hombres para mantener en cautiverio a las mujeres.

Y si profundizamos en la vida de la propia Madame de Villeneuve, descubrimos que vivió esta circunstancia en carne propia al tener que casarse con 21 años con un burgués que le sacaba muchos años. Sin embargo, no se mantuvo callada. Al poco tiempo pidió la separación de bienes argumentando que su esposo se gastaba el dinero familiar en sus juergas. Su deseo fue desatendido y continuó viviendo en ese abuso. Cuando su marido falleció, unos años más tarde, ya no quedaba dinero que gastar y Madame de Villeneuve tuvo que asumir sola la ruina. En ese estado de desesperación comenzó a escribir y luchó por cambiar las reglas del juego. Bella y Bestia son dos personajes que surgen en ese momento y que le sirven para ilustrar su propia situación de frustración e impotencia.

Es posible que, como se ha argumentado muchas veces, Madame de Villeneuve se haya fijado en el relato de «Cupido y Psique» que escribió Apuleyo en el siglo II. En él las protagonistas son tres hermanas. La menor de ellas destaca por su hermosura y eso genera envidia en todo aquel que se acerca a ella. Al ver semejante belleza humana la diosa Venus, invadida por los celos, le ordena a Cupido que la enamore del hombre más feo que exista. Aquí, el cuento de Apuleyo difiere totalmente del creado por Villeneuve, pero los numerosos guiños a la mitología permiten establecer esta conexión sin dificultad.

Ahora bien, ¿por qué Bestia es como es? Para responder a esta pregunta hay que ir más allá de los propios términos morales del texto, de las metáforas y de los posibles caminos que haya recorrido Madame de Villeneuve con su imaginación. ¿Es Bestia sólo una figura mítica?, nos preguntamos. No. Existe una explicación científica para sus características, una enfermedad rara conocida como Hipertricosis congénita.

La enfermedad de Bestia

La Hipertricosis congénita, también conocida como «Síndrome del hombre lobo», es una enfermedad cuyo síntoma más notorio es un exceso de vello en el cuerpo, a excepción de las palmas de las manos y las plantas de los pies. Es decir que, quienes la padecen, tienen el cuerpo completamente cubierto de un pelo largo y fino. Todos los humanos nacemos lo tenemos: se llama lanugo y se caracteriza por ser una pelusa que con el correr de los días y meses va desapareciendo. En las personas que padecen Hipertricosis este vello no sólo no desaparece sino que crece a lo largo de toda la vida y debe ser recortado con cierta frecuencia.

Al presentar un aspecto tan peculiar, las personas con Hipertricosis han sido discriminadas de formas brutales a lo largo de la historia, y esa discriminación puede llevarlas a vivir una existencia solitaria. En el pasado, estas personas procuraban salir únicamente de noche para evitar ser vistas y disfrutar de un paseo tranquilamente. Solían hacerlos los días de luna llena para que el astro les sirviera de fuente de iluminación. Debido a esto, y dado el aspecto que presentaban, comenzaron a circular toda clase de mitos que argumentaban que los días de luna llena algunos seres humanos eran poseídos por su entidad animal y se convertían en lobos para emprender toda clase de calamidades. Muchas veces, estas personas eran condenadas por delitos que no habían cometido y tratadas con la más despiadada violencia sin que pudieran hacer nada por defenderse.

La Hipertricosis no es una enfermedad muy común, sin embargo algunos personajes famosos de la historia la han padecido. El primer caso documentado de ella en Europa es el de Petrus Gonsalvus. Nació en Tenerife en el siglo XVI y en muchos libros se hace referencia a él como el Salvaje Gentilhombre de Tenerife o el Hombre Lobo Canario. A los pocos años de vida Petrus fue entregado como obsequio al rey francés Enrique II, quien lo acogió en su palacio con el objetivo de que se estudiase su rareza. Desde entonces Petrus vivió en Francia e hizo numerosas presentaciones en público para que el pueblo pudiera observarlo.

Petrus se casó con Catherine (de quien no he conseguido muchos datos biográficos), con quien tuvo cinco hijos, tres de ellos también Hipertrósicos. Una de ellas, Antonietta Gonsalvus, también se hizo conocida y es otro de los casos de Hipertricosis documentado de la historia.

De la mofa al cuento

El otro caso histórico que se conoce es el de Julia Pastrana quien nació en México en el siglo XIX en condiciones familiares desconocidas (no se sabe quiénes fueron sus padres) y se empezó a dedicar de pequeña al baile. No obstante, fue descubierta por un timador vinculado al mundo del espectáculo llamado Theodor Lent quien la utilizó para amasar una pequeña fortuna; llevándola de ciudad en ciudad, de circo en circo para mostrar públicamente sus diferencias físicas.

Aparentemente, Pastrana, además de tener el cuerpo cubierto de lanugo, tenía unas grandes orejas y la mandíbula prominente, más adelante que como solemos tenerla los humanos debido a que su dentadura era absolutamente irregular. Su aspecto se asemejaba al de un simio y eso, para algunos señores, era una buena razón para exponerla públicamente y reírse de ella mientras llenaban sus arcas a su costa.

Si tenemos en cuenta estas historias podríamos entender que el personaje de Bestia no es un monstruo propiamente dicho sino un hombre con Hipertricosis y es posible que Madame de Villenueve haya procurado reflexionar acerca de la imposición matrimonial ante una criatura que pudiera no ser deseable. Es posible que haya pensado en Catherine, que pasó de ser dama de compañía de la reina Catalina de Médicis a unirse en matrimonio con un señor al que no conocía de nada y que presentaba un aspecto poco atractivo, además de que era bastante mayor que ella.

Y aquí lo dejamos. Si sabemos mirar más allá de lo superficial, como muchos dicen nos enseña este cuento, podemos descubrir que todos los personajes fantásticos de índole tenebrosa de la literatura responden al miedo que los humanos siempre hemos sentido por aquéllos que son diferentes, que contradicen la norma y que ponen en tela de juicio nuestras certezas en torno a cuestiones tan básicas como el amor y el deseo.



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