Historia del Salón del Libro de París

Dada la polémica que se ha desatado en los últimos meses en torno a la presentación argentina en el Salón del libro de París y, teniendo que éste es un año especial, me pareció una buena ocasión para hablar sobre la historia y las características de este evento, manteniéndome al margen de la postura ideológica y política que pueda tener en torno a él.

Este es un año especial, decía, de centenarios. No sólo para la literatura sino también para la historia: conmemoramos el nacimiento de autores imprescindibles (Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Marguerite Duras, Julián Marías, Octavio Paz), y el centenario de la I Guerra Mundial.

Inicios polifacéticos del Salón del libro de París

El Salón del libro de París es una exposición dedicada al mundo de las letras que realiza la Academia de Bellas Artes de París (Francia) desde el año 1725. Durante muchos años fue uno de los acontecimientos artísticos más importantes de la ciudad que reunía a creadores de diferentes géneros, sobre todo de la pintura y la escultura. En la actualidad, es organizado por la Société des Artistes Français y, aunque ofrece espacio para otros géneros, tiene como protagonista a las letras.

Como suele ocurrir con este tipo de eventos, cada año hay un país invitado de honor y, se realizan actividades conmemorando a aquellos de sus artistas, que han aportado algo importante a las artes en todo el mundo. Este año este invitado ha sido Argentina y, se conmemoró a uno de sus autores más importantes, Adolfo Bioy Casares. Otro de los homenajeados fue Cortázar, quien pasó algunos años de su vida en Argentina.

Pero volvamos a sus orígenes. El objetivo de este evento, en aquel 1725, era presentar en sociedad a artistas que tuvieran algo especial para ofrecer al arte de la época. El primero de estos evento tuvo lugar en el el Palacio del Louvre, al que todos conocían como el Salón de París. Al principio se trató de una reunión casi privada, aquellos que deseaban concurrir debían recibir una invitación de los organizadores; a partir de 1737 se convirtió en una exposición pública. Por otro lado, mientras al principio se realizaban de forma anual, después comenzaron a realizarse cada dos años, coincidiendo con los pares impares.

Desde 1748 su influencia fue indiscutible, se creó un jurado y una organización más estable y las presentaciones volvieron a realizarse de forma anual.

Revolución Francesa y consolidación

A partir de la revolución francesa esta exposición adquirió una magnitud internacional, abriendo sus puertas a artistas de otras nacionalidades, incluso que no residieran en París. Pero fue recién en el siglo XIX cuando la idea de Salón Artístico se consolidó rotundamente: tanto quienes asistían por estar a favor de esta exposición como aquéllos que no compartían los ideales que lo impulsaban, durante los días del evento sólo podían hablar de eso.

Tal es así que personalidades críticas y satíricas como Honoré Daumier y Charles Baudelaire, entre muchos otros, usaron este evento como un elemento que sirviera para comprender y criticar a toda la sociedad parisina y al ámbito artístico en particular.

Hasta 1848 el consejo organizador solía ser sumamente selectivo en torno a los artistas que podían participar; pero a partir de ese año la cantidad de obras rechazadas se redujo considerablemente. También fue a partir de ese año que se entregaron premios a los mejores expositores y se convirtió en un evento de relevancia incuestionable.

Las críticas y el giro literario

Desde sus orígenes este evento estuvo surcado de las disidencias y las críticas: porque se consideraba que contaba con un jurado con tintes conservadores y poco receptivos a las nuevas ideas y estéticas artísticas.

No obstante, en 1890, el rumbo de este encuentro dio un giro rotundo: debían ser un espacio que conmemorara la obra de artistas jóvenes que aún no hubieran sido premiados. Por esta razón se creó la Société Nationale des Beaux-Arts («Sociedad Nacional de Bellas Artes») que se encargó de apropiarse de esta exposición para convertirla en un evento exclusivo de la literatura.

La respuesta no se hizo esperar; muchos artistas consideraban que se trataba de una organización burocrática que respondía más a los orígenes que a la última etapa de esta convención. Pese a ello, y a las sonadas polémicas en torno a las discordancias de los autores que suelen ser invitados, el Salón del Libro continúa siendo uno de los eventos más ineludibles de las artes en general y de la literatura en particular.

Guerra Mundial y Literatura Argentina

Este año recordamos el centenario de la I Guerra Mundial, un hito que transformó la vida del mundo y las relaciones entre las naciones que lo conforman. Habrá libros y diversas conferencias sobre el tema y una especial muestra en la que se presentará la visión femenina en torno a esta gran guerra, con un gran contenido foto y bibliográfico. Uno de los libros protagonistas será «La vraie historie des femmes de 14-18» (La verdadera historia de las mujeres de 1914 a 1918), presentado recientemente para hablar sobre este aspecto ineludible de la vida de las sociedades y la guerra.

Por otro lado, también asistió una delegación de escritores argentinos; que, aunque no son seguramente los únicos que pueden representar las letras hispánicas, si tienen algo que ver con el rumbo que las letras han tomado en este último siglo en las costas del Río de la Plata. Entre las personas que asistieron se encontraron: Alicia Dujovne Ortiz, Mempo Giardinelli y Claudia Piñeiro.