La primera noticia que llegó a mis ojos esta mañana, al leer el diario, fue que un tal Carlos Fuentes había fallecido. Me dije, «¡Noo! debe ser otro, no el Carlos Fuentes que yo pienso, quizás un político que lleva su mismo nombre, después de todo no es lo que se dice un nombre muy original«. Pero efectivamente, era él, aunque costaba creerlo, luego de haberlo visto el domingo en la entrevista que le hiciera Osvaldo Quiroga durante la Feria del Libro de Buenos Aires, para el programa que se emite en la televisión abierta de Argentina, «El refugio de la cultura». Pero es él, acaba de irse para siempre, pero dejando un pilón de libros interesantes para leer.
En este artículo quiero hacer un sencillo homenaje. Sé que a muchos no les parece el escritor tan grandioso, al que todos proclaman en la calle como «uno de los principales referentes de la literatura latinoamericana«, sin embargo creo que pese a todo lo que opinemos, es un hombre que ha sabido ganarse su lugar, así que bien merecido tiene un homenaje.
Infancia y trayectoria
Carlos Fuentes nació el 11 de noviembre de 1928 en Panamá (México). Durante su infancia, por razones de trabajo de su padre vivió en varios países como Chile, Argentina, Brasil y Estados Unidos.
Se dio a conocer como escritor cuando contaba con 26 años, al publicar un libro de cuentos que llevaba el título de «Los días enmascarados», el cual recibió preciosas críticas y un buen recibimiento por parte del público. Diez años más tarde, en 1962 rompe todos los esquemas al publicar «La muerte de Artemio Cruz», obra con la que consigue ocupar un lugar indiscutible en la literatura Iberoamericana.
Entre sus obras más reconocidas se encuentran «La Región Más Transparente», «Las Buenas Conciencias», «La muerte de Artemio Cruz» y «Los años con Laura Díaz», entre otras muchas novelas. Además ha escrito una gran variedad de artículos periodísticos y ensayos literarios.
Cabe recordar que algunas de sus creaciones fueron censuradas no sólo en su país sino en otros países, por ejemplo «Cambio de piel», publicada en 1967, fue vedada por el Franquismo en España, pese a ello no dejó de escribir y de modo que unos años más tarde publicó «Terra nostra» con la que consiguió derribar todas las barreras territoriales y volverse famoso en todo el mundo.
Ha viajado por todo el mundo, dictando clases de literatura en prestigiosas universidades, como la de Harvard, Cambridge, Essex, Miami y Chicago, entre las más conocidas.
Carlos Fuentes falleció ayer 15 de mayo, a los 83 años de edad, mientras se encontraba en la capital de México.
Entre Carlos Fuentes y Thomas Mann
Hace un tiempo leí un ensayo de Fuentes titulado «Un encuentro cercano con Thomas Mann«, en el cual manifestaba lo inmensamente diferente que puede ser acercarse al hombre detrás del escritor. Me sorprendió en ese momento la gran apertura de Fuentes para referirse a la homosexualidad de Mann, como algo completamente corriente, una actitud que es difícil encontrar en la literatura, un ambiente bastante viciado de mentes obtusas.
Hoy releí aquel texto y me sorprendió otra cuestión. Fuentes se refiere a Thomas Mann (en 1950) como un hombre que, pese a encontrarse en una etapa avanzada de la vida, continuaba haciendo miles de cosas. Entonces Mann contaba con unos 75 años y seguía siendo el mismo hombre que varias décadas atrás, como si la edad no contara, así como tampoco el cansancio.
En esa soledad en la que Mann se reclutara (¿quizás por no aceptar del todo sus deseos más profundos?), el autor conseguía acercarse a esa afinidad anhelada entre él mismo y el resto de los mortales. Un hombre entregado a dos cosas, a la actividad de crear de forma solitaria (el arte) y la de acercarse al mundo a la vida en sociedad que se encuentra formada por muchas existencias y que construimos entre todos (la civilización).
Fuentes hablaba de Mann pero posiblemente esa misma idea valdría para entender al escritor Mexicano quien demostró una entrega absoluta al arte en pos de construir una sociedad más igualitaria, a su forma, con sus ideas; pero siempre mirando a esa misma civilización que veía que observaba Mann en aquel 1950.
Un escritor apasionado
Me parece sumamente interesante la forma en la que Fuentes fue capaz de analizar la literatura. Y puntualmente, en aquel ensayo termina afirmando que agradece profundamente esa noche de 1950 en Zurich, cuando conoció a Mann, pues ese día comprendió que en la literatura lo único que se sabe a ciencia cierta es lo que se imagina. ¿Les parece que pueda haber una mejor forma de describir este arte que a tantos nos tiene cautivos?
Aprovecho para recomendarles ese ensayo, porque les aseguro que no se van a arrepentir de leerlo, pudiendo acercarse no sólo a Fuentes, sino a la humanidad de Thomas Mann.
Cabe señalar también que Carlos Fuentes hace poco publicó una obra acerca de la literatura latinoamericana, incluyendo a los autores que consideraba más relevantes de estas tierras. Lleva el título de «La gran novela latinoamericana».
Me pregunto si el día que Fuentes escribió aquel ensayo de Mann se imaginaba que él alcanzaría una edad todavía más avanzada y que lo haría en condiciones apremiantes. Cabe señalar, que recientemente el autor se presentó para la última Feria del Libro de Argentina, donde no sólo firmó ejemplares sino que dio algunos reportajes. Se le pudo ver con esa fuerza que lo caracteriza y se le escuchó decir que mientras tuviera proyectos jamás permitiría dejarse llevar por la melancolía de la muerte. Con 83 años todavía tenía un puñado de proyectos y continuaba ansiando la vida a través de la mirada, como si todavía contara con 20 años. ¡Extraordinario!
En el diario «El País», el escritor argentino Martín Caparrós escribió una nota preciosa que les invito a que la lean. Una forma increíble de despedir a este escritor con el que podemos estar o no de acuerdo, pero que ha demostrado ser un apasionado de la literatura como pocos nacen en la historia. Pueden leerla en este enlace.
Comentarios5
Excelente homenaje, no he tenido la oportunidad de leerle, pero es un deber hacerlo... !!!
Gracias por compartir. Es una lástima que un grande, no tan difundido quizás, pero un grande como él, se haya ido...
He visto una entrevista acerca de él y me ha parecido muy interesante.
Excelente homenaje amiga, se lo merece, se ha ganado su puesto entre los grandes de América Latina, Descanse en paz sobre sus letras; y que donde se encuentre su luz nos guíe por el camino que elegimos. Saludos.
Muy buen homenaje a tan prestigioso escritor mexicano, realmente es una pena que nos haya dejado una persona tan excelente. Muy buen relato y la entrevista se disfruta donde se reconoce la grandeza de este hombre..
Excelente escritor,gran ser humano,es lamentable su perdida
es uno de mis favoritos,desde que lei la muerte de artemio cruz,luego Gringo viejo.
paz a sus restos
PUNTOS: 1381 Raoul Shade 16 DE MAYO DE 2012
Que descanse en paz la Academia Sueca, pues es ella la que está muerta. Carlos Fuentes no lo está, ni tampoco necesitaba del Premio Nobel, eso es para los escritores mediocres que lo codician. Los premios literarios son herramientas que nos privan de las lecturas más imprescindibles para dejarnos a los autores populares por razones de mercadotecnia. Cuando en 1969 le otorgaron el Nobel a Samuel Beckett lo consideró una catástrofe, su amigo Joyce andaba muy ocupado para esas cosas materiales. Sartre lo rechazó.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.