I. ‘El Gran Gatsby’ de Scott Fitzgerald cumple 100 años

Este año se celebra el centenario de la publicación de una obra que marcó un antes y un después en el mundo de la literatura: El Gran Gatsby. Hemos preparado una miniserie en la que te hablaremos sobre ella. Comenzamos hoy repasando los aspectos más significativos de los locos años veinte. En la segunda entrega analizaremos la relación de El Gran Gatsby con la cultura pop y en la tercera veremos por qué esta obra sigue conquistando lectores 100 años más tarde.
No te pierdas todo lo que tenemos preparado para conversar sobre una de las novelas más fascinantes del siglo XX.

Cuando Fitzgerald escribió «El Gran Gatsby»

Hace un siglo, en pleno auge de los locos años 20, F. Scott Fitzgerald dio vida a una de las novelas más icónicas de la literatura estadounidense: El Gran Gatsby. Cuando salió, en el año 1925, despertó fascinación e interés en el público y la crítica. Esto se debió a que el autor consiguió plasmar de forma contundente el espíritu de su época, caracterizado por la combinación de luces y sombras, de desesperación y lucha por cambiar el destino. Lo hizo apoyándose en los elementos que formaban parte de la vida urbana estadounidense: el jazz, el lujo y los excesos y poniendo en el centro de la trama la obsesión con el sueño americano.

Cuando F. Scott Fitzgerald publicó El Gran Gatsby en 1925, su vida estaba en un momento de inestabilidad emocional y profesional. Pese al éxito de su carrera, vivía enmarcado en tensiones con su agente y el entorno profesional; se sentía literalmente aburrido de la vida brillante que lo rodeaba y quería un cambio en su vida. Quizás el que le dio la escritura de esta gran obra.

Aunque Fitzgerald ya era un autor reconocido gracias a su primera novela A este lado del paraíso, que lo convirtió en una figura emblemática de los «locos años 20», y de tener también una sólida reputación como cronista de su generación, la llamada Generación Perdida, estaba atravesando una situación de frustración con su escritura, a la que se sumaba una época delicada en su matrimonio con Zelda Sayre. Fue en este período cuando comenzó a tener serios problemas con la bebida. Decidió entonces trasladarse a la Riviera Francesa, un lugar frecuentado por la élite artística e intelectual de la época. Allí, trabajó arduamente para perfeccionar la novela, consciente de que quería crear una obra más madura y estilísticamente ambiciosa en relación con sus trabajos anteriores.

Tener en cuenta su delicada situación económica (sus ingresos no eran suficientes para mantener el nivel de vida que Zelda y él deseaban) y la presión que vivía por parte de su agente, deseosos de que produjera una obra popular, es necesario para entender el origen de su gran obra. Sin embargo, pese a que El Gran Gatsby hoy es considerado un clásico, no fue un éxito inmediato. La crítica fue mixta y las ventas fueron decepcionantes. De hecho, en su primer año, sólo se vendieron unos 20,000 ejemplares, y Fitzgerald quedó profundamente desilusionado. La pobre recepción de la novela afectó su confianza como escritor y se lo hizo saber a sus amigos más cercanos, su editor Maxwell Perkins y el escritor Ernest Hemingway. En una carta a su amigo y crítico literario Edmund Wilson, Fitzgerald escribió en mayo de 1925: «De todas las reseñas, incluso las más entusiastas, ninguna tenía la menor idea de lo que trataba el libro».

Pese a todo, Fitzgerald no se dejó engañar y creyó en esta novela como lo mejor que hubiera escrito, la consideraba su obra más lograda. Tanto es así que después de su muerte, en 1940, la novela comenzó a recibir un insólito reconocimiento que la hizo escalar en el mercado y en el prestigio literario. Muy pronto se convirtió en el clásico atemporal de la literatura estadounidense que continúa siendo.

Scott Fitzgerald consiguió plasmar en ‘El Gran Gatsby’ el espíritu de los años veinte

Los locos años 20 y «El Gran Gatsby»

La década del veinte (1920) trajo sustanciales cambios económicos y sociales en el mundo. Se los conoce como «locos años veinte» (‘roaring twenties, en inglés) porque consistió en un período de desenfreno, innovación y modernidad muy característico. El mundo intentaba recuperarse de los horrores de la Primera Guerra Mundial y había decidido hacerlo a través de la producción y el consumo desaforado, un auge económico que parecía ilimitado.

En Estados Unidos, la economía creció enormemente gracias a la industrialización, la producción en cadena (como la desarrollada por Henry Ford en la fabricación de automóviles) y el auge del crédito. Esto provocó que la sociedad se volcara al consumo de bienes de lujo, como radios, electrodomésticos, automóviles y ropa. Asimismo fue una época de esplendor en el área cultural y del entretenimiento. El surgimiento del Jazz como bandera musical de la época determinó la supervivencia del espíritu de estos años en adelante. En ese contexto surgió la gran novela de Scott Fitzgerald, que cambiará el rumbo de la literatura para siempre.

A cien años de su publicación, El Gran Gatsby es una novela totalmente contemporánea y recibe la atención de directores de cine y escritores, que adaptan esta historia y la mantienen vida. El mundo de Jay Gatsby continúa fascinando a generaciones de lectores y espectadores y el mensaje detrás del brillo y el misterio de esta obra pervive, la pregunta que se hace Fitzgerald: ¿qué ocurre cuando nuestras ilusiones más ansiadas se estampan contra una realidad desafortunada?

Y por qué los años veinte nos absorben, ¿qué tienen en común con nuestra época? Responder esta pregunta sería vital para entender la amplitud del legado de esta obra. En 1925, F. Scott Fitzgerald escribió El Gran Gatsby con el deseo de retratar el materialismo y las ilusiones que definieron una generación, la suya. Hoy, 100 años después, su crítica al sueño americano parece más vigente que nunca. Mientras celebramos el centenario de esta obra maestra, vale la pena preguntarnos: ¿qué nos dice Gatsby sobre nosotros mismos y sobre el mundo en que vivimos?

En las siguientes entregas trataremos dos temas relacionados con esta gran obra: la influencia de El Gran Gatsby en la cultura pop y las razones por las que ha sabido sostenerse como una de las lecturas más apasionantes de todos los tiempos.

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