¿Qué es el estilo? ¿Puede alguien escribir sin estilo?
Cada escritor o escritora tiene su propio estilo, o debería aspirar a tenerlo. Dicha cualidad de la escritura se forma con diversos rasgos que están vinculados a la identidad y las obsesiones de la persona y que permiten que su obra no se confunda con otras. En este miniciclo hablaremos sobre las peculiaridades del estilo y sobre dos de los elementos que determinan el estilo en la escritura.
¿A qué llamamos estilo?
En literatura se le llama estilo al conjunto de características propias y distintivas que definen la manera en que un autor o autora expresa sus ideas y emociones a través del lenguaje escrito.
El estilo se puede apreciar a través de ciertas decisiones en la escritura, tales como el uso del lenguaje, la forma de estructurar las frases, las figuras retóricas más usadas y la manera de abordar los temas, elementos que definen el interés de la persona creadora a la hora de abordar la escritura.
Quien escribe toma de sus experiencias personales y colectivas cualidades que extrapola a su escritura convirtiéndolas en rasgos propios de autoría. Al analizar el estilo de un escritor o escritora podemos ser capaces de apreciar su personalidad y sensibilidad y, al mismo tiempo, ubicar su obra en un contexto cultural e histórico. Por eso, el estilo de una persona es una forma contundente de manifestarse frente al mundo, de modo que su obra sea fácilmente reconocible, y pueda apreciarse como una escritura única.
Gustave Flaubert, uno de los escritores más fascinantes del siglo XX, escribió esto sobre el estilo. Para el autor de El ruido y la furia este rasgo de la escritura no es sólo una cuestión de forma, sino que denota una actitud única del creador hacia el mundo y la experiencia que se traduce en la forma.
El peligro de no tener estilo
El estilo no sólo hace que una escritora o escritor se destaque por encima de sus contemporáneos, sino que, además, le permite conectar con sus lectores de una forma única. No obstante, tener un estilo propio contundente requiere de mucho trabajo y atención a la propia escritura.
Cuando un escritor no tiene un estilo definido, su escritura puede parecer genérica, imprecisa o carente de personalidad. Y, en este tiempo en el que cada vez surgen más personas que publican libros podemos comprender perfectamente que tener un estilo propio no es algo imprescindible para dedicarse al mundo de la escritura, pero sí, para destacar.
Un escritor sin estilo tendrá serias dificultades para que sus textos sean únicos y memorables y para que los lectores consigan encontrar vínculos entre sus diversas creaciones. Aunque un escritor trabaje con géneros y tonos bien distintos a lo largo de toda su carrera, el estilo le permitirá crear una especie de vínculo entre sus diversas creaciones y componer una obra sólida y reconocible.
Cuando un autor no tiene estilo su escritura puede sentirse como una imitación de otros autores, sin aportar algo nuevo o auténtico. Asimismo, no sentiremos la coherencia entre sus textos: un texto sin estilo suele tener serios problemas de inconsistencia en el tono y en el enfoque, lo que le hará perder estabilidad.
Además, la falta de estilo trae otras consecuencias que tienen que ver con el vínculo que el creador establece con el lector. Esta carencia provocará una debilidad en la conexión emocional con el lector, quien encontrará dificultades para entrar en la historia e involucrarse emocionalmente con el texto; esto se debe a que a los textos sin estilo les falta profundidad y una voz reconocible. Esto, además, en un mercado saturado de autores, dificulta aún más las posibilidades de ser identificado o destacarse.
El estilo, entonces, es un rasgo que no debe faltar en la obra de un escritor o una escritora. Sin embargo, no es algo que se encuentre presente desde el principio; muchos escritores han tenido que explorar bastante su escritura hasta dar con esos rasgos distintivos. A medida que un autor gana experiencia y va encontrando los temas que le obsesionan y dando con el enfoque que lo caracterizará, irá desarrollando su auténtica voz. La ausencia de un estilo puede ser una etapa inicial en el proceso creativo, pero no es una sentencia definitiva.
Te invitamos a permanecer con nosotros porque en unos días publicaremos una segunda parte de este miniciclo en el que hablaremos sobre los elementos que hacen del estilo algo verdaderamente único.
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