Frases del refranero popular ordenadas alfabéticamente. Refranes de la A a la Z. Letra I. [Aquí puedes encontrar más artículos sobre refranes.]
Tenemos muchas sentencias valiosas en el refranero popular. Algunas sirven para advertirnos sobre el futuro, otras son adecuadas para entender qué caminos son los más recomendables para vivir mejor y disfrutar mejor del día a día, y otras, simplemente sirven para reflejar cómo es la vida.
Continuamos con esta entrega de refranes que organizamos de forma afabética, y repasamos frases que comienzan con la letra I. Puedes leer también frases que comienzan con las letras A, B y C, D, E, F, G y H.
Refranes con la letra I
Esta frase hace referencia a ir a los tumbos, buscando siempre los extremos sin poder adaptarse a una situación agradable que se encuentre a mitad de camino entre ambas.
La Ceca es la casa de la moneda; el sitio donde se acuña el dinero metálico. La Meca es el santuario hacia el que miran los musulmanes al hacer sus oraciones, y al que peregrinan año tras año fieles de todo el mundo. En el refrán se simbolizan los dos extremos: el extremo material y el espiritual. Ir de uno al otro es no estar en equilibrio, quererlo todo a la vez, lo que al final suele derivar en quedarse sin nada.
Este refrán, similar al anterior pero haciendo referencia a la mala suerte, hace hincapié en el carácter negativo de las situaciones que se atraviesan: pasar momentos duros y no conseguir salir a flote. Se puede parecer a la frase «salir de Guatemala y meterse en Guatepeor»; es decir, vivir una situación tan agobiante que te sientas desesperado, y encima, que cuando creías que no podía empeorar, se vuelva más negativa.
Este otro refrán hace alusión a apostar por algo y terminar obteniendo el resultado opuesto. Una persona que va hacia un objetivo y en el camino es sorprendida y termina obteniendo un resultado que no es el que esperaba. En general se les suele decir a aquellas personas que por ser demasiado buenas suelen ser dominadas o convencidas por otras con más dotes de persuasión y terminan aceptando acuerdos que no les conviene u ofreciendo algo a cambio que no tiene nada que ver.
Se usa esta expresión para expresar que dos personas no han podido ponerse de acuerdo en algo a través del diálogo y han acudido a la agresión física. Generalmente se atribuye a un acto de intolerancia por una de las partes.
Esta frase se utiliza para referirse a alguien que consigue salir bien parado de una situación embarazosa o peligrosa. Algo así como irse silbando bajito, para pasar desapercibido. En general quien así actúa ha cometido algún error importante que los demás no han advertido o ha conseguido librarse de una buena reprimenda porque se ha presentado otra situación más urgente de atender.
Este refrán se utiliza para referirse a alguien que ha emigrado o que no consigue ser tenido en cuenta en ningún lugar y lo echan. Se suele decir de alguien que resulta molesto y del que finalmente nos hemos desembarazado. Suele ser una persona que ha estado prometiendo mucho y dando poco, hasta que los demás se han cansado y han dejado de ofrecerle oportunidades.
Esta frase se suele utilizar para hacer referencia a alguien que no ha tenido un buen comportamiento y por miedo a ser reprendido no ha regresado al lugar desde el que se emite la frase. Generalmente se usa para hablar de un granuja o alguien que ha cometido algún delito de poca monta.
Y terminamos con esta frase que es muy apropiada para la época que vivimos. Se usa para referirse a aquellas personas que se autodenominan combativas y militantes pero en el fondo cuando las cosas se complican se lavan las manos. Personas capaces de desistir de sus ideas si reciben algo que les interesa a cambio.
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