Miniciclo sobre el Romanticismo en el que hablamos sobre los países en los que consiguió proliferar.
El Romanticismo se relaciona con diversas figuras que han marcado la historia de la literatura, tales como Johann Wolfgang von Goethe en Alemania, William Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge en Inglaterra y Victor Hugo en Francia. Si nos acercamos a sus obras podemos captar el espíritu del movimiento, donde los temas más importantes son la búsqueda de un amor imposible, el vínculo y la identificación con la naturaleza y un deseo de libertad que provocaba la confrontación con las leyes de la razón y los mandatos sociales. En este miniciclo dedicado al movimiento, en el que hemos hablado sobre sus características principales y también de sus antecedentes, hoy vamos a centrarnos hoy en la evolución del movimiento y los países donde germinó de forma fructífera.
El Romanticismo en las diversas expresiones artísticas
A caballo entre el siglo XVIII y el XIX, el Romanticismo surgió como una reacción frente a un mundo que estaba transformándose a pasos agigantados, una forma de oponerse a los valores predominantes de la Ilustración y el Neoclasicismo. El deseo de sus creadores era sostener ciertos valores que consideraban se estaban desmoronando de forma tremenda. Entre los pilares de este movimiento debemos señalar la importancia que cobró la emoción en detrimento de la razón, la experiencia dejó de ser analizada desde una perspectiva unidimensional y globalizadora para adquirir los matices individuales que permiten asimilar la realidad como una situación subjetiva vivida en primera persona. Además, el Romanticismo puso el enfoque simbólico en la naturaleza, otorgándole a ésta características humanas para plasmar experiencias y emociones.
Europa estaba presenciando y siendo el campo de experimentación de una serie de cambios sociales, políticos y culturales de gran envergadura, y fue el escenario propicio para que artistas de todas las disciplinas intentaran explorar nuevos caminos de expresividad. Entre las obras literarias preponderantes de este período habría que señalar las de Johann Wolfgang von Goethe, William Wordsworth, Samuel Taylor Coleridge y Víctor Hugo.
Pero, además de la literatura, hubo otras disciplinas en las que se manifestó el espíritu romántico; de hecho, fue un movimiento absolutamente amplio que cambió bruscamente la historia del arte y la cultura para siempre. Caspar David Friedrich en Alemania y J.M.W. Turner en Inglaterra son dos ejemplos en el ámbito de la pintura, en cuyas obras encontramos paisajes que representan la soledad humana, la fuerza de la naturaleza y la búsqueda espiritual. En el terreno de la música tenemos a los compositores Ludwig van Beethoven, Franz Schubert y Richard Wagner, quienes exploraron las emociones humanas de manera profunda, con obras que rompieron con las formas tradicionales y buscaron nuevas estéticas expresivas.
El Romanticismo también tuvo sus referentes en el mundo de la Arquitectura, donde tuvo su mayor apogeo en el siglo XIX. Georges Eugéne Haussmann, Charles Garnier y John Ruskin son, seguramente, los nombres más destacados en esta disciplina. Entre las características principales que adquirió habría que señalar el deseo de recuperar ciertas formas arquitectónicas medievales aprovechando nuevos materiales y construyendo edificios y monumentos impresionantes que fusionarían a la perfección tradición y modernidad. Obras trascendentales de la historia de la arquitectura como el Museo de Ciencias Naturales de Oxford, el Palacio de Cristal de Londres o el Teatro de la Ópera de París.
El Romanticismo en el mapa del mundo
Podríamos calificar el Romanticismo como el viaje al corazón de la pasión y la imaginación: el momento en que el arte fue invadido por la subjetividad y comenzó a transformarse de maneras impensables hasta el momento. Aunque se originó en Europa, su repercusión fue notable en numerosos países del mundo. El epicentro podríamos localizarlo en Alemania, Inglaterra y Francia, pero posteriormente se extendería a otros países europeos como España e Italia e incluso llegaría a cruzar la frontera para convertirse en un movimiento fundamental en la evolución del arte y la literatura de América.
Entre los poetas más representativos del Romanticismo se encuentran William Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge, quienes publicaron en Inglaterra una obra escrita a cuatro manos titulada Lyrical Ballads, que se considera entre las obras fundacionales del movimiento al marcar el origen del Romanticismo inglés. A esta obra le seguirían los sonetos apasionados de Lord Byron, quien se convertiría en otro referente del movimiento en este país.
Johann Wolfgang von Goethe es el romántico por antonomasia de Alemania; su obra Las desventuras del joven Werther es para muchos una de las que mejor representa el espíritu del movimiento, y continúa siendo una de las obras fundamentales de la literatura universal.
En España el gran representante del movimiento fue Gustavo Adolfo Bécquer quien estaba enormemente influenciado por la literatura inglesa. Sus Rimas y leyendas, escritas en un tono melancólico donde la subjetividad está en primer plano y se deja atrás los mandatos de la razón, contienen la sensibilidad romántica de una forma sorprendente.
Es sencillo hablar del origen del Romanticismo, lo que resulta más difícil es establecer el punto de su extinción. A diferencia de otros movimientos, para los que surgieron nuevas estéticas opuestas en todo sentido, con el Romanticismo lo que sucedió fue una especie de evolución. Las estéticas posteriores todas contienen en alguna medida el espíritu romántico pero que ha evolucionado hacia otros territorios.
El logro de la subjetividad sobre la razón, que se considera el gran aporte del Romanticismo a la historia del arte, no ha desaparecido. El movimiento ha dejado una huella impresionante en la literatura y otras disciplinas artísticas y ha influido notablemente en movimientos posteriores como el Realismo, el Simbolismo y el Modernismo. Su énfasis en la libertad artística y la expresión individual cambió para siempre la forma en que se concebía la literatura, dando lugar a una era donde el Yo y sus experiencias íntimas se convirtieran en el centro de la creación artística.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.