Los incuestionables aportes de Allan Poe al terror

Todos hemos leído y disfrutado con Edgar Allan Poe e incluso muchos, inspirándose en su particular universo han sido capaces de crear obras imprescindibles para la humanidad, historias que se quedaron en nuestro corazón y que nos ayudaron a ver con claridad algo que hasta entonces no eramos capaces de discernir; cito, por ejemplo, las monumentales creaciones de Tim Burton.

Sí, todos conocemos a Poe y nos hemos embelesado con sus obras pero ¿sabemos exactamente cual fue el mejor aporte de Poe a la literatura?

El aporte Poe al terror

Allan Poe es el padre del relato de terror y la novela policíaca. Pese a que sus contemporáneos lo caracterizaron como un charlatán, un plagiario y un mentiroso patológico, Poe hizo lo que ningún otro había hecho hasta el momento: liberó las terribles imágenes que atesora el subconsciente y las dejó hacer y deshacer en sus páginas a su antojo.

La muerte ocupó un lugar fundamental en su obra, y también en su vida personal. Quedó huérfano de ambos padres siento muy pequeño y la muerte de sus progenitores le afectó profundamente. En lo que respecta a su obra, esa marca le sirvió para crear escenas esotéricas y tramas estrambóticas y llenas de intriga, dolor y desesperación. En cuanto a su vida privada, con apenas 20 años ya era un bebedor compulsivo y un vicioso jugador.

Siendo también poeta, y de una calidad indiscutible, sus historias se encuentran llenas de poesía y construcciónes líricas que las dotan de un toque muy especial, muy Poe.

Enterramiento prematuro

Nos centraremos en sus obras de terror. Sin lugar a dudas relatos como «El escarabajo de oro» o «El corazón delator» son sumamente populares y necesarios en la literatura de terror, debido a su intrigante trama y esa desesperación con la que el argumento te domina durante toda la lectura. Sin embargo, sin dudarlo si se trata de escoger mi relato favorito, no puedo evitar decantarme por «El enterramiento prematuro».

¿Puede haber algo más tenebroso y dramático que ser enterrado vivo? se pregunta Poe en la narración. Antes de leer el cuento si me lo hubieran preguntado habría dicho que no lo creía; hoy, ciertamente, niego rotundamente. El temor respecto a este tema se han extremado debido a este relato. No por el tema que trata sino por la forma en la que Poe lo aborda, única, tajante y tenebrosa.

Lo más interesante de este relato es la forma en la que Poe lo concibe, no como un relato normal de ficción sino haciendo una extensa introducción sobre casos reales específicos de personas que han sido enterradas cuando aún estaban vivas. Esto le da a la narración un dramatismo tal que, al llegar a la parte en la que él narra su propia experiencia, las sensaciones son inconfesables.

Me parece sumamente atinado comenzar de este modo para contar algo que posiblemente nadie pueda considerar real. ¿Son ciertas esas historias? Lo cierto es que no las he cotejado con periódicos de la época, pero no creo que sea necesario. Como lo dije en más de una ocasión, si ocurre en la ficción, es real, basta con abrir un poco los ojos y la mente.

La búsqueda del entendimiento humano

Hay autores más intimistas que otros, los hay más fríos y más sensibles; algunos más necesarios que otros. No obstante, existe una clase de autores que son los imprescindibles. Escritores como Dostoyevski, Faulkner, y sin duda Poe, que se acercaron a la esencia recóndita del ser humano y, sin poder explicarla, intentaron labrar el camino que lleva a que un individuo se convierta en una cosa u otra.

Poe pudo valerse de su propia experiencia para acercarse a un análisis profundo de la existencia del ser humano. Sin ningún tipo de preparación tuvo que enfrentarse a una realidad adversa: una familia de padres adoptivos, religiosos y ortodoxos, que intentaron imponerle una vida y una realidad que no era compatible con él, hijo de padres artistas. Sin embargo, Poe se adaptó, porque era esa la única forma de sobrevivir.

Pero lo que no se soluciona en su momento, tarde o temprano produce problemas mayores; en su caso, la perdición de su propia vida al abandonarse en brazos de las adicciones. Poe, sin embargo, supo ser inteligente, y sin negar sus debilidades se entregó a la escritura de forma apasionada y fue eso seguramente, lo que le permitió sobrevivir. ¿Salvarse acaso?

A veces pienso que si al menos esas personas que tienen vidas tan dramáticas y solitarias tienen la posibilidad de sobrevivir después de la muerte, es como si se les permitiera vivir una segunda vida en sus historias, a través de sus lectores. Una pequeña esperanza en esta cíclica e incomprensible existencia.