«Intervalo» de Owen Martell —Editorial Entre Ambos—

«Intervalo» de Owen Martell (Entre Ambos) [Traducción de Júlia Ibarz] es la mejor no biografía que podría alguien haber escrito sobre el gran maestro Bill Evans. ¡No se la pierda nadie!

¿Cómo describir la belleza de una obra artística sin mencionarla, es decir, nombrándola desde lo invisible, desde aquello que la circunda? Ésa parece la idea que habita en «Intervalo» de Owen Martell (Entre Ambos). Con absoluta lucidez, el escritor galés consigue mostrarnos un momento en la vida del pianista Bill Evans, después de la muerte de LaFaro. El dolor, la desesperación, la necesidad de encontrar alivio y llenar el vacío con estupefacientes, son algunos de los hilos de los que va tirando para mostrarnos no cómo se sintió, no una biografía del artista, sino un dibujo-mapa de su obra. La estética de esta novela nos permite conocer y amar (más) a Evans, a quien le debemos algunos de los aciertos más revolucionarios de la música de nuestro siglo.

Lo que la muerte cambia para siempre

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El 6 de julio de 1961 Rocco Scott LaFaro falleció en un accidente de coche. Este hecho marcó de forma contundente la vida de Bill Evans, quien lideraba el trío de jazz que llevaba su nombre. Pocos días antes habían presentado en sociedad «Sunday at the Village Vanguard», el álbum que marcaría un antes y un después en la trayectoria del grupo, y en la historia del Jazz.

Y es ese hecho el punto de partida de «Intervalo» de Owen Martell. A ese tiempo que vino después del accidente, en el que Evans se sintió derrotado y desorientado, dedica el escritor toda su imaginación y una lucidez narrativa que asombra.

En la música, un intervalo es mucho más importante que una nota, aunque gocen éstas de más prestigio. Y es que en verdad lo que puja en nuestro interior no es la nota en sí sino la relación que se establece entre dos notas, ese hueco en el que se construyen ríos, montañas, abismos. Un intervalo puede hacernos sentir de pronto una alegría intensa o provocarnos la más honda desazón. Un intervalo puede generarnos incomodidad o provocar en nosotros una paz repentina. El libro también nos sacude de una forma similar, llevándonos de un sentimiento al opuesto en cuestión de segundos.

Pero además, saber, entender esta relación entre la distancia que se dibuja entre una nota y otra, entre un acorde y otro es seguramente el mayor desafío, o al menos el más importante, que puede acometer un músico. Entender esta relación hizo que Evans se convirtiera en un músico extraordinario. Asimismo, entender esos huecos, ese tiempo de pérdida y atontamiento, en la biografía del músico, es lo que le sirvió a Martell para mostrarnos toda la humanidad y la esencia, y componer esta obra extraordinaria sobre el maestro.

Donde vive la infancia

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Una de las cosas con las que trabaja con maestría Martell es la relación fraterna entre Harry y Bill. Dos hermanos que se han querido mucho, que han vivido prácticamente todo juntos. Que se han iniciado juntos en la música y que han sido (sin quererlo) la sombra del otro en algún aspecto. Podemos intuir gracias a la lectura la relación de Evans con los miembros de su familia; las tensiones con sus progenitores, el miedo de frustrar las expectativas de su hermano mayor. ¿Y qué importa cuánto es real de todo esto? Lo que Martell desea rescatar es la humanidad del personaje, y ofrecernos una fábula sobre un maestro que también una vez estuvo perdido, y fue la música quien vino a rescatarlo.

Otro elemento que me gustaría rescatar es la importancia de la obra Petruska, de Stravinski, que Martell usa a modo de faro para iluminar la infancia y llevar al futuro, al presente de Evans, sus enseñanzas, la luz de aquellos primeros años.

Parte del libro transcurre en la casa de la infancia, donde Bill, en ese período de oscuridad, va a pasar un tiempo con sus padres. Ese volver a casa es por un lado una forma de recuperar la identidad, de mirarse a través de los recuerdos y recuperar su norte; pero es también una forma de reafirmar las inconsistencias de la vida. Martell nos da a entender de alguna forma que todo comenzó aquel día en que Evans se cayó del árbol y debió hacer reposo durante un tiempo prolongado. Pasó gran parte del tiempo nutriéndose con los clásicos, y sobre todo, se apasionó con la obra maestra de Stravinski, «Petruska».

¿Por qué fue Bill y no Harry el que debió destacarse de los dos hermanos? Si hubiera caído Harry del árbol, ¿la historia habría sido otra? Estas anécdotas que han marcado para siempre la vida de los dos hermanos, le sirven a Martell para reconstruir la historia de una familia, el peso de la tradición, y la ambición de una madre extrapolada a los hijos. Los hijos como pequeños Petruskas bajo el control de la madre y el miedo del padre.

Música y contrapunto

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Martell se apoya en los tiempos de la música y en sus silencios para construir una novela donde todo se ajusta al ritmo: no existe nada fuera de él. Nada está porque sí, nadie aparece si no tiene algo importante que cantar o tocar en la historia. Seguramente es una de las mejores novelas que he leído últimamente, en la que el ritmo se sostiene con un sentido de principio a fin, y da esa idea de contrapunto. Cuando crees que viene el remate, aparece el silencio. Y así.

En la música de Evans hay fuertes referencias a clásicos como Debussy, sin duda, el autor de «La tempestad» supo enloquecer a Bill de una forma muy peculiar. Pero Evans tenía tanta creatividad que fue capaz de llevar las ideas del maestro a otro escalón. En la música de Evans notamos ese movimiento constante que hay en Debussy, pero con una mayor preocupación por separar bien cada momento de la pieza. Así, notamos una fabulosa consecución entre agilidad, silencio e instrospección y relajación rotunda. Haciendo un uso extraordinario de la tradición y su invención, es como Evans se convirtió en uno de los grandes revolucionarios del Jazz.

Por otro lado, podríamos pensar que Bill se sintió como esa marioneta de Stravinski, sintiendo de pronto que toda la vida corría por sus venas y que su incapacidad para convertirse en un concertista académico, en recordar las partituras al detalle, era justo lo que necesitaba para liberar a la música de los roles institucionales. ¿Qué habría sido del Jazz sin su magia, sin esa libertad y esa forma impulsiva de interpretar la relación entre música y vida?

Martell quiere rescatar todo esto, pero lo hace de la forma más exquisita que se nos pudiera antojar. Su novela se centra en recordarnos la importancia de la música, de la ficción, en lugar de realizar un estudio intelectual sobre la obra de Bill Evans. Nos va llevando gracias a una narración insólita mientras nos descubre la personalidad frágil que hizo posible la música de Bill. Leer esta novela es escuchar de nuevo el piano de Evans. Y una vez la terminas resulta difícil volver a escuchar al maestro sin pensar en esta maravillosa novela. ¡Que nadie se la pierda!


 
 
 
INTERVALO
Owen Martell
Traducción: Júlia Ibarz
Entre Ambos
978-84-16379-16-3
224 páginas
18,00 €