Conocí a Jamila Medina Ríos gracias a la recomendación del poeta Giovanni Collazos (autor del poemario «Migrante»). Jamila es una poeta cubana que tiene varios poemarios y una conciencia poética interesantísima. Apenas he indagado en su poesía, pero lo que he descubierto me ha fascinado y por eso quiero que la conozcas. Va aquí una pequeña pincelada sobre su poética; espero que te animes a leerla.
Quién es Jamila Medina Ríos
Jamila Medina Ríos nació en Holguí, Cuba, en 1981. Es poeta, ensayista y narradora, de una generación importantísima para la literatura latinoamericana. Además, le interesa la edición y ha desarrollado varios proyectos destacándose como editora. Actualmente es una de las coordinadoras principales de las colecciones poéticas de Ediciones Unión.
Ha formado parte del grupo Vórtice (un espacio de creación multidisciplinar y libertaria cubana que impulsa y anima a la creación artística) y es una de las figuras fundamentales de la revista Upsalón. De su obra se pueden encontrar «Ratas en la alta noche», «Huecos de araña» y «De corazón de la col y otras mentiras».
Si quieres conocer mejor a esta autora, no debes perderte este fabuloso texto de Javier L. Mora.
De lo íntimo a las figuraciones colectivas
Una de las cosas que primero llamó mi atención al leerla es su gran capacidad para trabajar con experiencias propias, íntimas, pero mostrándolas con un filtro y una distancia que sirve para que sus palabras nos pertenezcan a todas. Un juego de sentidos, que nos permite revisar nuestra propia experiencia desde su poesía. Este tipo de poesía es una de las más difíciles de conseguir, precisamente porque consisten en una exploración interior íntima pero mirada desde una perspectiva amplia. Un doble trabajo de reflexión personal y de observación exterior, para dar con una figura que nombre lo propio y lo colectivo. La forma en la que lo consigue Jamila me parece realmente exquisita. Y voy a explicar por qué.
El punto de partida de muchos de los poemas de Jamila Medina Ríos es un mito. A partir de ahí, de esa realidad por el lector conocida, la autora viaja a su propia experiencia, la revisa, la reformula y la entrega, pero al ofrecérnosla es una realidad colectiva. De lo colectivo a lo interior y nuevamente a lo colectivo: ése sería más o menos el viaje de sus poemas. ¡Algo extraordinario! El resultado de nuestra lectura es aprender algo nuevo sobre nosotros mismos, y también sobre nuestra vida social.
Uno de los temas reincidentes en su obra es la creación poética, la necesidad de buscar en la palabra un espejo y una forma de comunicación con el afuera. La poesía, como una araña, va trepándonos mundo adentro hasta dejarnos la cabeza «espinada de palabras». En el camino cualquier experiencia personal cobra la fuerza de un volcán, y se convierte en imagen colectiva o colectivizante. Creo que en esa forma de fusionar trabajo poético y conciencia social, Jamila Medina Ríos roza la maravilla.
Los órganos femeninos, la experiencia de ser mujer, con la violencia que ciertas experiencias suponen, también se aparecen constantemente en su poesía. La necesidad de desprendernos de las imposiciones de roles y de reconstruir una identidad que nos aleje de la madre y nos acerque a la herida, hacia dentro. Y en ese trabajo, aparecemos nosotras como las arañas, que construyen su tela desde el borde hacia el centro. La reconstrucción del yo en muchos de sus poemas me ha parecido también interesantísima.
No he leído lo suficiente como para seguir argumentando, pero quiero mencionar también su manera de trabajar sobre la extrañeza del expatriado. Hay mucho de ternura e inocencia en su poética, pero expresado desde una contundencia léxica e intelectual que a cualquiera que la lea le fascinará. ¡Corre a leerla!
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