Uno de los personajes más interesantes de la Literatura del siglo XX es, sin lugar a dudas, James Bond. Este es el espía que creó Ian Fleming en el año 1952, de ahí que este 2012 se encuentre cumpliendo la friolera de 60 años. Seis décadas estas en la que dicha figura ha conseguido atraer a distintas generaciones de lectores que han quedado encandilados por el misterio, la dureza y la singular sensibilidad que le rodean.
Entre las novelas más significativas que están protagonizadas por este agente 007 está Desde Rusia con amor, que llegó a los mercados literarios en el año 1957. En ella se nos acerca a la segunda misión de aquel: la de conseguir que una atractiva espía de la KGB pueda desertar desde Estambul y regresar a Occidente.
Para ello el mismo Bond se verá en la necesidad de viajar a dicha ciudad en la que se topará con un imprevisto y es que la jefa de la joven es una mujer dura y fría que pondrá todas las trabas posibles para que el citado fin no se logre.
Un año más tarde sería cuando se publicaría el libro titulado Dr No. Un trabajo este en el que el espía más famoso de la Literatura, y también del cine, tendrá que parar los planes maquiavélicos de una mente perversa que decide llevar a cabo un plan de absoluta destrucción.
Más concretamente el malvado de esta narración es el que le da nombre a la misma, un exiliado chino que se encuentra viviendo y urdiendo sus planes en una base secreta del Caribe desde la que está tramando destruir toda la zona. Por ello, James Bond deberá utilizar sus encantos para infiltrarse en dicha “cueva” a través de una autóctona y a partir de ese momento llevar a cabo una serie de operaciones para frenar al citado doctor.
Los traficantes y Bond
Si este antagonista fue uno de los rivales más importantes que 007 tuvo a lo largo de su trayectoria profesional no lo será menos el que igualmente da título a la novela Goldfinger que Fleming escribió en el año 1959. Un personaje aquel que se caracteriza por ser un poderoso y misterioso traficante que intenta dar el gran “palo” de su vida.
En concreto, lo que pretende es asaltar la mayor reserva de oro que existe en Estados Unidos lo que supondrá, en el caso de hacerse efectivo, poner en peligro la economía mundial.
Otra traficante, Tiffany Case, es la rival de nuestro espía en el relato Diamantes para la eternidad (1956). En él se cuenta como esta delincuente que hace negocios con las mencionadas piedras preciosas se caracteriza por su frialdad y por su magnetismo, que puede atraer a cualquiera, incluso a Bond.
Sin embargo, en concreto el espía lo que intenta es infiltrarse en una de las más importantes redes internacionales que traen estas codiciadas joyas desde África hasta Estados Unidos. No obstante, los planes del agente no saldrán como podía esperar y eso llevará a que se vea envuelto en una serie de peligros que pondrán en la cuerda floja su vida. Lo singular del asunto será que recibirá una ayuda inesperada.
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