Jane Austen es seguramente una de las autoras del siglo XIX más interesantes. No sólo en lo que respecta a su escritura, y la innovación que imprimió en la literatura anglosajona, sino también porque algunos de los aspectos de su vida privada son verdaderamente interesantes. En el artículo de hoy veremos cinco curiosidades de su vida y de su escritura que no son tan conocidas pero que son sumamente llamativas. Si todavía no has leído a esta novelista inglesa, quizá sea el momento ideal para lanzarte a su obra.
Vida y obra de Jane Austen
Jane Austen nació el 16 de diciembre de 1775 en Steventon, Hampshire, Inglaterra, siendo la séptima de ocho hijos del reverendo George Austen y Cassandra Leigh. Su familia pertenecía a la pequeña nobleza rural y vivían todos juntos en una modesta rectoría. Una peculiaridad que compartieron otras mentes brillantes de la literatura inglesa, las hermanas Brontë. Desde pequeña, Jane creció rodeada de libros y fomentó su amor por la literatura. Junto a su hermana Cassandra, con quien tuvo una relación muy cercana durante toda su vida, recibió una educación básica, complementada por el acceso a la amplia biblioteca de su padre.
Comenzó a escribir historias con el mero fin de entretener a su familia durante los días fríos de invierno. Pero poco a poco su pasión por las historias y la escritura la llevó a dedicarse muchísimas horas para mejorar en este campo artístico. Entre sus primeras obras se encuentra la famosa Juvenilia, en la que ya se puede apreciar el ingenio, el talento y la gran creatividad que más adelante Jane desarrollaría, hasta convertirse en una de las maestras de la sátira social.
Algunas de sus novelas más famosas vieron la luz en esta época temprana, y aunque más tarde las revisaría y las dotaría de estilo y contundente narración, en Steventon comenzaron a cultivarse obras tales como Sentido y sensibilidad y Orgullo y prejuicio. En ellas, la autora fue capaz de reflejar de forma brillante las dinámicas sociales y los detalles de la vida cotidiana de un ámbito en el que la familia, el matrimonio y los mandatos sociales regían el comportamiento de la gente.
En 1801 Jane Austen se trasladó con su familia a Bath, donde descubriría todo un mundo que la fascinaría y aterraría en igual medida. De pronto se vio habitando una de las ciudades más populares de Inglaterra y su creatividad vivió un momento de quietud, al verse interrumpida su escritura por la excesiva oferta social de ocio y entretenimiento. Durante varios años la autora inglesa apartó su escritura para dedicarse a una faceta más social. El fallecimiento de su padre, en 1809, marcaría otro hito en su vida puesto que, ella junto a su madre y sus hermanas debieron trasladarse a la casa de un tío para afrontar un período de dificultad económica provocado por la ausencia de quien ofrecía el sustento económico. Este hecho marcaría brutalmente su pensamiento y sus opiniones respecto al matrimonio y la anulación de la mujer en la sociedad inglesa.
Pero también fue un período de luz porque en la casa de Chawton donde fueron a vivir, Jane recuperó su pasión por la escritura y se dedicó a poner en papel sus obras más importantes. Además de las ya señaladas, vieron la luz Mansfield Park, Emma y La abadía de Northanger. Su última novela, Sanditon presentaba un cambio de tono total respecto a sus libros anteriores, que ha servido para que los críticos puedan intuir hacia dónde se dirigía la escritura de Austen. Nunca llegó a terminarla. Se publicó a título póstumo junto a otra de sus célebres obras, Persuasión.
Jane Austen falleció el 18 de julio de 1817 en Winchester, a los 41 años. Llevaba un tiempo acuciada por los síntomas de la que más tarde se denominaría enfermedad de Addison o linfoma de Hodgkin. Fue enterrada en la Catedral de Winchester, donde su lápida apenas menciona su carrera como escritora, ya que su fama literaria llegó principalmente después de su muerte.
5 curiosidades de Jane Austen
Algunos aspectos de la vida y la obra de Jane Austen son menos conocidos pero resultan sumamente atractivos y curiosos. En este apartado abordaremos cinco curiosidades que estamos seguros que llamarán tu atención.
1. Publicó en el anonimato
Jane Austen firmaba sus novelas con la frase «Por una mujer» (By a Lady) y lo hizo así durante toda su vida. Nunca firmó sus novelas con su nombre real, en parte porque pertenecía a una familia adinerada y mientras escribía intentaba liberarse de todas las ataduras impuestas por su clase y su estatus y, manteniéndose en el anonimato, conseguía criticar a la sociedad y la forma encorsetada de vivir de aquel entonces sin correr el riesgo de que intentaran censurarla o prohibirla.
2. Fue una de las primeras en usar la ironía en la novela anglosajona
A Jane Austen se le atribuye la incorporación de la ironía en la novela anglosajona y también como herramienta narrativa. En todas sus novelas incorporó el humor de diferentes maneras, usando la ironía para plantear una crítica acérrima a las normas sociales de su tiempo, sobre todo aquellas relacionadas con el matrimonio, el dinero y las diferencias de clase.
3. Tenía ideas muy avanzadas respecto al matrimonio
El matrimonio es uno de los temas centrales de toda la obra de Jane Austen; sin embargo, la escritora británica tenía una postura muy adelantada a su tiempo sobre este asunto. No sólo vivió toda su vida soltera porque consideraba que el matrimonio era una cárcel para las mujeres, sino que también en su obra criticó las presiones que estas alianzas ejercían sobre las vidas de las mujeres. Su rechazo por el matrimonio fue radical en una época en la que las mujeres dependían de este vínculo para asegurar su futuro.
4. Trabajaba en el absoluto aislamiento
Se sabe que Jane Austen era muy amiga de los encuentros sociales y disfrutaba de la diversión y los bailes; sin embargo, una faceta suya estaba totalmente reservada para ella misma: la escritura. De hecho, era una escritora que cultivaba su pasión «en secreto». En su casa en Chawton, escribía en un escritorio pequeño situado en un rincón y procuraba que nadie la viera trabajar o intentara leer lo que estaba haciendo. A tal punto deseaba mantener su secreto que se cuenta que se hizo poner unas bisagras defectuosas en esa habitación para que la puerta al abrirse hiciera tanto ruido que le diera tiempo a ocultar su trabajo cuando alguien entraba.
5. Murió sin conocer la fama
Aunque en la sociedad de aquel momento Jane Austen gozaba de cierto prestigio no pudo imaginar el que le vendría después. Al fallecer, sus novelas comenzaron a editarse de forma constante y alcanzaron el estatus de clásicos literarios; a partir de entonces su influencia en la literatura inglesa y de todo occidente fue absoluta. Pero ella no vivió para disfrutar de ese prestigio ganado palabra por palabra.
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