Julio Cortázar fue un cuentista que innovó en muchos aspectos, creando cuentos que carecieran de la estructura tradicional que le ha sido asignada. En este artículo les presentaré lo que este famoso escritor opinaba acerca del cuento y de los estilos utilizados por los autores.
Fin del realismo falso
La mayoría de los cuentos de Julio Cortázar pueden ser encuadrados dentro del género fantástico y completamente opuestos a los pertenecientes al falso realismo donde todas las cosas que ocurren pueden explicarse; cabe señalar que dicha mentalidad se avala en lo pautado por el optimismo filosófico y científico del siglo XVIII, que el mundo está regido más o menos armoniosamente por relaciones de causa y efecto, de psicologías definidas y de geografías bien cartografiadas.
Muy por el contrario Cortázar estaba convencido de que había elementos secretos, muy difíciles de llegar a comprender en profundidad, que afectaban el curso de los acontecimientos. Afirmaba que de acuerdo con lo planteado con Alfred Jarry, para estudiar la realidad era necesario no basarse en las leyes establecidas por el orden del mundo, sino en las excepciones a dichas leyes; esta era la razón que hace que sus obras se alejen completamente de lo escrito por sus contemporáneos, pues buscó plasmar hechos fantásticos en medio de la realidad. Para él dicha fantasía formaba parte del día a día, no era irreal.
En el tiempo en el que Julio escribía el cuento estaba en extinción, posiblemente porque las búsquedas de estilo se habían detenido y la mayoría de los relatos se parecían en cuanto a que todos presentaban una estructura completamente cuadrada e inamovible; intentar cambiar varios años de estoicismo literario en lo que respecta a este género era el principal objetivo de Cortázar y gracias a él se gano muchos adeptos, pero también otros tantos detractores.
Fue esto lo que lo llevó a innovar, a presentar cuentos completamente salidos de la estructura clásica pero tan preciosamente acabados como muchos de los cuentos realistas no lo estaba. El implementar elementos mágicos y surrealistas a sus historias es lo que le permitió crear una colección de cuentos fantásticos que, pese a no responder a la estructura tradicional, presentaban un estilo marcado y muy bien cuidado.
Recortar un trozo de realidad
Como bien lo expresara Julio el cuento surge en ese plano de la vida del hombre donde la realidad y la expresión escrita «libran una batalla fraternal«, el cuento es el resultado de dicha pelea y si está bien logrado permite entender más la existencia o al menos, ponerla en palabras.
El cuentista debe recortar un trozo de la realidad y mostrarlo de forma veloz y lo más concisamente posible, para conseguirlo es necesario cuidar los límites de forma que ese recorte deje entrever una realidad mucho más amplia. El cuento debe indagar sobre lo que no se dice y abrir más puertas que las que cierra, se trata de trascender los límites del papel y abarcar una realidad mucho más ancha y ambigua que la plasmada en ellas.
Hablar de lo que no se habla
En un cuentos son imprescindibles elementos que actúen como sacacorchos en las mentes de los espectadores, que consigan abrir sus mentes más allá de la realidad que la historia muestra, es ir a un espacio que se proyecta fuera de la inteligencia. Cortázar citaba a un escritor argentino, sin mencionarlo, que decía que «Si hablamos en términos de boxeo, podemos decir que la novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knock-out«.
Por otro lado, a diferencia de quienes escriben novela, el cuentista no tiene al tiempo de aliado, debe trabajar en profundidad, llegando rápidamente al grano, sin perder estilo literario y abordando de forma eficaz el tema que desea tratarse.
Conseguir que el lector vea lo que hay detrás de la historia, que se enfrente a razonamientos complejos y que abra su mente a un sinfín de posibilidades, debe ser uno de los objetivos fundamentales de un cuentista, de este modo estaría trayendo realidades y elementos abstractos que pueden no resolverse pero que rescaten la utilidad social e intelectual de este género.
Elementos fundamentales de un buen cuento
Se trata de conseguir la tensión justa desde las primeras palabras, lograr o no esa tensión determinará si el cuento es bueno o malo. Si se tienen en cuenta los tres elementos fundamentales:significación, intensidad y tensión, y se trabaja debidamente cada uno, probablemente los resultados sean un buen cuento.
La significación se refiere al tema que se aborda, es fundamental que al trabajar sobre él se presente de una forma que permita entrever más detalles que los que aparecen en el cuento, que abra la puerta hacia dimensiones desconocidas y permita esa apertura en la mente del lector de la que hemos hablado más arriba.
Sin embargo la significación no puede trabajarse en forma aislada, sino íntimamente relacionada con la intensidad y la tensión que se refieren a la forma en la que se aborda el tema. Detenerse en este punto es fundamental para ser un buen cuentista, se trata de que los cuentos estén vivos y no sean meras manchas de tinta en una hoja blanca.
Comentarios1
Cortázar también fue un gran poeta. Lamentablemente, casi nadie habla de eso. Su poesía nunca es grandilocuente, ostentosa o sentimental, sino auténtica.
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