Katherine Paterson, la Literatura Infantil y la realidad

A lo largo de la Historia han existido, y existen, grandes autores que han sido calificados como tal a pesar de que su Literatura no estaba hecha para las masas, sino para un público muy concreto y exigente: los niños.

Aquellos, con su estilo y su calidad, consiguieron traspasar todos los límites de la edad para encandilar no sólo a los más pequeños sino también a sus padres, tíos, abuelos,…

En esta categoría se encontrarían autores como los Hermanos Grimm, Hans Christian Andersen o Charles Perrault. Junto a ellos, salvando las consabidas distancias, se halla una mujer que también ha pasado a los anales del arte de las palabras por haber creado mágicos relatos que han enamorado generación a generación a los lectores de todas las edades. Estamos hablando de Katherine Paterson.

Una escritora americana esta, aunque nacida en China, que ha visto reconocida su trayectoria y su trabajo, siempre hecho desde el corazón, con prestigiosos galardones como el Premio Nacional del Libro (1976), el Premio Hans Christian Andersen (1998) o el Premio Memorial Astrid Lindgren (2006).

Si hubiera que definir el trabajo de dicha autora la manera de hacerlo sería con un adjetivo: realista. Y es que una máxima que siempre intentó cumplir a rajatabla era que sus obras, aunque fueran para niños, debían estar apegadas al mundo. De esta forma, ellos aprenderían a conocer y a descubrir todo lo que les rodea.

Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en el libro Lyddie. En él se narra la dura historia de una madre moribunda y sus cuatro hijos que se han quedados solos tras la marcha del padre en busca de un futuro mejor. La mayor de las hermanas, la que da nombre al trabajo, es quien se responsabiliza de las tareas del hogar y del campo ante la imposibilidad de la cabeza de familia.

Al ser acechados por la pobreza, la progenitora finalmente decidirá mandar a aquella a trabajar en una taberna mientras que las tierras las pone en arrendamiento.

Una compleja situación familiar con la que se demuestra que, desgraciadamente, no todos los niños en el mundo gozan de la estabilidad, la dicha y la felicidad que les gustaría.

La mágica y cruel Terabithia

Sin duda alguna, la obra más significativa de Katherine Paterson es Un puente hacia Terabithia, que vio la luz en el año 1977 consiguiendo un gran éxito de público y de crítica. Ello le valió a este trabajo varios galardones de renombre y el que hoy esté considerado como uno de los clásicos de la Literatura Americana de todos los tiempos.

La historia gira entorno a dos niños, Jesse y Leslie, que se hacen amigos inseparables. Son muy diferentes entre ellos pero eso es lo que les hace reforzar su amistad pues se complementan y ayudan en todo momento.

Tanto es el cariño que se profesan que siempre están juntos y eso es lo que les lleva a crearse un columpio encima de un arroyo, un columpio al que acuden diariamente después de clase, y con el que imaginan que desde él se puede acceder a un mundo imaginario en el que ellos son los reyes: Terabithia.

Pero la desgracia llamará a sus vidas cuando un día Leslie acuda sola, se rompa la cuerda y fatalmente caiga al arroyo sin poder salvar su vida. Un hecho que sumirá a Jesse en la más absoluta de las tristezas, y que le hará sacar fuerzas de donde no sabía que las tenía para lograr superar tan lamentable pérdida.

Como se ve, Paterson cumplió su máxima: ante todo, realidad. Los niños también tienen derecho a descubrir cómo es el mundo en el que viven y cómo afrontar los obstáculos que vayan apareciendo.

 

Comentarios1

  • Elsy Alpire Vaca

    Buen artículo con una información de primerísima calidad, mil gracias.

    • María Merino

      Gracias a tí, como siempre, Elsy. Espero que disfrutes de la Literatura de Katherine Paterson, porque está claro que tiene una magia especial.



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