«Está tan oscuro que durante un rato, no sé cuanto, tengo la sensación de que sigo inconsciente. Por fin se me ocurre que las personas inconscientes no experimentan la sensación de que se mueven por la oscuridad acompañadas con un leve sonido rítmico que sólo puede ser el chirrido de una rueda».
Oscuridad. Inconsciencia. Desubicación. Desconocimiento. Estos son los cuatro elementos que utiliza el escritor Stephen King, en este párrafo, para dar comienzo a su obra Todo es eventual (2002). Y es que el terror, género en el que es un maestro, necesita de aquellos para envolver al lector en la neblina que le descolocará y le hará asustarse a la vez que sentirse indefenso.
King ha aprendido a crear atmósferas de pánico gracias a diversos autores pero especialmente al que está considerado el padre del género que nos ocupa en la edad contemporánea: Edgar Allan Poe.
Ambos comparten nacionalidad, profesión, calidad de pluma y el haber conseguido hacer temblar de pavor a muchas generaciones de lectores. Uno es el pasado del terror literario y otro el presente, pero los dos son indispensables dentro de la historia de las letras.
Edgar Allan Poe, la novela gótica y el romanticismo oscuro
En Boston, en el año 1809, nacía el escritor Allan Poe que, a pesar de haber rimado versos o de haber realizado críticas periodísticas, es recordado por sus cuentos terroríficos.
Boccaccio, Ann Radcliffe, Walter Scott o Washington Irving fueron algunos de los autores que influyeron en su prosa y, de modo especial, en la del género del horror.
La muerte fue el tema recurrente en sus trabajos y la presentaba en diversas facetas como pueden ser la reanimación de cadáveres (La caída de la Casa Usher, 1839), los entierros (El entierro prematuro, 1844) o la descomposición de los fallecidos (La verdad sobre el caso del señor Valdemar, 1845). Pero no será la defunción siempre el leit-motiv de sus libros pues también adquieren protagonismo la claustrofobia (El barril del amontillado, 1846) o la culpa (El gato negro, 1843).
Sus mejores relatos de este tipo, escritos entre 1830 y 1846, están recogidos en el volumen Narraciones Extraordinarias, un auténtico placer para los amantes de la literatura de terror. Y un lugar para descubrir personajes atormentados que se convierten en un peligro para la sociedad.
Stephen King, la complejidad humana
Precisamente este tipo de personas son las que Stephen King (Portland, 1947) utiliza de manera frecuente para dar sentido a sus novelas. Ejemplo de ello es Misery (1987) donde Annie Wilkes, tras rescatarlo de un grave accidente de coche que lo ha dejado muy malherido, retiene en su casa al escritor Paul Sheldon. ¿El motivo?: desea que este redacte una nueva novela donde resucite al personaje favorito de sus libros.
Otro autor es también el protagonista de El Resplandor (1977), un ser atormentado por su fracaso profesional que comienza a trabajar como casero de un hotel aislado donde viven espíritus malignos. Obra esta que está inspirada precisamente en un relato de Allan Poe, La máscara de la muerte roja (1842). Y es que a este también le fascina el mundo de los fantasmas.
Carrie (1974), El misterio de Salem´s Lot (1975) o It (1986) son otras de las novelas de terror que King ha lanzado al mercado para satisfacción de los amantes del género que tienen tanto en él como en el mencionado Edgar a los auténticos maestros.
Comentarios1
AMBOS ESCRITORES OSTENTAN UNA MAESTRÍA EN LA NARRATIVA DEL MISTERIO Y TERROR . EDGAR ALLAN POE TAL VEZ HAYA MUERTO, PERO SUS OBRAS INMORTALES AÚN CONSERVAN VIGOR SUFICIENTE PARA, PROVOCAR UN FASCINANTE PAVOR A SUS LECTORES .
Completamente de acuerdo contigo Valy. Nadie como ellos consiguen crearnos pavor mientras leemos
QUE BIEN QUE CONCORDEMOS , SALUDOS MARÍA .
Saludos para tí también Valy, y gracias por leer mi artículo.
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