Un escritor que está pisando fuerte en el mercado español y del que ya hemos hablado en otra ocasión, es Peter Handke, por suerte su obra está editándose en nuestro idioma. Recientemente ha llegado a las librerías «Ayer, de camino«, un ensayo sobre viajes, y ya hay más de 50 títulos de este escritor circulando en los estantes. Es sin duda un referente fundamental de la literatura en alemán.
Es un escritor de origen austríaco que se caracteriza por describir de una manera increíble las situaciones y las actitudes de las personas. Ha cultivado no sólo el género narrativo de la novela, sino también el ensayo, el teatro y el cuento, siendo un elemento identitario de su obra el uso del monólogo interior.
Surgió en un período clave de la historia, el final la Segunda Guerra Mundial, momento en el que otros importantes escritores alemanes que, luego de haber permanecido en silencio o silenciados por la dictadura, consiguieron finalmente salir a la luz y hacer los más ilustres aportes a la literatura universal.
Espacio y lugar
Al mencionar a Handke debemos hablar del espacio porque, como él lo ha expresado en alguna ocasión «no hay espacio sin palabra» y por ende la palabra existe en un lugar y un tiempo, es parte de la historia y la modifica; es decir que la literatura es producto del espacio.
Cabe resaltar que su obra tiene un punto de partida un tanto llamativo y fuerte. «Desgracia impeorable» fue el resultado del sufrimiento atroz causado por el suicidio de su madre, y en ella se percibe una sensación de desahogo pero también de tristeza y abandono alarmantes. Esta pérdida y la muerte en combate de esos dos tíos que no había conocido pero de quienes su madre hablara maravillas, son seguramente los ejes de los cuales se desprende toda su obra. Es por estas características que muchos autores lo ubican cercano a escritores como Ernst Jünger, Botho Strauss y Martin Heidegger.
Si bien su prosa surge desde las propias experiencias y manifiesta un yo bastante intimista y que en ocasiones hasta podría resultarnos narcisista, lejos está de ser individualista; intenta unir los espacios geográficos y plantear preguntas en torno a la vida humana, no presenta soluciones pero sí interrogantes imprescindibles para dirigir el curso de nuestras sociedades. En un artículo en el que se referían a este aspecto de su literatura decían:
Quitt y el capitalismo
En una entrevista a Lluís Pasqual que les recomiendo (pueden verla aquí), el reconocido director de teatro español hizo un análisis sobre la obra «Quitt» de Peter.
Pasqual enfatizó sobre todo en esa capacidad del autor por presentar una crítica al capitalismo tan certera, adelantándose incluso al tiempo. Asegurando que todo aquello que al principio parecía innovador y útil terminó convirtiéndose en el principal enemigo del ser humano, hasta llevarlo a una situación de total encierro donde depende del sistema de una forma inexplicable y, sobre todo, sin ser altamente consciente de esto.
Esta observación creo que es muy acertada, pues sin duda Handke al escribir desde la esencia del ser humano es capaz de comprender aquellas cosas que a simple vista pasan desapercibidas.
Es una historia cuyo protagonista es Herman Quitt, propietario de una franquicia que tiene a su cargo a varias empresas y que está atravesando una severa crisis, el propio Herman a su vez enfrenta una crisis personal.
Quitt se reúne con el resto de empresarios y les sugiere que creen un holding a fin de conseguir hacerse con el mercado y eliminar a la competencia, pero asegura que respetarán una serie de acuerdos. Acuerdan; pero pasado un tiempo los empresarios descubren que Quitt no ha cumplido con esos acuerdos y que resultan ser ellos los competidores eliminados y que se encuentran al borde de la ruina.
En ese eje gira la historia, que sin duda es un profundo análisis sobre el mundo en el que vivimos y una denuncia al liberalismo económico que ha arrasado con la libertad, aunque ella era uno de sus principales estandartes.
La búsqueda de la verdad individual y colectiva
La suya es una obra que invita a la búsqueda constante del sentido a través del dramatismo, desentrañando lo que se esconde en las profundidades de nuestra apariencia y siendo capaz de acercarse a la verdad que sólo nosotros somos capaces de descubrir.
Sin embargo, esta visión también puede ser llevada a un campo más amplio, a lo social, y entonces su obra se convierte en una especie de guía que sirve para entender nuestros progresos o retrocesos y haciendo notoria una reflexión sobre la duración y el tedio vital.
En una entrevista se le preguntó a Handke qué esperaba de la literatura y él respondió que para él leer lo era todo y escribir significaba una gran bendición. Pero expresó que el escritor debe ser noble porque a causa de que muchos no lo son la admiración por la literatura se ha ido al garete. Y cita a Goethe:
Aunque no le gusta hablar de política, las preguntas sobre Yugoslavia y su punto de vista en torno a la política exterior son inevitables. Dice que lo peor de las guerras es que su fundamento es desmoralizar al pueblo, al menos así lo fue la guerra de los Balcanes y ¡consiguieron su objetivo! Dice que eso es lo más abyecto de encontrar la salida a los conflictos a través de la guerra. Y cambia rotundamente de tema.
Peter Handke es un escritor indispensable en esta época y su clara visión de la vida y de nuestra responsabilidad con el mundo es fundamental para esta realidad donde todo parece desmoronarse y los valores han dado un rotundo vuelco. Espero que lo lean y que les guste.
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