Beatriz Guido estaba convencida de que para que una novela fuera buena era imprescindible que perviviera una bisexuialidad en el autor. Es decir que los lectores no deberíamos darnos cuenta si quien está detrás de esa historia es un hombre o una mujer. Estemos o no de acuerdo con ella, es cierto que al leer sus novelas encontramos esa ambigüedad. Hoy en el desván de los libros perdidos, aprovechando que conmemoramos los 45 años de su fallecimiento, quiero recomendarles «La caída» de Beatriz Guido, una novela impresionante que ninguno debería dejar de leer.
Breve sinopsis
«La caída» narra la historia de Albertina, una joven que se muda de una ciudad provinciana a Buenos Aires para proseguir sus estudios. En la gran ciudad decide hospedarse en casa de una familia un tanto desestructurada, donde muchos problemas se interpondrán para que pueda seguir adelante con sus estudios como se lo había propuesto.
En la casa donde se hospeda Albertina viven un par de niños solitarios. La madre es depresiva y no se ocupa de ellos. De hecho, los niños se turnan para ir al colegio para que siempre haya alguien en casa cuidando de la madre. Al observar ese cuadro, Albertina siente la necesidad de hacer algo por esas almas desamparadas e intenta ser para ellos un apoyo. Le resulta absolutamente asombroso el comportamiento adulto de los niños e intenta ayudarlos a recuperar la infancia.
Hay en la casa una habitación cerrada con llave. Es para el tío Lucas, cuya presencia se hace rogar y que mantiene una comunicación por carta con sus sobrinos. En sus envíos suele incluir regalos, prometiendo con ellos que irá a visitarlos en cuanto pueda. Poco a poco Albertina va conociendo los rasgos principales de esa criatura misteriosa y sintiendo un fuerte apego hacia él.
Mientras tanto, a los golpes continúa con sus estudios y mantiene una relación con Indarregui, un hombre convencido de que el papel de las mujeres está en el hogar y que intenta convencerla de abandonar los estudios puesto que ve con muy malos ojos la libertad en las mujeres. Se presenta ante ella como un héroe que ha venido a rescatarla de una vida sacrificada e intenta a toda costa alejarla de ese camino que ella ha soñado y planificado para sí.
Lo que la caída implica
En toda su obrqa Beatriz Guido cuestionó no sólo la situación política sino también (y con cierto ahínco) el espacio de la mujer en la sociedad. Su forma de reflexionar en torno a la idea que se tenía sobre la sexualidad femenina y sobre las exigencias del mundo machista es sumamente interesante y tan sólo por eso vale la pena darle una oportunidad a esta autora. Es interesante, sin embargo, que la forma en la que Guido introduce las reflexiones es fresca y absolutamente dialogal; de hecho, sus textos gozan de una trama que se va vertebrando a partir de los diálogos y de un estilo claro y punzante.
Con estos personajes y en torno a este ambiente gira «La caída», título que puede hacer alusión a muchas cuestiones. Por un lado a esa ruptura con la inocencia que se vive al pasar de la adolescencia a la adultez, que en Albertina es descubrir que ese mundo maravilloso que la aguardaba en la capital no existía y que la vida allí era tan dura como en Rosario, ciudad en la que había nacido y donde se había criado.
Por otro lado, también podemos establecer una similitud entre el título y la difícil etapa que atravesamos las mujeres (sobre todo en aquella época) de entregar nuestra vida al servicio de los demás o llevar una vida individual y saludable. En el caso de Albertina, si bien por un lado su gesto de cuidar a los niños solitarios es positivo, no consigue gestionarlo de la mejor forma y termina sacrificando por ellos su propio sueño.
Desde otro punto de vista, la caída es el instante en que la mujer, por intentar satisfacer los deseos-exigencias del mundo se da por vencida y hace lo que se espera de ella; sin embargo, estas imposiciones son tan retorcidas que una vez los demás obtienen lo que esperan de ella la abandonan. De esa caída también habla Beatriz en esta novela con una escritura sólida y atrapante en la que podemos hallar chispazos de la novela fantástica de Lugones y también del racionalismo de Arlt.
Sin duda, una historia deslumbrante que no podía faltar en nuestro desván de los libros perdidos y que les recomiendo que no se la pierdan.
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