Hoy les traigo un nuevo texto para nuestro ciclo “Las repeticiones”, por el que han pasado autores como Coetzee, Peri Rossi y Greenblatt. Y aprovecho la ocasión para volver a recomendarles sus fabulosos libros.
En la última entrega recomendé «Escenas de la vida rural» de Amos Oz; en esta oportunidad leemos otro título del escritor israelí. Se trata de «La historia comienza. Textos sobre literatura», una obra maravillosa en torno a la naturaleza de los comienzos en el mundo de la literatura.
Los grandes escritores y las buenas historias
Amos Oz es un escritor con una pasión por la palabra que me sacude. En «La historia comienza» nos ofrece una mirada a lo largo de diversas historias contundentes de la literatura universal, más precisamente sobre el comienzo de ellas. Y lo hace de una forma sencilla y una mirada tan lúcida que te quedas estupefacta mientras le lees, y no haces más que asentir.
Comienza contándonos que su padre, que escribía libros «sesudos», como él los llama, le envidiaba su libertad de novelista, él por su parte, envidiaba la seguridad que su padre tenía a la hora de sentarse a escribir: esa cantidad de datos, fechas, libros y autores que podían servirle para desencadenar la historia. Mientras tanto él se enfrentaba al vacío de la página en blanco sobre la que tenía que pintar una escena que contagiara esas sensaciones que estaba buscando en el lector.
Sobre la página en blanco y el comienzo de las historias nos ofrece una charla magistral, en un libro que se lee de forma fluida y que ofrece una rigurosa atención sobre los comienzos de obras como «En la flor de la vida» de S.Y Agnón, «La historia: una novela» de Elsa Morante o «Un leopardo particular y muy temible de Yaakov Shabtai. A través de un recorrido por estas primeras palabras, Oz nos desvela los pormenores de la construcción de una historia. Un libro interesantísimo tanto para lectores como para escritores que deseen pulir con esmero este aspecto de su narrativa.
Es éste un libro sobre uno de los temas más interesantes en el oficio del escritor, que consiste en saber dar con el tono para contar una historia, y para eso saber unificar los elementos de la narración de forma fluida y creíble. Leer «La historia comienza» puede ser una buena forma de reformularse esas mismas preguntas que nos hacemos cada vez que nos sentamos a definir el comienzo de una narración.
Amos Oz, siempre el principio
El libro se encuentra basado en las clases y charlas que el autor ha dado en diversas universidades a lo largo de su carrera, reunidas de una forma clara y absolutamente exquisita. A medida que vamos avanzando podemos descubrir detalles de esas historias que hemos leído miles de veces pero a las que, seguramente no les hemos sacado tanto jugo, no tanto como el que aquí nos sirve Oz delicadamente.
¿Dónde empieza un relato como es debido? se plantea Amos y a partir de ahí va deshilvanado la urdimbre narrativa, para entender por qué ciertos relatos nos han fascinado tanto y para explicarnos cómo si los comienzos que adoramos como aquel de «La nariz», de Gogol, no serían lo mismo si tan sólo le cambiáramos algunos detalles del comienzo: la ausencia de un matiz, el silencio de un personaje, el olvido de algún elemento que nos cautiva. Todo debe estar pensado minuciosamente y un mal comienzo puede cargarse una historia entera. Esa parece la contundente afirmación de Oz.
Estoy convencida de que si hay algo que sabe hacer Oz es escribir buenos comienzos. Todos diferentes entre sí pero relacionados en un punto: contundencia y enganche. Es imposible después de leer el primer párrafo de sus novelas «Mi querido Mijael», «Una historia de amor y oscuridad» o de sus relatos «Cantan», «Parientes» o «Entre amigos» detenerse. Sus relatos se encuentran tan bien amalgamados que no sólo podemos disfrutar de interesantísimas historias sino que además, si nos tomamos el trabajo de estudiar su narrativa, hay mucho que podemos aprender de ella.
Amos Oz es uno de los escritores más fascinantes de nuestro tiempo; hay en su narrativa un cuidado de los detalles que me parece alucinante y me lleva a leer y releer sus textos con atención. Creo que todas sus historias deben ser leídas, por eso no se extrañen si pronto os traigo otro de sus libros para este ciclo en el que recomiendo lecturas de obras contemporáneas que considero ineludibles. ¡Zambúllanse en esta maravilla sobre el arte de narrar buenos comienzos!
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