La literatura ha tenido a lo largo de los siglos muchas maneras de manifestarse y de llegar al público. Una de ellas ha sido en forma de diario, ya sea real o ficticio, y es que el hecho de que sea el propio protagonista el que conduzca la historia abriendo su corazón y el que narre todo lo que acontece hace que la misma llegue de manera más rápida y profunda al lector.
Sin duda alguna, el diario más famoso del mundo de las letras es El Diario de Ana Frank que fue publicado en el año 1947.
En él se recopilan los textos personales y reales que escribió su autora, una niña judía alemana (1929-1945), durante los dos años que permaneció oculta con su familia huyendo de los nazis en plena Segunda Guerra Mundial.
Con tan sólo trece años de edad, Ana nos acerca de manera brillante y cruda a la vez la difícil realidad que le tocó vivir: encerrada y oculta en una buhardilla de una empresa en Amsterdam por culpa de la invasión nazi de Holanda. Ocho personas atemorizadas en un cubículo de escasas dimensiones y que durante más de veinticuatro meses seguidos no vieron la luz del sol. ¿Su delito? Únicamente ser judíos.
Su día a día, sus anhelos, su modo de vida y las rutinas que adquirieron así como sus miedos son los protagonistas de estas hojas escritas por Ana Frank hasta el mes de agosto del año 1944. Instante este en el que, tras un chivatazo, son descubiertos tanto ella como el resto de las personas que se ocultaban en el citado cubículo. Es en ese momento cuando son enviados a diversos campos de concentración. Precisamente la falta de higiene en ellos sería la que provocaría que Ana y su hermana sufrieran tifus, la enfermedad que les costó la vida.
De todos los hombres y mujeres ocultos sólo logró sobrevivir el padre de la pequeña (Otto Frank) que fue quien se encargó de publicar su diario, uno de los libros más leídos desde entonces en todo el mundo.
Diario de crudeza
Antonio Salas. Este es el pseudónimo que utilizó un periodista para sacar al mercado en el año 2000 la obra Diario de un skin. Un crudo relato en el que dicho profesional de los medios de comunicación narra con todo tipo de detalles como se infiltró en un grupo skin head español y como vivió durante un año haciéndose pasar por uno de sus miembros.
Bajo una falsa identidad, y siempre portando una cámara oculta, el autor de este trabajo consiguió convertirse en un hombre de confianza dentro de este movimiento neonazi. En sus páginas se relatan todas las situaciones y difíciles momentos que le tocó vivir durante esos doce meses: actos violentos, la implicación con peñas de fútbol,…
Frente a la dura realidad de estas dos obras citadas, y para no dejar mal sabor de boca con este artículo ante el horror que se cuenta en ambas, merece resaltarse uno de los diarios de ficción más leídos en los últimos años: El Diario de Bridget Jones (2001).
Helen Fielding es la escritora inglesa de cuya imaginación salió este libro en el que se narra la historia de una treintañera soltera preocupada por su pésima situación sentimental y por sus kilos de más.
Mucho humor es el que destila este trabajo que logró un gran éxito de público debido tanto a dicho ingenio como al hecho de que muchas fueran las mujeres de todo el mundo que se sintieron identificadas con la protagonista.
Sea como sea, realidad o ficción, lo que sí está claro es que un diario es uno de los mejores métodos literarios para llegar al lector.
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