La novedosa prosa de Jennifer Egan

La obra de Jennifer Egan ha recibido el Premio Pulitzer de ficción, de este modo la crítica estadounidense ha felicitado a esta escritora por su estilo propio y ha calificado su obra, El tiempo es un canalla, de «experimental y sorprendente».

Según la escritora nacida en Chicago en 1962, ciertas características propias de su obra son vanguardistas pero miran hacia el pasado. Asegura que con el paso del tiempo parecemos olvidarnos de los descubrimientos narrativos que nos han ofrecidos escritores que sí han sido revolucionarios y por eso vemos como novedosas ciertas técnicas, aunque no sean modernas.

Un estilo poco convencional

La última obra de Jennifer, que ha sido vanagloriada con uno de los premios más importantes de la literatura, contiene 13 capítulos, independientes los unos de los otros y protagonizados por diferentes personajes, todos ellos relacionados con el mundo de la música. Dichas características de su obra, si bien como lo expresa ella no son novedosas, no pueden no sorprendernos, dado que estamos viviendo en una época donde la tendencia es volver a la estructura, recuperar aquello tan presente en algunos clásicos, como la trama lineal y totalmente conexa. Jennifer dice:

Y ¡vaya si no parece desear explorar el universo de las letras! Es muy valiente por desear hacerlo y, cabe aclarar, no es la primera vez que nos muestra su valentía literaria. Parece contar con una inquietud instintiva que la lleva a trazar nuevas sendas, dice que lo hace para no aburrirse, sea por la razón que sea, no deja de ofrecer caminos alternativos y ricos para los que nos apasiona recorrer territorios poco transitados.

Según lo expresó en una reciente entrevista Egan el mayor reto está en hacer aquello que creemos no somos capaces de conseguir, porque es el modo de aprender y de disfrutar más de este proceso.

El tiempo es un canalla

La novela gira en torno a la vida de un ejecutivo de la industria discográfica y su asistente; aunque ellos sólo protagonizan dos capítulos, y en el resto aparecen otros personajes, los cuales según dice ella habían sido pensados como periféricos, pero luego sintió que les pedían que les diera más vida, y así lo hizo.

Cuenta que al terminar la obra se preocupó de que la estructura narrativa fuera demasiado libre y no consiguiera definir del todo la historia, sin embargo enseguida comprendió que no importaba aquello, sino dejarse guiar por su instinto y transmitir aquello que deseaba con la obra.

Una de las cosas que más ha sorprendido a los críticos es el capítulo en el que aparece una niña de 12 años analizando la importancia de las pausas musicales en el rock. Explica que cuando te parece que una canción ha terminado, entonces de pronto continúa y sientes un alivio y satisfacción, pero poco después finalmente termina.

Egan utiliza este elemento tan propio de este estilo musical para hablar del paso del tiempo, de esos momentos de pausa en la vida de los seres humanos , poco después la vida continúa, sin más.

«El tiempo es un canalla» es su cuarta novela, y no sólo le ha merecido el Pulitzer sino también el National Book Critics Circle Award, con el cual ha superando a prestigiosos escritores conocidos como Jonathan Franzen y David Grossman.

Bien ganados tiene los elogios por haber conseguido mezclar el realismo del mercado musical con la ficción y experimentando con las formas novelísticas.

Es interesante, por otro lado, el análisis que se consigue de fondo, sobre el decaimiento de la industria musical, donde la presencia de la digitalización ha conseguido que se perdieran valores importantes en el mercado y ha sedimentado la calidad de lo que se encuentra en él.

La música para viajar

Egan, quien en sus años de adolescente era una fiel seguidora de la banda británica «The Who», asegura que la música tiene una característica única, que no puede encontrarse en ningún otra cosa, y es el poder hacerte viajar en el tiempo de forma inmediata. Aquellos grupos que durante la adolescencia se convierten en tu seña de identidad te acompañarán el resto de tu vida, y cuando vuelvas a escuchar esas melodías tan esencial para ti, «el golpe del paso del tiempo es inmediato«. Agrega que en ninguna otra etapa de la vida, la música ocupa un espacio tan importante como en la adolescencia.

La industria musical era el ambiente perfecto que podía ofrecerle la trama que necesitaba; deseaba escribir acerca del paso del tiempo, inspirada por la relectura de la monstruosa obra de Proust «En busca del tiempo perdido». Dicha lectura la llevó a preguntarse cómo sería hablar acerca de ese tema hoy, pero de otra forma, «más moderna, no tan detallista».

Asegura que gracias a la fusión de estos dos elementos es que consiguió esta obra, que como ella la define es:

Pese a que le cuesta reconocerlo, Egan se ha convertido, luego de recibir el Pulitzer en una celebridad, incluso la HBO ha comprado los derechos para llevar la obra a la televisión. Ella se desentiende pues está convencida de que la literatura y el cine son cosas diferentes y que lo suyo son las palabras, al margen de la imagen.