La obra de Francisco Muñoz Soler

Málaga es un territorio que ha dado vida a muchas voces importantes de la poesía de habla hispana. Nombres como Manuel Altolaguirre, Álvaro García o Emilio Prados son la prueba fehaciente de que en esta ciudad hay un espacio privilegiado para este arte.

Y el de Francisco Muñoz Soler es uno de esos nombres que es necesario mencionar si hablamos de la poesía contemporánea malagueña. Recientemente me he encontrado con su poesía y, ha decir verdad, me ha gustado tanto que quise compartirla con ustedes. Espero que les agrade tanto como a mí.

Sobre el poeta

Francisco Muñoz Soler nació en Málaga el 24 de diciembre de 1957 y, pese a no haberse movido de su ciudad, ha sabido viajar a través de la lectura y la escritura; ofreciéndonos una poesía llena de matices y sumamente inspiradora.

Cabe mencionar que es un hombre comprometido con la libertad y que lucha por la igualdad de los derechos entre los seres humanos; apostando por un mundo tolerante, donde RESPETO sea una de las primeras palabras aprendidas en la vida.

En su trabajo por dicha realidad participa de numerosos organismos, aportando su poesía y experiencia. Algunos de éstos son: la Red Mundial de Escritores (REMES), La voz de la palabra escrita y Militeraturas; además, ha publicado algunos de sus poemas y artículos de otra índole en revistas como Remolinos y El laberinto de Ariadna y 11 libros, algunos de ellos en formato digital.

Cabe mencionar también que es el principal organizador del Ciclo Poético Plenilunio que se realiza en Málaga; donde se reúnen una vez a la semana diferentes poetas para leer sus creaciones en voz alta, frente a un cálido público.

En lo que respecta a los autores en los que Francisco se inspira, o aquellos que le han guiado en el camino literario, podemos mencionar a Luís de Góngora, José Hierro, Juan Ramón Jiménez, César Vallejo, Arthur Rimbaud y Federico García Lorca, entre muchos otros.

También es un lector acérrimo de la literatura clásica, de cuyos autores podemos citar a William Faulkner, Fédor Dostoyevski y Miguel de Cervantes. Pero sus pasiones no sólo están relacionadas con las letras, también es un devoto cinéfilo (gran conocedor de numerosos directores y títulos del séptimo arte), y un apasionado de la locución (ha trabajado en programas radiales, fundamentalmente de música).

Entre sus obras publicadas se encuentran «La densa corporeidad de mi memoria«, «La claridad asombrosa» y «La incierta superficie«. Además pueden encontrarse poemas de su autoría en diferentes antologías y en páginas de Internet.

Francisco y la poesía

Al leer a Francisco las palabras te taladran la piel hasta llegar a ese rinconcito reservado para nosotros mismos; un poeta intimista que consigue llevarte a reflexionar sobre la existencia y los reveses de la vida a través de una trabajada versificación.

Según lo ha expresado en varias ocasiones, para Francisco la poesía es una parte inherente a su propia vida; de la cual no puede desprenderse y que surgió a partir de que tuvo consciencia de que moriría. A través de ella se cuestiona, conversa, se comunica y busca la forma de conectar con el entorno y las personas.

Sus primeros pasos como escritor los dio cuando contaba con unos 23 años; surgió de una forma natural y se apoderó de sus sentidos, al punto de ya no poder desprenderse de este oficio. Es algo tan natural que al pedirle que defina cómo es su poesía expresa que prefiere que lo hagan sus lectores, dice:

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La humildad y la fluidez de sus palabras denota a un hombre ligado de forma indivisible con las palabras y sobre todo con la lírica, y si a esto se le suma que nació en una tierra donde el canto y la poesía son tan significativos, se tiene una ecuación perfecta.

En una entrevista que he tenido el placer de leer, se le preguntó si creía que la poesía podía cambiar el mundo. Dijo que creía que no, porque quienes guían la nave, los que dominan esta tierra, no la leen. De hecho, expresó que los poetas están siendo arrinconados para abandonar la batalla y sin embargo, él no piensa hacerlo porque quiere dirigirse al ser humano y conseguir llegar a su conciencia y a su sentido común para ofrecerle una nueva manera de mirar la realidad.

Su obra tiene un ritmo que te va llevando por senderos iluminados de colores; como si te montaras en una ola y te dejaras llevar mar adentro, sin temor a perder la orilla porque adentro es donde se encuentran las respuestas. En la poesía de Francisco se hace ese viaje cuantas veces se desee, con una soltura y una tranquilidad propia de esas tardes en que la marea se encuentra en calma. Al conocerlo y vivir en su ciudad, finalmente pude comprender por qué Málaga da tan buenos poetas; porque ese mar que besa sus costas, es la mejor fuente de inspiración para cualquier apasionado de la vida y de las palabras.

Si te interesa conocer más sobre el autor y leer algunas de sus poesías, puedes hacerlo en los siguientes espacios: Arrabal poético y La isla infinita.

Comentarios1

  • Higorca

    Enhorabuena poeta, un placer pasar y encontrar las buenas letras.
    Abrazos malagueño de pro.



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