Juana de Ibarbourou es una de las poetas que primero leí. Recuerdo que su poema «El vendedor de naranjas» lo aprendí de memoria y lo recitaba con devoción aún antes de entender bien de qué se trataba. Hace pocos días me he reencontrado con esta escritora exquisita y al releer sus poesías, he pensado que sería bueno escribir sobre ella. Y bueno, aquí está el artículo, espero que les guste.
Breve biografía
Juana de Ibarbourou nació en Melo (Uruguay) el 8 de marzo de 1892. Sus primeros poemas vieron la luz, cuando ella era muy joven; comenzó a publicarlos bajo el seudónimo de Juanita de Ybar. Años más tarde, los agrupó en su primer poemario que llevó el nombre de «Lenguas de Diamante«, a través del cual fue catapultada a la fama.
El estilo poético de Juana es apasionado; roza por momentos el modernismo y en otros, las corrientes vanguardistas. De todas formas, las poesías que más se valoran a nivel internacional son las pertenecientes a su etapa más madura, en la que se volvió más melancólica. Fue en esta etapa en la que recibió el Premio Nacional de Literatura, en 1959.
En lo que respecta a su vida privada, no se conocen muchos datos, tan sólo que se casó con Lucas Ibarbourou, de quien tomó el apellido; que se dedicó de forma profunda a las letras, hasta el último día de su vida y que falleció en Montevideo en el año 1979.
La obra de Ibarbourou
En la obra de Juana pueden destacarse varios títulos, tan sólo mencionaré dos.
En primer lugar hablaré sobre «Chico Carlo«. Se trató de un relato que fue publicado por primera vez en un libro homónimo con otros 16 cuentos. Dicha obra se caracterizó por evocar la infancia, esa etapa fugaz pero tan importante de la vida de toda persona, y sobre todo, de todo poeta.
A través de los diferentes relatos, la autora ponía en palabra a los seres y paisajes que habían protagonizado esa etapa de su vida. Una obra increíble donde Juana consiguió transformar lo biográfico en literatura.
La segunda publicación que mencionaré es «Lenguas de diamante«, posiblemente la que se considera fundamental en la bibliografía de Ibarbourou.
Recientemente leí una crítica sobre esta obra realizada por Sylvia Puentes de Oyenard, que me pareció muy interesante. Decía que las características de la misma son las que marcarían las bases de toda la obra de Juana:
*Extrañamiento frente a la muerte con un dejo de venganza: es consciente de que morirá pero asegura que volverá en forma de tallos y semillas y armará un escándalo;
*Erotismo trascendente: el cual al toparse con la realidad, se diluye, pero no deja de percibirse en las profundidades;
*Un Yo lírico que crea imágenes a partir de sus experiencias: donde el amor es fundamental, como lo es la naturaleza, la soledad y la muerte.
Los matices en su poesía
La poesía de Juana es sumamente rica, sobre todo porque a lo largo del tiempo presenta diversos matices; que permiten comprender diversas facetas de la poeta, de su forma de entender la literatura y de expresarse.
El erotismo raso no es un elemento que me resulte interesante, pero siempre depende de cómo sea abordado; en el caso de Ibarbourou, lo hace con un manejo exquisito de la dialéctica y los recursos poéticos.
El ser amado consiste en un «objeto lírico» donde se depositan las emociones más profundas a la vez que aquellos instintos básicos, entremezclados con maestría y elocuencia. Por ejemplo en el poema «Te doy mi alma desnuda», Juana dice:
El amor y las metáforas
El amor en la obra de Juana ocupa un lugar primordial; la mayoría de sus poemas hacen alusión a una relación o encuentro amoroso que tuvo o tendrá lugar en un futuro reciente.
De todas formas, si deseamos leer entre líneas, su obra va mucho más allá de un mero acercamiento de dos personas que se aman. El amor de enamorados, podría significar una preciosa metáfora para expresar su cercanía con su tierra, su añoranza a la infancia, y otros aspectos que a simple vista no tienen nada que ver con esa clase de amor.
Uno de sus poemas que siempre me ha producido una sensación particular es «Regreso«, donde la voz expresa cómo su mundo ha caído y resalta que esa pérdida no podrá derribarla, que será capaz de levantarse, aún habiéndose quemado con su propio llanto.
Esta pérdida manifiesta podría entenderse como una ruptura amorosa; pero por la forma de ser escrita y el ritmo que despierta, a mí me significa mucho más la ruptura de la infancia, la caída de los estandartes familiares y la irrupción en un mundo nuevo, que desmiente todo lo que antes parecí irrevocable. Este poema es un ejemplo de lo citado en el párrafo anterior. Otro poema que podría servir para entender esto podría ser «Reconquista«.
La poesía de Juana se encuentra rebosante de metáforas preciosas. Por ejemplo: los dedos de la lluvia golpeando el vidrio y los diamantes del rocío, son las gotas de agua que ambos dejan caer; el velo de oro que teje la voz, es su vida (que al igual que la araña, conseguirá sus logros):
Existen muchas cosas que podrían decirse de la obra de Ibarbourou. Personalmente, creo que lo mejor que puedo acotar es que deben leerla.
Por último, sólo me resta decir que espero que como me sucedió a mí, muchos niños y niñas tengan sus infancias plagadas de estos versos, de estos colores únicos; aunque no la entiendan…
Un día lo harán, y entonces, sentirán que han tocado el cielo con las manos, que han llevado durante años en su interior una herramienta única para enfrentar la vida.
Un día, cuando deban dejar su casa, olvidar a personas que les han hecho daño y empezar de nuevo, recordarán como yo recuerdo esta tarde aquel poema de «El vendedor de naranjas«; y sentirán moverse dentro suyo los engranajes de un modo único, como sólo la poesía puede hacer que se movilicen.
Les dejo un extracto del mismo.
Comentarios1
Siempre sentí admiración por la poesía de Juana. Desde niña la recitabamos en clase . Las llevo en la cabeza y en el corazón, puedo decir de memoria varios de sus poemas. Me gusta me hace feliz. gracias a ti Textil por comentarla hoy con esa manera tuya tan explicativa, tan completa...Un abrazo Ma.Julia
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.