La que se parió a sí misma es esa mujer que, nacida, venida nomás al mundo, fue recibida alegremente, por cierto, en un ambiente con olor a anestesia y mercuro cromo.Ella lloraba, como corresponde, y una voz femenina le pedía que guardara silencio.La que se parió a sí misma es esa mujer que en su niñez no recibió más que leche de desdichas. Cierto: la amamantó –suficientemente– la madre en horarios controlados y le limpió los ojos y le cortó las uñas. Pero luego, ya crecida, no supo casi del cariño, de la honda ternura de aquel ser humano que le dio la vida.
No supo de cuentos sobre duendes y cometas al caer la noche, sino de reprimendas por tocar el pan, por ensuciar el mueble principal de la sala, por despertarse a medianoche, por limpiarse mal los dientes.
Existen tantas mujeres que tuvieron apenas la compañía de una madre. La indiferencia, a veces, fue el lenguaje.
Miren que hay madres buenas y bondadosas, pero también, señores y señoras, las hay histéricas, crueles y violentas.
Me refiero a aquellas que descargan cachetazos como rayos en las mejillas de las criaturas.
Vivieron una infancia triste muchas mujeres.
A algunas les tocó una progenitora neurasténica, y adicta, quizás, a las píldoras para dormir o al alcohol.
A otras les tocó ser hijas de una señora empecinada en llevar a cabo sus caprichos y egoísmos en el acto.
A tantas les ha tocado en suerte “artistas” que convertían el hogar, día tras día, en el gran teatro del mundo, cuando gritaban al marido sus miserias humanas, buscando una riña.
Se sabe que ellas, hijas, a su vez, de la desdicha, han repetido –fielmente– la conducta de sus progenitoras.
No tuvieron, al fin y al cabo, la culpa de su terrible conducta. Esta es mi versión sincera.
Pero yo aplaudo a la mujer que se parió a sí misma.
A aquella que, a pesar de la indiferencia casi inhumana destilada por quien le dio la vida, ha aprendido a moldear su carácter.
Estoy hablando de la mujer que se parió a sí misma, que sola alma se educó, que se liberó de las pesadillas y pudo dejar atrás el recuerdo de una infancia llena de frustraciones.
Ella ha logrado, pariéndose a sí misma, convertirse en una persona útil a sí misma, a su familia y a la sociedad.
La mujer que se parió a sí misma, siendo ya madre, sabe que no debe repetir el fallido modelo de crianza en su hijo.
Conoce desde muy lejos qué cosas hacer y qué cosas no hacer.
La que se parió a sí misma habla amigablemente con su hijo, le da consejos básicos, elementales, y se acuesta con él en la cama para contarle que el mundo, a pesar de sus luces y de sus sombras, es un lugar donde se puede ser feliz.
¿Me equivoco, acaso, cuando digo que hay crianzas enfermizas, generadoras de penas, traumas, complejos e impedimentos innumerables para salir mal despachados a la sociedad? ¿Me equivoco?
Y luego, por ahí, por allí y por allá, una señorita cuenta que quiere ser madre, y trae un hijo al planeta, pero lo asfixia –tempranamente– con su temperamento colérico y su ánimo marcado por la melancolía y la inmadurez.
La mujer que se parió a sí misma sabe cuán difícil, por cierto, fue ser niña.
Se limitó a jugar sola, rayando con tiza las paredes de los corredores. Cuando la soledad del dormitorio era muy grande, noche tras noche, al despertar lloraba por cualquier cosa.
O gemía. Había una voz que le gritaba rayando el disco: “¡Chiflada!”. Ha de saber la madraza, que se debe a su linaje.
Ha de reconocer la madre que el cariño puede más que el regaño, que los límites fueron hechos para ser respetados, que un abrazo grande y fuerte es cuanto el niño mocoso y llorón necesita tanto como un vaso de leche.
Escrito por Delfina Acosta en el Suplemento Cultural del diario ABC (Paraguay)
Comentarios6
me parece justo el pensamiento crítico de Delfina, donde define con gran énfasis la interrelación de padres a hijos, su educación en el hogar y mas que todo lo que puede surgir de este dependiendo de la clase con que se reviste. El origen de como se pario a si misma en su naturaleza justa revoluciona actitudes para meditar, es genial, bien podría decir que maneja imágenes que transcienden mas allá del sub consciente y que a veces crean en el lector recuerdos cercanos, es como decir, lo he visto, lo he vivido, lo he tenido cerca, lo palpe, lo sentí.
Esa mujer esta en todas partes, en cualesquiera rostro fémina se encuentra a una mujer que se pare a si mismo, y es que la mujer no es un artilugio, es un vaso frágil que inicia su sufrimiento a partir del nacimiento involuntario de la menstruación, luego vienen otras circunstancias que la llevan a cohabitar en las desesperanzas, caprichos y de meras alegrías, la conducción en el hogar no es fácil, el espejo es su peor enemigo, temor al rechazo de sus compañeros, timidez emocional, histerias ocultas, sortilegios juveniles, brote del cuerpo, senos, caderas, enamoramientos de artistas, ilusiones pre fabricados, sueños de oro, príncipes azules, cremas, aromas, perfumes, tintes, mariposas y flores, diseños frágiles, vestidos de otoño y lo mas férreo que enfrenta: estudiar y tener a su voluntad aventurera un embarazo prematuro y o la entrega o quedar virgen para siempre o el matrimonio...y pasaran los días y entonces comenzara su otro infierno, tener un hogar donde mantener a un buen, malo o poderoso esposo, un ogro o a nadie, quedar sola y aturdida enfrentando un mundo de calamidades elementales, si estudia se convertirá en una mujer súper libre, capaz de sustentar su propio desarrollo, pero ahí quizás no le va bien, sin esposo, sin hijos u hogar, se convierte en una maquina femenina reconstruyendo su propio inframundo, quizás bien o mal, pero desalentador: histeria sexual, dolores premenstruales, descalcificación, histerismo sicodélico, dureza de alma y corazón, odio hacia el sexo opuesto y por su temperamento o posición social y por cultura evolutiva le será casi imposible conocer o conseguir el hombre ideal, se torna victima de sus propios argumentos, divorcios, nostalgias, tristezas, alegrías efímeras y llantos, solo llantos.
en otra posición si no logra un status social, pasara a ser ama de casa, esclava por siempre de su esposo e hijos, aunque tenga sirvientes, siempre será una esclava del amor y abnegación humana, es su destino y siempre lo será, la libertad humana es un asunto de palabras, claves, distorsiones, sumas, ideas, meritos o teorías, la libertad humana no existe, la mujer es el animal más hermoso de la tierra presa de su propia circunstancia.
y al paso de los años se incrementa el sufrimiento, la esclavitud se acelera, se tornan en esclavas del cepillo, los tintes, de las arrugas, espejos, cremas, rices, peluquerías, ungüentos, cirugías estéticas, lepiculturismo, masajes, brujos y curiosos, enfermedades, dolores, jaquecas, migrañas, nostalgias, de la soledad, de lagrimas solitarias, jabones, baños, perfumes, bases, pinturas de acetileno, saca cejas, rimes, labiales, novelas de TV y lo peor que las postra para siempre y hasta la muerte: la menopausia.
La mujer es creativa, insinuante, calculadora, fría y caliente, temperante y precisa pero a veces es torpe e insegura de si misma, pierde el hilo y la emotividad, por eso la mujer es lo que es, una guerrera que pare hijos y los vuelve a parir para seguir existiendo.
No creo en la mujer que se pare a sí misma, es una semicorchea a recorte, creo en la mujer que cree en sí misma y que sujeta a los cambios del tiempo aun tiene fuerza para creer en Dios y pensar en el futuro de su prole, a quien enseño todo lo indispensable para sobrevivir en el globo terrestre que actual se está hundiendo en la mismísima mierda.
Solo la mujer es capaz de hacer del mundo una misericordia general, lo demás es puro cuento, desorden químico, político, atómico y digital….
obvio es muy racional además es muy lindop aunke nos presenta la realidad ke es dura pero hay ke saber afrontarla
Excelente!! deja la inquietud, porque aun cuando amorosas y conscientes de nuestra responsabilidad como progenitoras es imposible no sentirse identificada con muchos o algunos de los apartes de este escrito.
Es un pensamiento muy humano y desgraciadamente muy corriente en las familias de hoy día.El artículo me pareció muy interesante y felicito de corazón a su autora por la enseñamza que deja y la fortaleza que aconseja adoptar. Es verdadeamente confortante leer algo así....Tengo 16 hijos.....
Aprovecho la oportunidad para pedirles ayuda,, hace mucho que trato de encontrar UN POEMA QUE ESCUCHE RECITAR EN UNA REUNION Su nombre es "BUGAMBILIA" Desconosco el nombre del autor,pero en su parte medular dice así,,,, QUISIERA SER BUGAMBILIA PARA SUBIR POR TUS MUSLOS ANDULANTE Y CERTERO,HASTA LLEGAR AL DELTA QUE SACIARÁ MI SED.
GRACIAS DE ANTEMANO
Senora Delfina...siempre logrando sorprendernos con sus escritos...
Yo si creo en la mujer que se pare a si misma...
Es la mujer que a pesar de todos los pormenores que expresa Jhosue, no se detiene ante ellos...La mujer que no tiene un cuadro ascendente al cual programarse porque es solo ella..y se atribuye todos los exitos ademas de los fracasos de los cuales nadie esta exento.
Pienso que para parirse a si misma,hay que tener un alto grado del perdon, ademas de no ser capaz de juzgar a otros y mucho Amor.
Perdon por las personas amadas,que no aportaron nada bueno a su existencia...las cuales no necesitan ser juzgadas, porque sus actos lo hacen continuamente.
Y sobre todo...hacerlo todo con Amor...desde la envoltura de un pan y darlo a su hijo para llevarlo a la escuela, hasta poner una flor silvestre en un jarron..
La mujer que se pario a si misma pienso que si puede creer en los demas que tienen sus mismas ideas y que aportan cosas buenas a la humanidad al igual que ella y se rigen por el Don del Amor....La que cree en si misma , solo cree en si misma...
Gracias Delfina, tiene el Don de ponernos a pensar...
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