La calle es de los gatos bohemios, que van detrás de algunas pisadas, buscando algo para comer. Y es de los perros, vagabundos por naturaleza, que se amoldan a esta sociedad de gente apurada, bocinazos, cambistas, vendedores de lotería, o sea, cantadores de sueños e ilusiones. La calle es de los jóvenes, quienes, felices por el solo hecho de ser jóvenes, provocan barullo en las esquinas, programan citas para el sábado venidero, hacen grandes globos con sus chicles, exhiben unas nuevas prendas de vestir y se ríen a carcajadas de sus ocurrencias. Yo miro a los chicos, y me siento doblemente feliz. En realidad, soy feliz cada día de mi vida, pero verlos entretenidos en sus inocencias, me reafirma, digamos, en mi diaria alegría.
La calle es de las mujeres que van de compras y se quedan mirando aquel juego de tazas de procedencia china exhibido en los escaparates. Ah…, en las damas se despierta tanta curiosidad cuando entran en una boutique: “¿Me quedará bien aquel camisón rojo?”, se preguntan. “Pues es probable que no, porque a los hombres les gusta más el color negro”, se responden automáticamente”. El caso es que salen de la casa de compras con un camisón verde pálido. Así son. Los hombres no las entienden, pero las aman con locura.
La calle es de los policías, que no hacen mayor cosa, pues es un peligro de alto voltaje andar por las veredas de Asunción con un celular a cuestas. Dicho sea de paso: ¡Muy exitosa la iniciativa de apagar los celulares! Eso se llama aprender a organizarnos para mandar al diablo la delincuencia.
La calle es el sitio donde la gente se pelea. Observas a dos tipos conversando tranquilamente, con los puchos prendidos, y de repente, zas, por culpa de una frase mal parida, de un suspirado feamente disparado, ya están metiéndose moretones, trompada tras trompada.
En la calle se gesta la vida. Y el amor. Ocurre que va una mujer caminando (solo basta que camine) y un hombre, recostado sobre su soledad, le dice unas palabras bonitas. Una luz, una chispita de fósforo se prende en los corazones de ambos, y van a tomar, ligeramente mareados por el mutuo flechazo, una bebida en un barcito. Si las calles hablaran y contaran sus historias de amor, cuántas páginas escribirían.
La calle es de los periódicos. Cuántas veces, bajo el viento sur o el viento norte, suelo observar a los hombres, sentados sobre los bancos, leyendo las noticias del día.
¿Qué noticias? Pues las que hacen alusión a los robos perpetrados por los gobernantes mafiosos, por ejemplo. “Fijate, che, este político no tenía dónde caerse muerto, y desde que se hizo oficialista lleva la gran vida. Es un concejal municipal y gana doce millones; la gran p…”, comenta un lector a otro.
La calle es para ir a protestar contra los innumerables atracos cometidos por el Gobierno. No digo salir a hacer la violencia. No. Es para salir, con la bandera paraguaya, a manisfestar la indignación pública. La calle es del pueblo, este pueblo que, sumiso, se deja pisotear al santo botón. A salir a la calle, hombres y mujeres. La inteligencia del Paraguay se mira por sus actos. Si todos nos volvemos pasivos, los gobernantes ladrones nos empobrecerán hasta volvernos mendicantes.
Si esperamos, sentaditos nomás, que las cosas cambien, tendremos más pobreza y corrupción todavía. Ya pasó el tiempo de las quejas puertas para adentro. No pequen de cobardes, lectores. ¡¡¡A la calle todos, con la bandera paraguaya !!!
Escrito por Delfina Acosta en el Suplemento Cultural del diario ABC (Paraguay)
Comentarios5
la calle es de cada uno y al mismo tiempo de todos , muestra el mismo recorrido que interminable , en tanta constancia dislumbra la metodica vida , y te entrega un cuadro de reflexion , mas alla de lo real , puedes observar innumerables gestos compartidos de sentimientos claros pero impresisos que te muestran la general vida y que hacen feliz el alma del que los supo espectar .
La calle es nuestra, de los muchachos y de las muchachas, de los hombres y de las mujeres, que salen con sus manos al aire con flores en la mano y el grito que brota de sus gargantas cantarinas, es verdad, la calle es nuestra, es mia, es tuya, es de todos, en ella se conjugan todos los verbos en todos los tiempos, en ella se canta, se llora, en ella se sufre y se goza, en ella se suda con el sol besando nuestra piel y con la cruz a cuestas, cada quien carga su cruz, en ella se derraman las sonrisas y las tristezas, en ella se busca la vida, y en cada tarantin se escribe una historia, por eso hoy te digo, estas calles mias de este mi pueblo, hoy están adornadas con la gente, con la gente que grita y que clama, y espera un mundo mejor, aunque los espere la policia, con sus perros amaestrados esperando una orden para saltar sobre los que MANIFIESTAN Y ALEGRAN LAS CALLES, Y NOS HACEN SENTIR QUE TODAVIA ESTAMOS VIVOS, Y QUE ALLA A LO LEJOS SIEMPRE HAY UNA ESPERANZA, para construir un MUNDO MEJOR, ese mundo con el que todos soñamos y estamos en obligación de ayudar a construir.
ESO !!!
A SALIR A LAS CALLES, CON ALEGRÍA, POR UN MUNDO MEJOR !!!
DELFINA ACOSTA
la calle supremo lugar ahi se olvida todo se siente uno libre de caminar, enjugando una lagrima, a ver si el viento que pasa se lleva esa pena o esa amarguraque nos comprimen. La calle voy ensayando mi mejor sonrisa tratando de salir adelante luchar contra los problemas contra la brega diaria ,de deudas PORpagar , de anhelos no vividos . OH BENDITA CALLE ,POR TUS CAMINOS HE LLORADO Y HE REIDO Y HE SIDO AMADA.Y ALGUN DIA POR TUS CALLES ME LLEVARAN A MI CASA ETERNA
La calle...
Delfina me ha recordado aquella calle de mi juventud, cuando solia caminarla,solo asi, por el gusto de disfrutar de su gente, de las alegrias de unos y entender las tristezas de otros, -los menos...-pero tristes en fin, pero con esperanza de algo mejor...
Aquella calle donde habia de todo,como especifica Delfina, desde niños, jovenes hasta ancianos que a la vez que disfrutaban,hacian saber sus ideas y opiniones en sus reclamos y manifestaciones publicas...
Cuanto desearia volver a caminarla y encontrar de nuevo aquellos rostros, felices y esperanzados...!
Todo ha cambiado...hace algun tiempo trate de recorrer de nuevo aquella calle y no fue igual...ya no habia rostros felices...ni siquiera esperanza en ellos...solo una triste sonrisa que trataba de esconder la frustracion de sus sueños...sueños por una calle que no hubiera rostros feroces que acallaran sus reclamos...que no sintieran el ojo escondido tratando de pillarlos infraganti cuando trataban de opinar....Cuanto habia cambiado mi calle...!
Y pido al Dios que todo lo puede, que aquellos que todavia pueden recorrer aquellas calles y tener derecho a los reclamos, que lo hagan siempre,hasta lograr lo mejor para su calle y para todas las demas calles que existen en sus paises.
Pero...por favor...!
Eviten llevar la politica incierta y mentirosa que le robe esos derechos a los que hoy tienen en sus calles rostros alegres,
tristes,de reclamos,de protestas, en fin,rostros vivos sin temor a
sentirse frustrados por ellos mismos por haber tomado la direccion erronea para sus vidas y la de su pais.
Espero Dios me oiga y les ilumine....por un mundo mejor...!!!
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