Lo que más me gusta de las redes sociales es la posibilidad que ofrecen para el debate. Un hueco por el que se delibera en torno a miles de cosas.
Y entre todos los temas que circulan por las redes, el arte de escribir tiene mucha presencia. En este espacio tienen lugar intercambios sorprendentes y sumamente enriquecedores: y es que entablar conversaciones con esos autores que admiras y conocer exactamente qué piensan o cómo trabajan la escritura es una oportunidad única que nos ofrecen las nuevas tecnologías. Por cierto, ¿sabían que hay muchísimos autores que tienen cuenta en Twitter y comparten sus opiniones con los lectores? Les dejo esta lista por si les interesa.
En la antigüedad los intelectuales solían reunirse en lugares estratégicos y pasarse horas discutiendo en torno al uso del lenguaje y la función de la literatura en la vida social. Ahora, esos debates se han desplazado al espacio virtual, quedando al alcance de todos aquellos que deseen discutir y enterarse de los nimios detalles de nuestro idioma.
Recientemente, Valeria Tentoni lanzó una pregunta entre sus seguidores de Facebook que me inspiró para el artículo de hoy. La cito:
Esto me llevó a investigar al respecto y he escrito un artículo sobre el uso de las comillas. Debido a la extensión del texto he debido dividirlo en dos partes. Aquí les dejo la primera entrega, espero que les sea útil.
Breve presentación de las comillas
Dentro de los diversos signos ortográficos, las comillas tienen una funcionalidad variopinta. Pueden ir tanto al inicio de una frase como en el comienzo de un renglón de enunciado y sirven para resaltar diversos aspectos en un párrafo. Por ejemplo.
Las comillas sirven para resaltar un texto que se encuentra dentro de otro. Se utilizan para dejar bien claro que lo que se encuentra encerrado en ellas no pertenece a la voz del narrador de la historia o al autor.
En lo que respecta a la grafía, las comillas se escriben pegadas a la primera y a la última letra de la frase que enmarcan; y se separan por un espacio en blanco del elemento anterior a la primera y posterior a la última.
Tipos de comillas
Existen diferentes tipos de comillas:
* (« ») Comillas angulares: se conocen también como españolas o latinas. Son las más antiguas y se caracterizan por encontrarse compuestas por un doble signo mayor al inicio y un doble signo menor al final de la frase.
* (“ ”) Comillas inglesas: se distinguen de las otras porque se componen de dos rayitas al comienzo de la frase, que va seguida de otras dos rayitas que la cierran. Al día de hoy son las más populares.
* (» «) Comillas simples: como su nombre lo indica, la grafía de estas comillas consiste en una sola raya al comienzo y al final de la frase que se desea enmarcar.
Es importante mencionar que en un texto entrecomillado pueden coexistir varios tipos de comillas, incluso todos ellos. La forma en la que deben ordenarse es la siguiente: primero las comillas angulares, después las inglesas y dentro de ella, las simples. Les dejo un ejemplo:
Diferentes usos de las comillas
Cuando deseamos reproducir un texto escrito por otra persona, debemos enmarcarlo dentro de las comillas. Esto es necesario, siempre y cuando no se resalte la cita utilizando un tamaño diferente de letra o haciendo uso del sangrado para que se note su diferencia respecto al resto del texto.
Las comillas también pueden utilizarse en la narrativa para expresar los pensamientos de un personaje.
En algunos casos, en los que los pensamientos ocupan más de un párrafo se utilizan comillas angulares de cierre al comienzo de cada uno de los párrafos para que quede claro que lo que viene a continuación se encuentra ligado al párrafo anterior. Este uso puede notarse muchísimo en las obras de Rodolfo Walsh y de Leopoldo Alas.
Cuando deseamos llamar la atención del lector para que note algo especial en el texto también utilizamos las comillas. Esto lo impulsará a detenerse y analizar con atención las palabras; es un uso similar del que nos valemos al hablar y dibujar comillas en el aire con nuestros dedos.
Hasta aquí todo va bien; cuando se trata de dar ejemplos es sencillo comprender cómo debemos escribir las cosas, el problema aparece cuando tenemos que llevar la teoría a la práctica; entonces comienzan las dudas.
En lo que respecta al uso de las comillas el problema comienza cuando se trata de combinarlas con otros signos de puntuación. Pero por hoy lo dejaremos aquí, los espero la próxima semana con la segunda parte de este artículo.
Comentarios4
Muy bueno, no sabia en realidad, que dentro de un texto se usaban las comillas para dejar por asentado que esa idea es tomada de otro expositor. Vaya!
Me alegro de que te haya gustado. Esta tarde subiré la segunda parte, espero que te guste.
Saludos
A la espera de la segunda parte de este interesante artículo. 😉
🙂 Bueno, esta tarde la subiré. A ver qué tal. Un abrazo.
Definitivamente, un instrumento básico de la correcta escritura; pero en realidad pocos saben usarlas, así que, como escribió Gracián: "Lo breve y bueno, dos veces bueno".
Jajaja. ¡Bien ahí, Pedro, haciendo uso de lo charlado!
Un abrazo gigante.
Interesante "clase" sobre el uso de las "comillas"...
Estaré puntualmente en la próxima "clase"
(Está bien así, o exageré utilizando comillas?)
Saludos
Muchas gracias, Nhylath. Las reglas están hechas para usarlas, ¿no? 😉
Un abrazo enorme.
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