El hecho de que el gran Gustave Flaubert lo acogiera bajo su seno ya es un indicativo más que suficiente de que Guy de Maupassant era un hombre con un gran talento para la Literatura.
Un estilo muy personal fue el que tuvo y el que marcó su trayectoria profesional influida de manera indiscutible por sus vivencias personales. Así, por ejemplo, los años que pasó en un seminario estudiando marcarían y determinarían desde ese momento su aversión a todo lo que tuviera que ver con la religión.
Su pasión por las letras era tal que llegó a trabajar varios géneros. No obstante, donde más éxito y admiración logró fue en la narración siendo el mundo del cuento y el relato el lugar donde se sentía más cómodo.
Pero no hay que olvidar tampoco el conjunto de sus novelas que también dejaron una huella imborrable en la historia de la Literatura.
Una vida, publicada en el año 1883, es el título de la primera novela conocida de este autor francés. Dicho trabajo, que fue calificado por el genial León Tolstoi como la mejor novela francesa después de Los Miserables, gira entorno a la figura de una mujer sometida a los convencionalismos y leyes morales de la época. Una fémina que se siente agotada, agobiada y oprimida por la sociedad y también por culpa del matrimonio desafortunado que le han hecho vivir.
Sin embargo, Bel-Ami fue la novela que Maupassant lanzó al mercado en el año 1885. Un interesante libro que toma como protagonista a Georges Duroy, un ex suboficial que vive a duras penas en París, pero todo eso cambiará cuando descubra la forma para ascender socialmente.
Desde ese mismo instante dicho personaje hará cualquier cosa, desde dejar a un lado su ética hasta «pisar» a cualquiera que tenga a su alrededor, con tal de lograr el dinero, la fama y el poder que desea. Los amigos, la familia o el amor le darán igual sólo quiere ser alguien de peso en la sociedad.
La ambición es también eje central de una de las novelas más complejas del autor francés que estamos analizando: Mont-Oriol, que vería la luz en el año 1887. En este caso aquella formará parte de la vida de la joven protagonista que se deja arrastrar por el romanticismo y la pasión mientras a su alrededor sobrevuelan las luchas de poder o las actitudes mediocres de personajes absurdos.
Las novelas más significativas en la carrera de Maupassant
Una de las mejores obras y más alabadas de Guy de Maupassant es, sin duda alguna, Pedro y Juan que fue publicada en el año 1888. Una interesante narración que toma como eje central la figura de los dos personajes que dan título a la obra. Se trata de dos hermanos recién licenciados, uno en Medicina y otro en Derecho, que se marchan junto a sus padres a la costera Le Havre para disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Todo será idílico: la convivencia, el amor entre la familia, las tardes de café… Sin embargo, esos momentos mágicos desaparecerán cuando Juan reciba una misteriosa herencia que cambiará a Pedro quien se encontrará en un mar de dudas, que cambiará su carácter haciendo sufrir enormemente a su madre.
Fuerte como la muerte (1889) y Nuestro corazón (1890) fueron las últimas novelas que este autor francés realizaría siendo especialmente importante la segunda de ellas pues es la más moderna de toda su bibliografía. Es un trabajo donde aborda la crisis existencial masculina ante una sociedad en la que, poco a poco, la mujer va tomando posiciones, ganando reconocimiento y apostando por sus intereses y no por los que le marquen las convicciones sociales o morales.
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