El género negro se ha cultivado en España desde hace décadas de manera prodigiosa y fascinante gracias a autores de la talla de Manuel Vázquez Montalbán, por ejemplo. Y ahora también se continúa desarrollándose gracias a plumas que le han dado una “vuelta de tuerca” y que han conseguido otorgarle una forma mucho más atractiva si cabe. Este sería el caso, por ejemplo, de Esteban Navarro (Moratalla, 1965).
Una amplia bibliografía es la que tiene este autor, ganador del Concurso Literario Policía y Cultura de Huesca, y en ella destacan especialmente las novelas llenas de intrigas y de investigaciones que vienen a mostrarnos el lado más oscuro de la sociedad actual. En concreto, entre aquellas merece la pena subrayar el valor de las siguientes:
La casa de enfrente. En el año 2012 fue cuando se llevó a cabo la publicación de este libro, que toma como escenario la localidad de Roquesas de Mar.
Aquella es una pequeña población pesquera que un día se ve sobresaltada por la desaparición de una de sus jóvenes vecinas, Sandra López.
Todos se vuelcan en la búsqueda de la adolescente de dieciséis años, que pronto será hallada muerta. Su cadáver muestra diversas mutilaciones y todas las miradas acusan a Álvaro Alsina como el autor, ya que el cuerpo se ha encontrado en la parte trasera de su casa.
Él es un vecino muy conocido en el pueblo que verá como, a raíz de este triste acontecimiento, su vida cambia de manera repentinamente. Y es que todos lo acusan, tanto es así que incluso su mujer y el resto de la familia también lo consideran culpable.
Eso hará que se hunda, y más aún cuando empiece a percibir el conjunto de tramas, de argucias y de actuaciones que se están llevando a cabo para poder demostrar que él es el criminal.
Diez días de julio. 2013 fue, por su parte, el año en el que Esteban Navarro tomó la decisión de acometer la publicación de este otro libro del género negro, que se encuentra protagonizado por el inspector de policía Simón Leira.
En los primeros días de las vacaciones de verano es cuando arranca la novela, que toma como escenario una pequeña ciudad. En ese tiempo, donde la comisaría está “bajo mínimos” en cuanto a personal, al frente de la misma se encuentra Leira.
Lo que parece que va a ser una temporada tranquila se complica una noche en la que unos agentes deciden arrestar a una prostituta, que será llevada a calabozos. Lo que sucederá entonces es que ella aparecerá muerta, por lo que rápidamente el inspector se verá en la necesidad de iniciar una investigación para descubrir quién o quiénes son los culpables del fallecimiento de la mujer.
Poco a poco, irán sucediendo acontecimientos que complicarán de manera excesiva el esclarecimiento de los hechos. Por ese motivo, el protagonista decidirá contar con el respaldo de unos amigos y compañeros del Cuerpo para intentar aclararlo todo. Pero se toparán con otro nuevo crimen que complicará aún más si cabe la situación.
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