Las tragedias de Eurípides

Hoy nos toca continuar con nuestros textos en torno a las Tragedias Griegas; hace unos días tuvo el turno protagónico Esquilo, hoy es para Eurípides.

Como ya lo hemos dicho varias veces la tragedia es el género dramático que distingue a la cultura Griega. Las historias se caracterizaban por contener personajes que debían enfrentarse a grandes desafíos y que parecían marcados por un terrible destino. La mayoría de estas obras culminan con la muerte o un inesperado giro que también incluye algo trágico.

¿Quién era Eurípides?

De los poetas griegos sin duda Eurípides es uno de los más grandes; nació en el año 480 a. C. en una familia acomodada que vivía en un pueblo conocido como Salamina. Cuando todavía era pequeño toda la familia debió emigrar a Atenas a causa de la Segunda Guerra Médica (que tanto marcó la historia de Grecia). En esta ciudad comenzó a estudiar, siendo discípulo de personajes fundamentales del mundo intelectual de Atenas, tales como Protágoras y Diógenes de Apolonia.

Se cree que a Eurípides le disgustaban las discusiones políticas y lo único que realmente conseguía apasionarlo era estudiar y leer: tenía una de las bibliotecas más grande y completa de toda Grecia. Entre sus amistades gozaba de la compañía de otro autor trágico imprescindible, Sócrates.

Aunque hizo el servicio militar no era un hombre apasionado por las cuestiones patrióticas; tal es así que estaba totalmente en contra de la guerra y esto puede verse en sus escritos. Cuando en el año 408 a. C. Atenas se vio implicada en la Guerra del Peloponeso, Eurípides se sintió decepcionado y se retiró a Pella, donde vivía otro amigo suyo, Arquelao I de Macedonia. Dos años más tarde murió en este lugar, alejado del mundo cultural de la Grecia Clásica.

La obra realista de Eurípides

Se estima que Eurípides fue autor de más de noventa tragedias de las que tan sólo se conservan unas 18 de ellas. También se le atribuye la autoría de Reso, aunque de momento no se tiene la certeza de que le haya pertenecido.

La característica fundamental de su obra es que todos sus argumentos se sitúan en una época muy antigua de la mitología griega, anterior al siglo V a.C en el que se sitúan el resto de las tragedias. Entre sus fundamentales temas resalta la descripción detallada de la guerra, sobre todo la crueldad y la miseria que afloran cuando ella aparece.

Eurípides surgió en una época en la que los valores tradicionales estaban en crisis; el pueblo comenzaba a inclinarse por una rebelión rotunda contra esos pilares morales vinculados con la adoración a la divinidad de los dioses. Esto significó un cambio en la relación entre los ciudadanos y la deidad y los ciudadanos y el Estado. Hasta ese momento ambos pilares eran símbolo de poder y los griegos les conferían sumisión, convencidos de la limitación humana frente a Dios y frente al Estado.

El pensamiento de Eurípides era avanzado para su tiempo y por ello recibió un profundo rechazo por la elite intelectual ateniense. Entre sus ideas avanzadas destaca su imagen de lo femenino y en particular del papel de la mujer en la sociedad, a las que las aparta completamente del modelo estereotipado que se venía difundiendo en la cultura griega.

Algunos historiadores aseguran que Eurípides fue a la crisis de Atenas lo que Ibsen o Brecht a la crisis del mundo contemporáneo. Fue el encargado de anunciar la caída de ese gran imperio que había sido Grecia hasta el siglo V a.C.

En Eurípides los personajes no están tan convencidos como en las tragedias anteriores de esa fortaleza y grandeza humana; muy por el contrario, lo que ven en el ser humano es pasiones retorcidas, crueldad y ambición y esa desconfianza también se veía reflejada en una rebelión rotunda contra las autoridades y el propio destino.

Entre sus obras más destacadas se encuentra «Alcestis», «Los Heráclidas», «Suplicantes», «Helena» y «Los Cretenses»; por citar unos pocos.

Los aportes de Eurípides a la tragedia

Entre los aportes fundamentales de Eurípides a la tragedia griega debemos señalar su innovadora forma de trabajar los mitos, dándoles un giro maravilloso. Además fue el primero que mostró la cara más humana de los personajes y plasmó situaciones complejas en las que debieran enfrentarse a sus defectos y sus pasiones. Y se destacó por pintar magníficamente el carácter tragicómico que tienen todas las situaciones extremas a las que nos exponemos los humanos.

En lo que a la representación se refiere, en sus obras hay una disminución en el protagonismo del coro. Además muchos de sus personajes pertenecen a grupos minoritarios; hay muchas mujeres fuertes y esclavos con un grado de inteligencia nunca visto en el teatro. También se destacó por satirizar a individuos inamovibles y considerados héroes en la mitología griega.

Otra de sus innovaciones fue la incorporación de prólogos absolutamente narrativos y de coros conformados por mujeres. Continúa con ese diálogo impuesto por su antecesor, Sófocles, no obstante, lo hace ya desde la palabra oral y no desde el canto.

Pero seguramente una de las cosas más recordadas y resaltables de sus historias es su postura en torno a las guerras y ciertos valores considerados inamovibles en la Grecia Antigua.

Sin lugar a dudas, Eurípides es uno de esos autores que lees y relees y siempre encuentras algo nuevo e interesante que rescatar. En estos tiempos de crisis, mal no nos vendría revisar alguna de las obras de este magnífico trágico griego.