Si hay una escritora mexicana que haya conseguido llegar al gran público a través de historias que giran entorno a los sentimientos de los seres humanos, y a como aquellos consiguen que los personajes encaminen sus vidas en base a aquellos, esa es, sin lugar a dudas, Laura Esquivel. Una autora esta que por ello ha sido reconocida con importantes galardones como, por ejemplo, el American Bookseller Book of the Year en el año 1994.
Su novela más afamada y la que más éxitos le ha reportado, llevándose incluso a la gran pantalla, es Como agua para chocolate. En el año 1989 es cuando se publica dicho libro que gira entorno a los sentimientos, especialmente a las pasiones, y a la cocina.
Con esos dos pilares es como se nos cuenta la historia la Tita, la menor de una familia de Coahuila, que sabe que su destino es no casarse y dedicarse en cuerpo y alma al cuidado de su madre. Y es que así lo establece la tradición familiar.
Sin embargo, esas normas parecen empezar a resquebrajarse cuando la joven conozca a Pedro y ambos se enamoren perdidamente. Tal es la pasión que les une que la madre de Tita decidirá actuar para evitar que se rompa la tradición. Por eso, actúa en consecuencia y consigue que Pedro pida en matrimonio a Rosaura, la hermana de Tita.
Una postura que será incomprendida por la protagonista pues desconoce que los motivos de Pedro para llevarla a cabo es, ya que nos les dejan seguir con su relación, estar cerca de ella.
De esta manera se inicia una complicada existencia para toda la familia y especialmente para la muchacha que encontrará en la cocina el refugio a su sufrimiento. Así, se dedicará en cuerpo y alma a la preparación de recetas, en concreto, de platos mágicos que despiertan las emociones y sentidos de todos aquellos que los prueban.
Sentimientos y razones
Como decíamos anteriormente, si hay una seña de identidad que identifique la trayectoria de Laura Esquivel es que sus novelas giran entorno al interior del ser humano. Y eso se ve también claramente delimitado en el trabajo titulado Tan veloz como el deseo.
En el año 2001 llegó a los mercados literarios aquella narración que precisamente personifica dicha característica en el protagonista: Júbilo. Este es un singular ser que se caracteriza por dos elementos: tiene el don de la alegría y además posee la capacidad de conocer los sentimientos de las personas sin necesidad de que estas los expresen con palabras.
Ello dará lugar a que Júbilo sea incomprendido por la sociedad que no entiende y desconoce que él ve lo que nadie puede ver: las pasiones, deseos, esperanzas e ilusiones que la gente guarda como secretos.
Junto a estas dos novelas citadas de la autora que nos ocupa no podemos pasar por alto otra, enmarcada dentro del género histórico, que se da en llamar Malinche (2006). Un trabajo que nos acerca a un personaje real para poder descubrir de verdad quién era y por qué hizo lo que hizo, aunque luego nadie lo entendiera. Se trata de Malinalli, la que fuera amante del conquistador Hernán Cortés.
Una mujer que ejerció como intérprete entre españoles y aztecas, y que confió en aquel creyendo que este acabaría con las tradiciones de sacrificar a personas que tenían los citados aztecas. Sin embargo, lo que consiguió fue descubrir la crueldad de los conquistadores y el rechazo de parte de su pueblo que consideró que lo había «vendido» a los españoles.
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