Uno de los cineastas españoles más importantes tanto dentro como fuera de su país a lo largo de la historia no ha sido otro que Luis Buñuel, figura clave del Surrealismo. Este dejó una profunda huella no sólo en dicha disciplina sino también en la Literatura, un campo que cultivó realizando obras tales como El ciego de las tortugas o Lucille y sus tres peces.
A través de aquellas se puede conocer a fondo al director aragonés pero también mediante los libros que él estableció que eran sus lecturas favoritas:
Cumbres borrascosas. En el año 1847, bajo el seudónimo de Ellis Bell, fue cuando la escritora Emily Brontë publicó esta novela que se ha convertido en un clásico. En ella se cuenta cómo transcurre la historia de amor entre Catherine Earnshaw y Heathcliff, su hermano adoptivo.
Don Juan Tenorio. Una obra cumbre dentro de la literatura española es este drama romántico que el autor José Zorrilla realizó en el año 1844. Aquella tiene como protagonista al hombre que le da título, un seductor que siempre consigue lo que quiere enamorando a las mujeres que se cruzan en su vida.
En este caso la “víctima” de sus argucias y encantos no será otra que doña Inés, una novicia que tampoco podrá resistirse a aquellos y que por culpa de ello tendrá un final trágico. Todo esto dará lugar a que Don Juan llegue a plantearse su existencia y los daños que ha causado, pero de poco servirá. Él volverá a seguir asesinando y haciendo sufrir, lo que le costará la vida. Sin embargo, quizás fuera de este mundo pueda encontrar la paz y el amor que necesita.
El Lazarillo de Tormes. Otro de los clásicos de la literatura española es esta obra picaresca anónima que el cineasta Luis Buñuel no dudó reconocer que era una de sus favoritas. Y es que no podía evitar caer en lo atractivo de la historia de ese niño (Lázaro de Tormes) que en pleno siglo XVI tiene que utilizar todo el ingenio y la picardía necesaria para conseguir sobrevivir.
Las andanzas del pequeño por “esos mundos de Dios”, y especialmente al servicio de un ciego con carácter y sinvergüenza, consiguen hacer de aquel libro un trabajo ameno, entretenido y con un marcado carácter moralizante que a nadie deja indiferente.
El monje. En el año 1796 fue cuando el escritor londinense Matthew Gregory Lewis llevó a cabo la presentación oficial de esta novela gótica que toma como escenario España, y concretamente la ciudad de Madrid, durante los años en los que la Inquisición se erigió como herramienta de terror.
Más concretamente en esta narración se tiene como eje central al personaje del monje Ambrosio, que tiene fuertes convicciones morales y religiosas y que se presenta como ejemplo de un hombre de fe muy virtuoso.
Sin embargo, sus creencias y esas virtudes se pondrán en la cuerda floja cuando sea tentado por el Demonio. En concreto, la tentación llegará a través de una joven muy hermosa, llamada Matilde.
El resultado de esta situación será que el protagonista acabe siendo condenado a muerte por el Santo Oficio.
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