Hemos llegado a esta mitad de año y ya están aquí para algunos las ansiadas vacaciones. A uno y otro lado del hemisferio nos detenemos: algunos a causa del calor, otros para evitar los fríos más punzantes.
Frente a nosotros tenemos unas semanas o meses de descanso que deseamos disfrutar al máximo. Por alguna extraña razón las personas tendemos a pronosticar siempre que esta vez sí vamos a saber aprovechar el tiempo como es debido, aunque después nos gane el cansancio y siempre haya un cambio de planes que teníamos previsto. El factor sorpresa y las posibilidades de la existencia que no podemos controlar siempre terminan organizándonos las vacaciones (para bien o para mal).
Pero ahora que estamos en ese instante de inspiración en el que deseamos organizar nuestro tiempo y con él, nuestras lecturas, es una buena oportunidad para poner sobre la mesa todos esos títulos que hemos idos dejando a un lado durante el año.
Aquí van algunas lecturas recomendables para refrescar el verano o calentar el invierno, según el lado en el que les haya tocado estar en esta ocasión. Espero que puedan disfrutar de ellas y que una vez más se dejen llevar en estas vacaciones para apreciar el factor de espontaneidad que tiene la existencia.
Dos poemarios premiados y nuevitos
Para los que amamos la poesía, las vacaciones son una oportunidad fabulosa para centrarnos en la lectura de todos aquellos libros que hemos ido acumulando durante el año para devorarlos o masticarlos con lentitud, según los gustos de lectura de cada uno, y enriquecer nuestro universo poético. A continuación les dejo dos libros de este género que me han parecido descubrimientos fabulosos de este año; espero que sean una buena compañía para sus vacaciones.
El hundimiento, de Manuel Vilas (Visor) fue un golpe en la nuca para mí. La forma en la que este poeta oscense fusiona una estructura casi narrativa con un lenguaje poético me ha deslumbrado. En este libro nos hallamos con una serie de poemas que giran en torno a la crisis personal que desemboca en una crisis colectiva, y deviene en el planteamiento de qué cosa está primero entre ambas rupturas. Hay personajes ficticios llenos de fuerza y de vitalidad y también una mirada rigurosa sobre el comportamiento humano. Sin duda es una lectura enriquecedora y llena de matices que no deben dejar de incluir en su lista.
Hotel Origen, de Javier Vela (Pre-textos). Si el libro de Vilas, ganador del Generación del 27 del año pasado es recomendable, del mismo modo lo es este otro, que ha recibido el Emilio Prados. En este poemario, Vela trabaja con un personaje ficticio (Amara) que es el receptor de la poesía y a la vez la transfiguración del amor y de las relaciones amorosas. En un conjunto de poemas construidos con más aciertos que errores, Vela reflexiona sobre nuestra capacidad-necesidad de amar y la imposibilidad de conseguir que el amor sea algo duradero; y sobre cómo, pese a ello, esa necesidad de dar y recibir se renueva cada vez con la fuerza de un huracán. Otro libro que les recomiendo.
Clásicos que no mueren y que se retroalimentan
Me gustan las lecturas que vienen encadenadas. Los libros que se alimentan de otros libros (creo que siento fascinación por lo mismo que la Kodama intenta destruir). Entre las reseñas pendientes tengo un ensayo de Pilar Linde Navas sobre Lugones. Un libro interesantísimo que gira en torno al mito arquetípico en «Las fuerzas extrañas». Al comenzar a leerlo sentí la necesidad de combinar esa lectura con aquellas de las que se nutre y así estoy ahora: inmersa en una serie de libros que se retroalimentan y van engordando y volviéndose más sabrosos. Quiero recomendarles esos tres libros, ya sea como una lectura en conjunto o individualmente cada una de estas obras porque hay muchísimo para sacar de ellas.
He recomendado hace un tiempo las tragedias griegas más importantes y entre ellas hice una visita a la obra de Esquilo y los cambios que supuso para el porvenir de la tragedia. Ahora que me encuentro inmersa en una relectura de Prometeo encadenado y que no puedo entender cómo ese libro subsiste con tanta vitalidad al paso del tiempo, he querido incluirlo en estas recomendaciones. En este libro podemos encontrar una entretenida historia que nos permite visualizar la intencionalidad griega en el arte dramático y reflexionar también en torno a nuestra vida.
La segunda lectura es el «Fausto» de Johann Wolfgang von Goethe. Es interesante cómo el paso del tiempo nos permite asimilar con más claridad las relaciones entre los libros y la importancia que existe entre esas relaciones. Goethe juega en este libro escrito en verso (y con la cadencia propia de las tragedias griegas) con el mito de Prometeo de Esquilo y nos va conminando a interiorizar de una forma cada vez más intensa esta leyenda. Otra buena lectura indispensable para estas vacaciones.
El tercer libro enlazado a los dos anteriores es Las fuerzas extrañas, de Leopoldo Lugones. Rompiendo con la estructura en verso, Lugones trabaja con el mito de Prometeo en un libro de relatos que también puede ser una fabulosa recomendación para estas vacaciones. En él, el escritor argentino nos ofrece una serie de historias que se desenvuelven en un ambiente tétrico que parece ubicarse entre realidad y fantasía sin asentarse del todo en ninguna de ellas. Ya escribiré sobre esta obra en particular dentro de poco, ¡Estén atentos!
Y hasta aquí llegan las recomendaciones de hoy; espero que sino todos alguno de estos títulos sean de su interés y les den una oportunidad. No se pierdan el próximo artículo sobre este mini ciclo en el que les propondré algunas novelas imprescindibles de reciente publicación. ¡Qué será, será! ¡Buenas lecturas para todos!
Fotografías extraídas de los archivos de: Blog ocio, Efe Verde, Kattigara y La Voz de Galicia
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