Terminamos la semana con un texto sobre lenguaje en el que nos sumergiremos en uno de los errores más comunes en nuestra comunicación: los leísmos, laísmos y loísmos. En esta ocasión las fuentes en las que me he basado son la Página del español Urgente y el Diccionario Panhispánico de dudas.
Casos de laísmo, leísmo y loísmo
Para usar correctamente los pronombres átonos de la tercera persona debemos, antes que nada, determinar la función que cumplen dentro de la oración y el número gramatical de la palabra que acompañan. Si no prestamos atención a este simple detalle, posiblemente cometeremos muchísimos errores.
Complemento Directo. Pueden ser tres dependiendo del género de la palabra que acompañen: lo / los (masculino), la / las (femenino), lo (neutro).
Complemento Indirecto. Es uno y se utiliza indistintamente el género de la palabra que acompañe: le / les. En caso de que vaya acompañado de otro pronombre átono se convierte en «se», tanto en singular como en plural.
Ahora bien, ¿cuándo utilizar cada uno? Seguramente muchos de ustedes utilizarán para responder a esta inquietud las preguntas-guías «¿a quién?» o «¿para quién?». Sin embargo desde la Página del Español Urgente nos recomiendan no hacerlo ya que esto nos conduce a saber si se trata de una persona pero no ofrece información para determinar si un complemento es directo o indirecto y, en ocasiones, nos lleva a cometer leísmo.
Pese a que a simple vista resulta muy sencillo de entender, es sumamente normal que en el habla cotidiana nos encontremos con un uso inadecuado de los pronombres «le», «la», «lo», «les», «las» y «los». Este error recibe los respectivos nombres de leísmo, laísmo y loísmo y puede ser corregido con facilidad, si tenemos en cuenta unas pocas reglas. A continuación hablaremos sobre ellas.
La primera cosa que debemos tener en cuenta es si la partícula la utilizaremos para ocupar el lugar de un complemento directo (para lo cual utilizaremos la o lo) o indirecto (que usaremos le). Es importante señalar que la diferencia entre ambos no está en si hacen referencia a una persona, animal o cosa, como suele creerse sino al género del mismo. Nos decantaremos por una u otra forma dependiendo de si el sujeto o el objeto es de género masculino o femenino. En el primer caso utilizaremos «lo»; en el segundo, «la».
Ejemplo 1: «Lo alabaron mucho» (a él)
Ejemplo 2: «La alabaron mucho» (a ella)
En el caso del complemento indirecto, «le», se utiliza para ambos géneros.
Ejemplo 1: «Le dijeron una mentira» (a él o a ella)
Ejemplo 2: «Le enviaron una solicitud» (a él o a ella)
Algunas excepciones
En algunas regiones de habla hispana, sin embargo, se acepta el uso de «le» como complemento directo cuando se habla de personas del género masculino en singular. Si bien se recomienda el empleo de «lo», se acepta el leísmo dada la gran difusión y normalización que esta forma ha adquirido en las últimas décadas en el habla cotidiana. Pero, ¡ojo! sólo en el caso de palabras de género masculino y de número singular. Volvamos a los ejemplos dados.
Correcto: «Le alabaron mucho» (a él)
Incorrecto: «Le alabaron mucho» (a ella)
Incorrecto: «Les alabaron mucho» (a ellos)
En los dos últimos casos deberíamos haber utilizado «la» y «los», respectivamente.
Es importante señalar también que cuando hacemos referencia a animales o cosas es inaceptable el leísmo. Del mismo modo no es correcto utilizarlo cuando se hace referencia a un elemento de género femenino, independientemente si es animal, persona o cosa.
Correcto: «Se le perdió el reloj y no lo encontró»
Incorrecto: «Se le perdió el reloj y no le encontró»
Correcto: «La consideran estúpida»
Incorrecto: «Le consideran estúpida»
Si el verbo que estamos utilizando es intransitivo (aquellos que no necesitan ir acompañados de complemento para tener un sentido) no se permite su uso junto a un complemento directo, por lo cual, siempre deberán ir acompañados del indirecto, «le».
Otro interesante punto que debemos tener presente es que cuando utilizamos un verbo para referirnos a una persona utilizaremos el complemento directo, pero si queremos hacer alusión a alguna de las partes de su cuerpo, el complemento indirecto.
Ejemplo 1: «Lo vi por la calle»
Ejemplo 2: «Le toqué la mano»
Como podrán ver, al igual que ocurre con todas las excepciones a la norma en nuestro lenguaje, no son tan difíciles de asimilar este tipo de nociones y, teniendo en cuenta lo perjudiciales que pueden ser estos malos usos para la comunicación, sería importante estar atentos a ellas para aprenderlas definitivamente. ¡Buena suerte!
Comentarios3
Es un tema peliagudo en el que casi todos cometemos errores tanto en la expresión oral como en la escrita. Repasado el tema ;). Un abrazo, Tes.
Excelentísimo.
Es hermoso aprender bien nuestro lenguaje y mantenerlo puro y rico, como es.
Gramática... profunda ciencia de las letras, que debiera ser amada de todo escritor, de todo poeta que se precie de tal.
Abrazo y felicitaciones por tan buen tema.
Adrián (Hulusi)
Muy bien, gracias por recordárnoslo.
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